LAS CLAVES DE JOHAN CRUYFF
Johan Cruyff: Yo no tomo decisiones, son otros
• Los técnicos del Barça deben tomar ahora decisiones de forma fría y sin ningún componente emocional. Eso es para los aficionados. Lo que se pide y exige es rendimiento. Ese es el baremo a seguir.
• Los técnicos del Barça deben tomar ahora decisiones de forma fría y sin ningún componente emocional. Eso es para los aficionados. Lo que se pide y exige es rendimiento. Ese es el baremo a seguir.
Johan Cruyff
Analizar y tomar decisiones. Y de estas, tratar de minimizar el error, que siempre lo habrá. Analizar siempre sin emociones. Ese es el trabajo que le aguarda al Barcelona en los próximos meses. El fútbol es emoción, sin duda. Eso lo sabemos todos. Pero la reacción emocional debe quedar siempre para los aficionados, nunca para los que tienen la capacidad de decidir. Para ellos no tiene que influir nada. Ni color. Ni amigos. Ni nombres... Nada.El aficionado, y por supuesto también la prensa, reacciona únicamente sobre lo que ha pasado. Dos años sin títulos, cierto. Hay palos para todos. Es así y se acepta. La lista de las cosas que no han funcionado es tan larga y aparecen en ella tantos implicados, que desde lo negativo, ahora todo parece meridianamente claro. Tanto, que las decisiones a tomar a día de hoy son sencillas por evidentes.Pero una cosa es reaccionar sobre la marcha por lo que ha pasado y otra muy distinta tener la capacidad de prever qué te puede pasar. Hace dos años, tras la consecución de la segunda Liga y la Champions de París, las decisiones que se debían tomar en aquellos momentos de gloria sí que eran difíciles. Ahora, no. Las decisiones difíciles se toman cuando todo parece ir de cara y tienes la sensación de que no se acabará nunca. Pero siempre se acaba.
Decisiones sin emoción
Y han de ser decisiones sin emoción. ¿Impopulares? Llámalas como quieras, pero cuando el viento sopla a favor es cuando has de estar más fino y más atento para prevenir, para adelantarte a lo que te pueda pasar. Ahora las decisiones se tomarán en base a lo que ha pasado, no a lo que pensabas que te podía pasar. Ahí está la gran diferencia entre adelantarte a los posibles problemas y encontrarte un día de bruces con ellos.Vaya por delante que a mí, esta faceta de analizar lo que tienes y lo que te falta, analizar dónde estás, de dónde vienes y dónde puedes ir a parar, es el trabajo que más me gusta. Ver, analizar y tomar decisiones. Siempre me ha gustado. Pero ahora, en contra de lo que muchos puedan pensar, las decisiones las toman otros. No yo. Yo no decido, son otros. Insisto.En su día, y de eso hace ya más de un año --escrito está--, apunté que el ciclo de este Barça llegaba a su fin. Me tacharon de loco. Sin embargo, las decisiones que se tomaron --y que yo no compartía-- fueron anunciando otra cosa. Respetable y hasta cierto punto comprensible. Respetable porque los que se juegan el cargo son otros, no yo. Y comprensible porque lo impopular asusta. Y más cuando todo parece ir de cara. Y más aún cuando la experiencia de los que deciden, del primero al último, es más bien corta.Las cuestiones deportivas, siempre para los técnicos. Y en el Barça incluso lo parece. Y digo que solo lo parece porque, de haber planteado la salida de según qué jugadores hace dos años, la junta se habría llevado las manos a la cabeza. Y son los mismos a los que ahora no pondrán reparo alguno para que salgan.La cuestión, una vez más, no es cómo soluciono lo que no va bien, que ya es, sino qué puedo hacer para adelantarme a los hechos. Ahí está el gran qué. ¿Culpables? Aquí hay devoción por esta palabra. Es un calificativo que le gusta a todo el mundo: aficionados, directivos, periodistas.... Todos. Han sucedido un montón de cosas que no deberían haber pasado nunca. Pero unos y otros lo han permitido. Al acabar la temporada es la hora de las conclusiones finales.
Análisis bimensuales
Pero no debemos olvidar que durante el curso toca hacer análisis cada dos meses. Pero para ello has de saber dónde tienes que mirar. Cuando se da el caso de que todo lo que te llega te es nuevo, porque solo has conocido las cosas yendo bien, solo ves el problema cuando lo tienes literalmente encima. Y entonces ya vas demasiado tarde.Análisis cada dos meses, es decir, cuatro o cinco veces por temporada. Así estás encima de todo y de todos. Qué hace este, cómo funciona, cómo está en su vida familiar, qué influencia tiene en su trabajo... Para jugar tantos partidos con un rendimiento continuado son muchos los detalles que influyen. Pero de nada te sirve el control, el análisis, si luego no hay decisiones en consonancia con las conclusiones a las que llegas. Por impopulares que sean. Por eso insisto en la emoción cero a la hora de tomarlas.
Sumar, no restar
Una última cosa. Por más decepcionado que estés, pitar ahora a tu equipo durante el partido no es inteligente. Sé que la gente reacciona emocionalmente, pero los mismos que ahora pitan y sacan pañuelos también quieren que su equipo juegue la Champions el año que viene. Y así se resta, no se suma. Para la semana que viene me reservo dos temas. La figura del entrenador y el cambio o no de sistema de juego.
0 Comments:
Publica un comentari a l'entrada
<< Home