Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, de juny 01, 2008

MOSTRÓ SU PERSONALÍSIMA MANERA DE DIRIGIR DESDE LA BANDA


Guardiola pasa con nota el primer examen
El pase a la segunda ronda de ascenso evitará que Pep pueda concentrarse ya al cien por cien en el primer equipo.

Tarde de buen fútbol la vivida ayer en el Mini Estadi. El equipo que entrena Pep Guardiola noqueó con todas las de la ley al duro Castillo. Lo hizo gracias a una severa goleada que llena de fe a la parroquia blaugrana de cara al ascenso a Segunda B. Falta por ver si el buen juego que desplegaron los jóvenes canteranos barcelonistas es extrapolable a las grandes e intocables estrellas del Camp Nou, pero lo que está claro es que el toque y el discurso de Guardiola se dejarán notar en dicho vestuario. Como ya dijo en su día el ‘noi de Santpedor’ este no quiere focalizar toda su atención en la primera plantilla hasta que no acabe su trabajo con el filial. Quiere que las cosas vayan sucediendo de forma natural y sin forzar nada para no echar por tierra una temporada muy brillante a los mandos del filial.

Pep Guardiola ya declaró que hasta que no haya ascendido al equipo de los más jóvenes (o por lo menos caiga en el intento) no va a pensar en clave Camp Nou por lo que su dedicación plena todavía deberá esperar dos semanas más. Ahora le espera una nueva eliminatoria frente al Langreo o el Barbastro por lo que el nuevo técnico del primer equipo no se podrá poner a trabajar de manera oficial hasta el lunes 16 de junio. Por ahora deberá seguir despachando en la sombra junto a Begiristain para diseñar el equipo que debe caer en sus manos los dos próximos ejercicios.

El partido de sus jugadores fue para enmarcar y el propio Guardiola estaba muy satisfecho al término de los noventa minutos.El presidente Joan Laporta fue recibido con pitos cuando apareció por el palco del Mini Estadi. Pep Guardiola, en cambio, sólo escuchó aplausos cuando salió por las escaleras del túnel de vestuarios. La gente no confía en el máximo responsable del club pero lo hace ciegamente en el de Santpedor. Los seguidores culés esperan que su nueva etapa al frente del primer equipo suponga una carga en las baterías de la ilusión tan desgastadas en los dos últimos años. Pep Guardiola fue la atracción del partido de ayer por la tarde.

Su equipo se lo jugaba todo a una carta y salió victorioso. Le endosó una dura goleada a los de Axier Intxaurraga desplegando un buen juego y un gusto por agradar a sus seguidores que esperemos se acabe transmitiendo al primer equipo.Guardiola se hizo esperar. Durante los ejercicios de calentamiento de sus futbolistas no se le vio y fue el último en saltar al terreno de juego. Ya lo habían hecho el Castillo, el trío arbitral y el Barça y todas las miradas de público, cámaras e incluso autoridades se enfocaban al túnel. Guardiola apareció enfundado en un abrigo de corte deportivo y con dos botellines de agua pues la gran cantidad de voz que gasta durante los partidos le acaba pasando factura en sus cuerdas vocales.

Ayer se volvió a repetir.Su manera de trabajar y ver el partido fue un buen ejemplo de lo que nos espera durante las dos próximas temporadas en el Camp Nou. Muchos gestos y muchos gritos. Viviéndolo intensamente. Casi con ganas de vestirse de corto y entrar en el terreno de juego. En los primeros minutos Pep se limitó a ver cómo se desarrollaba el juego. Pero no tardó en salir del banquilllo. Ya sin abrigo, a los cuatro minutos, saltó como un resorte protestando una decisión arbitral. En el 10 llegó el primer signo de alegría con el gol de Dimas. Y cuatro minutos más tarde con el segundo de Guerra. Y así con el tercero, el cuarto, el quinto y el sexto. Una gran tarde para Pep y sus chicos. En el minuto 21, una dura falta de Manolo sobre Gai provocó quejas del banquillo blaugrana al completo con Guardiola pidiendo respeto para sus chavales. No es la primera vez que lo hace. Poco importaba que el partido fuese 6-0 porque el de Santpedor seguía pidiendo más intensidad y orden a sus futbolistas.

Fue mientras el equipo celebraba el 3-0 cuando Guardiola, ajeno a las alegrías, llamaba a Gai para indicarle que abriese el campo y corregirle movimientos. Se trataba de ganar gustando y Guardiola quería tenerlo todo bajo control. El partido fue más fácil de lo que parece pero el nuevo técnico del primer equipo pedía más concentración. Al final, ajeno a las celebraciones, se saludó con el técnico rival, le recriminó la dureza de sus jugadores y se metió en el vestuario a la carrera. Todavía le queda trabajo en el B.