Leo y Bojan, el futuro
Leo y Bojan, el futuro
• Messi, que volvió a encandilar al Camp Nou, y el 'noi de Linyola', que suma 10 goles, son la esperanza para el renacimiento del Barça
• Messi, que volvió a encandilar al Camp Nou, y el 'noi de Linyola', que suma 10 goles, son la esperanza para el renacimiento del Barça
A Leo le pegan y le pegan, pero él siempre se levanta. Le pegan patadas y se pone de pie al instante. Le atizan decepciones --él era de los que más desolados estaban a la vuelta de Manchester, abandonado en una tristeza infinita-- y Leo no se rinde. Así es Messi, la luz del futuro que le queda al Camp Nou, junto a Bojan, para pensar en años mejores. Ambos encarnan la luz de la esperanza porque tanto Leo como Bojan demuestran que hay vida en el Barça pese al desastre.
Jugó ayer Messi como si fuera la final de Moscú, con una intensidad increíble, con una velocidad endemoniada y un fútbol estelar, a la misma altura que un niño que camina como un adulto. Bojan ha dejado de asombrar. Es maravilloso: dos disparos, dos goles (suma 10, los mismos que Messi, uno más que Henry, dos más que Ronaldinho, uno más que Raúl en su primer año). Es normal porque estos jóvenes no se ponen nerviosos cuando un estadio entero abronca a un presidente, como hizo el Camp Nou a Laporta, ni echan de menos a sus grandes amigos.
Aclamados por el culé
A Ronaldinho, el ídolo que acogió al niño que venía de La Masia, nadie lo vio ayer en el estadio. Pero eso ha dejado de ser noticia. Ronnie se irá en verano y Leo se quedará, junto a Bojan. Hace ya muchos meses que ese cambio generacional y, por supuesto, de liderazgo se ha producido en el Barça. Messi solo entiende la vida si es con una pelota en sus pies o merodeando alrededor de su diminuta figura. Igual que Ronaldinho hasta que perdió el balón de vista y se le conoció más por sus aventuras nocturnas que por su magia.
Messi, en cambio, tiene mucha hambre. Bojan, también. Tanta que Leo se sobrepone a cualquier golpe, sea de Caneira, el lateral izquierdo del Valencia que le marcó ayer (o eso intentó), o de Old Trafford. En Manchester, sobrevoló varios cuerpos por encima de la mediática y majestuosa figura de Cristiano Ronaldo. Pero el portugués estará el 21 de mayo en Moscú; Leo, no. Nadie lo diría viendo jugar a Messi ante el Valencia. Encandilando a la afición, aclamado por la gente, con el estadio puesto en pie para bendecir su celestial fútbol en medio de tanta ruina.
Salió Bojan y entre tanto silencio la fiesta fue completa. En 25 minutos, dos goles. Hasta Henry, que había marcado dos tantos sin festejar ninguno, se alegró de las diabluras del noi de Linyola. Talento, magia, energía y, sobre todo, determinación le sobran a esos dos jóvenes. No es casual, por tanto, que su luz guíe y alumbre al Barça entre tanta depresión.
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