Derbi sin goles (FC Barcelona, 0-RCD Espanyol, 0)

Derbi sin goles (FC Barcelona, 0-RCD Espanyol, 0)

Frank Rijkaard decidió afrontar el partido contra el Espanyol con un banquillo de auténtico lujo: Márquez, Iniesta, Messi y Henry, Deco y Abidal. Ahí es nada. Un gran regalo para el Espanyol. Vale, ya sabemos que la mayoría de esos suplentes salían de lesiones, pero teniendo en cuenta lo que va a caer el miércoles, quizá no habría sido malo que alguno de ellos hubiera salido como titular para coger más ritmo de cara al partido contra el Manchester.

La primera parte se puede resumir con una palabra: horrible. La afición tuvo serias dudas sobre que tenía que hacer, si reir o llorar. Y es que aquello podía parecer cualquier cosa menos un partido de fútbol. Que bonito que puede ser ese deporte cuando se quiere y vaya tostón cuando hay dos conjuntos empeñados en no hacer nada. Los errores se sucedieron de manera continuada en los dos equipos, con constantes imprecisiones que, curiosamente, el rival nunca aprovechaba.

De semi-oportunidades es verdad que había algunas. Pero de ocasiones claras, muy pocas. Las dos más claras, eso si, fueron para el Barça. Una fue para Gudjohnsen (vaya gol nos marcaron Mourinho y el Chelsea con el finlandés), que en el minuto 23 llegó ante Kameni y su remate lo despejó el portero camerunés. Y dos minutos después, un centro de Sylvinho lo remató alto de cabeza Xavi. Fueron los pocos instantes un poco lúcidos para el Barça. En el Espanyol, ni eso. Su mayor peligro fueron dos remates de Angel y Moisés que acabaron en córner tras rebotar en dos defensas.

ENTRAN MESSI E INIESTA

En el segundo tiempo, el Barça quedó claro que ya pensó más en el partido contra el Manchester que en nada más. Y es que los tres cambios que hizo Rijkaard estaban pensados para dar minutos a tres jugadores que deben tener un papel importante ante los ingleses. Ya en el descanso, entraron Messi e Iniesta por Giovani y Gudjohnsen y a los 20 minutos, Márquez entró por Puyol, quien hay que recordar que no podrá jugar por sanción.

La entrada de Iniesta y Messi, como no puede ser de otra manera, sirvió para mostrarnos otro Barça. Desde el primer minuto vimos un equipo mucho más peligroso aunque, como ya viene siendo normal toda la temporada, con una alarmante falta de gol. Y es que si en Huelva Eto'o marcó dos goles, ante el Espanyol el camerunés volvió a tropezar ante un Kameni que parece ser su bestia negra.

El portero del Espanyol empezó esta segunda parte saliendo a los pies de Messi en el primer minuto. En el segundo, despejó con el pie un remate de su compatriota Eto'o. Y en el 13, le volvió a parar un remate al delantero barcelonista.

El paso de los minutos, sin embargo, no sirvió para confirmar los buenos presagios del inicio del segundo tiempo. El Espanyol prácticamente ni existía en ataque, pero el Barça iba de más a menos y cada vez le costaba más poner en apuros a Kameni.

Sólo en los últimos minutos, Eto'o pudo haber roto el empate, pero primero no llegó a rematar de cabeza un centro de Iniesta y luego, en lugar de buscar un centro intentó un disparo sin demasiadas esperanzas de obtener un buen resultado.

Y eso fue todo. Otra triste demostración de lo mal que está este Barça. Por más que Laporta siga con el cuento de la lechera y mirando hacia otro lado, la realidad no es más que una: este Barça está muerto. ¿Puede eliminar al Manchester? Pues si. ¿Puede ganar la Champions? Pues si. Pero sólo porque en el fútbol todo es posible. Y porque Messi nos hace ilusionar por poca cosa que haga. Sólo él nos mantiene la esperanza. Por lo demás, suerte habrá si este equipo acaba segundo en la Liga...