La afición también tiene mucho de mágica
La afición también tiene mucho de mágica
Más de 60.000 culés desafiaron la lluvia, el horario, la tele y las vacaciones
Uno de los puntos fuertes de todo equipo ganador es saberse apoyado por una afición fiel y animadora, en los buenos y en los malos momentos. El seguidor culé hace tiempo que discurre por esa línea. Mientras unos auguraban un plebiscito en torno a la figura de Ronaldinho, el público enterró el debate aplaudiéndole ya en la primera jugada, gesto al que éste respondió con un recital de fútbol llevando la voz cantante de REM, ese trío sensacional y único que completa con el goleador Samuel Eto'o y el siempre espectacular Leo Messi.
No era sencillo decidirse anoche por desplazarse al estadio. No había hombre del tiempo que no vaticinara un día de perros, cosa que se cumplió; el horario ( las diez de la noche) tiraba también para atrás y, para colmo, el partido era televisado y más de uno estaba pensando en disfrutarlo en el sofá desde su destino de vacaciones (estamos en el inicio de la Semana Santa) y no padeciendo ese frío que se cala en los huesos. Pues un total de 63.827 aficionados pasaron de todo eso y se fueron hacia el campo aventurando un partido bonito, creyendo que el equipo necesitaría de su apoyo para doblegar al Depor y para meter presión sobre un Sevilla pegadizo. Acertaron de pleno.
Es cierto que el partido empezó trabado, siendo sinceros horroroso, pero el colegiado Ayza Gámez empezó a animarlo con una cadena de decisiones que encendieron al público y a partir de ahí el espectáculo no se detuvo hasta el final. El gol de Messi después de la jugada de Ronnie marca de la casa añadió un montón de grados a una grada que definitivamente se olvidó de que se había puesto el chubasquero antes de salir de casa.
Eto'o y Valdés
Samuel Eto'o se sumó a la fiesta metiendo su cuarto gol después de la lesión, el que hace ocho de su cuenta particular en la Liga, pero este Barça, superior de arriba a abajo a un rival bien organizado pero inferior, parece predestinado a sufrir a veces en las rectas finales y ayer no fue una excepción. Tampoco lo fue la ya habitual intervención salvadora de Víctor Valdés, de nuevo felino en un ataque postrero del Depor que podría haber desmontado toda la fiesta vivida hasta entonces.
En el palco la noche fue también muy especial. Primero porque se encarriló un problema que tenía pinta de enquistarse, el de la continuidad de Ronaldinho, y segundo porque no es habitual que un actor de Hollywood ocupe uno de sus asientos. Cuba Gooding Junior, actor que alcanzó gran popularidad tras su papel en Jerry Maguire, curiosamente una película de temática deportiva, se encuentra estos días en Barcelona porque se encargará de presentar los premios Laureus que se entregarán mañana. El Barça se encuentra entre los candidatos a obtener uno de sus premios. Estaría bien para empezar a hacer camino hacia un doblete que pondría un broche de oro a una temporada de altibajos. Pero, pese a todo y al fin y al cabo, dos títulos son dos títulos y, de conseguirlos, nadie podría poner un pero al discurrir del conjunto azulgrana por el campeonato. Ayer, ante el Depor, se puso una nueva piedra hacia ese objetivo
Más de 60.000 culés desafiaron la lluvia, el horario, la tele y las vacaciones
Uno de los puntos fuertes de todo equipo ganador es saberse apoyado por una afición fiel y animadora, en los buenos y en los malos momentos. El seguidor culé hace tiempo que discurre por esa línea. Mientras unos auguraban un plebiscito en torno a la figura de Ronaldinho, el público enterró el debate aplaudiéndole ya en la primera jugada, gesto al que éste respondió con un recital de fútbol llevando la voz cantante de REM, ese trío sensacional y único que completa con el goleador Samuel Eto'o y el siempre espectacular Leo Messi.
No era sencillo decidirse anoche por desplazarse al estadio. No había hombre del tiempo que no vaticinara un día de perros, cosa que se cumplió; el horario ( las diez de la noche) tiraba también para atrás y, para colmo, el partido era televisado y más de uno estaba pensando en disfrutarlo en el sofá desde su destino de vacaciones (estamos en el inicio de la Semana Santa) y no padeciendo ese frío que se cala en los huesos. Pues un total de 63.827 aficionados pasaron de todo eso y se fueron hacia el campo aventurando un partido bonito, creyendo que el equipo necesitaría de su apoyo para doblegar al Depor y para meter presión sobre un Sevilla pegadizo. Acertaron de pleno.
Es cierto que el partido empezó trabado, siendo sinceros horroroso, pero el colegiado Ayza Gámez empezó a animarlo con una cadena de decisiones que encendieron al público y a partir de ahí el espectáculo no se detuvo hasta el final. El gol de Messi después de la jugada de Ronnie marca de la casa añadió un montón de grados a una grada que definitivamente se olvidó de que se había puesto el chubasquero antes de salir de casa.
Eto'o y Valdés
Samuel Eto'o se sumó a la fiesta metiendo su cuarto gol después de la lesión, el que hace ocho de su cuenta particular en la Liga, pero este Barça, superior de arriba a abajo a un rival bien organizado pero inferior, parece predestinado a sufrir a veces en las rectas finales y ayer no fue una excepción. Tampoco lo fue la ya habitual intervención salvadora de Víctor Valdés, de nuevo felino en un ataque postrero del Depor que podría haber desmontado toda la fiesta vivida hasta entonces.
En el palco la noche fue también muy especial. Primero porque se encarriló un problema que tenía pinta de enquistarse, el de la continuidad de Ronaldinho, y segundo porque no es habitual que un actor de Hollywood ocupe uno de sus asientos. Cuba Gooding Junior, actor que alcanzó gran popularidad tras su papel en Jerry Maguire, curiosamente una película de temática deportiva, se encuentra estos días en Barcelona porque se encargará de presentar los premios Laureus que se entregarán mañana. El Barça se encuentra entre los candidatos a obtener uno de sus premios. Estaría bien para empezar a hacer camino hacia un doblete que pondría un broche de oro a una temporada de altibajos. Pero, pese a todo y al fin y al cabo, dos títulos son dos títulos y, de conseguirlos, nadie podría poner un pero al discurrir del conjunto azulgrana por el campeonato. Ayer, ante el Depor, se puso una nueva piedra hacia ese objetivo
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