LA SITUACIÓN AZULGRANA|LA SEMIFINAL DE LA COPA
Sin vergüenza
• Un Barça patético queda fuera de la final al ser goleado por un Getafe superior y más motivado
• Un Barça patético queda fuera de la final al ser goleado por un Getafe superior y más motivado
GETAFE - 4
BARCELONA - 0
El peor Barça de la temporada se estrelló en Getafe. El equipo de Rijkaard quedó apeado de una final de la Copa del Rey que ya tenía en la mano en uno de los mayores ridículos de la historia reciente (4-0). Cayó con justicia ante un equipo que le pasó por encima empujado por una ilusión y una fe que el Barça nunca mostró. La dolorosa eliminación tiene un efecto colateral inevitable ante la recta final de Liga. El miedo a perder el título crece en la misma medida que aumentará la esperanza de quienes andan detrás suyo, especialmente del Madrid.Probablemente, ni el propio Bernd Schuster imaginaba una noche como la que vivió. Y mucho menos un Barça que se presentaba con un 5-2 a favor y pensaba ya en la cita en el Bernabéu frente al Sevilla. Ese día los azulgranas podrán celebrar la verbena de Sant Joan, pero corren el riesgo de hacerlo con los bolsillos vacíos. Sin un solo título. Ayer perdieron de vista el cuarto de la temporada en medio de un pasotismo y una falta de actitud general injustificables. De lo peor que se ha visto en mucho tiempo.
IMAGEN VULGAR
El Barça pareció un invitado a la fiesta de un Getafe que disputará la primera final de su historia. Los de Rijkaard se entregaron a un ejercicio de especulación del que sacó partido el equipo de Schuster, que ya en la primera mitad rozó el sueño con dos tantos en seis minutos. Sin concentración, sin tensión y parapetado en los tres tantos de ventaja de la ida, el Barça fue un equipo vulgar en manos de un Getafe ilusionado, que fue creciendo minuto a minuto frente a un rival incapaz de reaccionar.El Getafe presionó a un Barça raquítico al que le costaba un mundo pasar de medio campo. Ni Xavi ni Iniesta conseguían tener el balón. Mucho menos un Ronaldinho al que le costaba incluso moverse y Etoo, porque el Barcelona no lanzó una sola vez a portería en la primera mitad. Bueno, de hecho no lo hizo hasta el minuto 86. Todo su trabajo se concentraba en la parcela defensiva, donde los agujeros de Oleguer obligaban a Puyol a multiplicarse. El central fue el único jugador que parecía metido en el encuentro.Güiza pudo marcar en la primera jugada del duelo tras un tremendo error de Oleguer, pero el delantero, solo ante Jorquera, se entretuvo y el propio defensa acertó a corregir su fallo. Era un aviso de lo que iba a ser el choque, en el que la presión del Getafe bastaba para recuperar el balón y cargar contra el área azulgrana. Con Casquero como gran líder y organizador, el conjunto azulón se echó encima de un rival que despreciaba el fútbol.
DOS GOLES EN SEIS MINUTOS
Lo único que tenía a su favor el equipo azulgrana era el tiempo, pero ni siquiera se pudo agarrar a eso porque la fe y la paciencia del Getafe dieron sus frutos. Un balón rechazado tras un saque de esquina lo remató Casquero de volea con la derecha. El balón dio en el césped y se coló en la meta de Jorquera (m. 38). Fue el premio al equipo que decidió respetar el fútbol y jugar con criterio.Seis minutos después, Güiza marcaba el segundo tanto tras un rechace dentro del área. Con el agua al cuello, el Barça intentó dar la vuelta a una situación crítica. Adelantó líneas, tuvo algo más de presencia en el centro del campo, gracias a Xavi e Iniesta, y buscó el tanto que pusiera fin a tanto sufrimiento. Nada de eso asustó al Getafe, que continuó a lo suyo. Güiza tuvo el tercer gol en un remate de cabeza tras un centro de Cotelo, pero Jorquera evitó el tanto con una buena intervención (m. 55).El guión del encuentro apenas cambió. El Getafe parecía tener marcados los tiempos. Ni le podía la ansiedad ni se entregaba a un trabajo alocado en ataque. Güiza tuvo un mano a mano con Jorquera que salvó el meta azulgrana (m. 64). La única ocasión del Barcelona fue una falta lanzada por Ronaldinho que salió cerca del larguero. Eso ocurría minutos después de que Rijkaard recurriera a Gudjohnsen en un intento de dar algo de vida al ataque de su equipo. También lo intentó con Saviola. No sirvió de nada.
SIN DEFENSA
Con todo el arsenal ofensivo sobre el césped, el Barcelona tampoco cambió demasiado su fisonomía. Parecía un equipo entregado a un dudoso destino, con una actitud impropia de un equipo grande. Pero el colmo de tanto despropósito iba a llegar con el tercer gol del Getafe. Un centro de Contra lo cabeceó Vivar Dorado al fondo de la portería (m. 67) y desató el delirio en la parroquia getafense. Mucho más cuando Güiza hizo el cuarto tras un fuerte remate con la derecha (m. 71). El tanto confirmó el desplome del equipo de Rijkaard, cuya defensa terminó por diluirse.El sueño del Getafe se había cumplido. Eso sí, al milagro del equipo madrileño se sumó un conjunto sin rumbo, sin actitud y con un desprecio absoluto por el fútbol. El castigo fue una goleada justa que le deja fuera de una final que empezó a jugar antes del partido de anoche. Un durísimo golpe que llega en el peor momento y que agrava la sensación de que esta Liga sigue en el aire y de que cualquier cosa puede ocurrir en las cinco finales que faltan.
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