SUBIDÓN
El Barça está convencido de que remontar al Liverpool en Anfield es posible
Benítez vio el partido y ya no tiene tan claro cómo jugar ante los de Rijkaard
La remontada en Anfield ya no es una quimera. Cuando terminó el partido de ida de los octavos de final de la Champions en el Camp Nou con el doloroso 1-2 favorable al Liverpool, el pesimismo se apoderó del entorno barcelonista. La imagen de impotencia que dio el equipo invitó a una triste resignación, algo peor que el enfado porque implica bajar los brazos.
El cabreo, por lo menos, ayuda a rebelarse. Nadie hubiera apostado tras aquel partido por ver al Barça en cuartos defendiendo el título logrado en París. Sólo una semana después, todo se ve diferente.
El regreso de Samuel Eto'o contra el Athletic, con gol y asistencia, y la exhibición de Ronaldinho devolvieron la alegría el domingo a una afición que ya había recibido a los jugadores con una ovación, mostrándoles todo el apoyo y perdonándoles por lo sucedido ante los 'reds'. Quizás esa haya sido la clave anímica que ha servido para cambiar el panorama.
Ni la crisis provocada hace 18 días por las declaraciones de Eto'o. Ni la polémica por el presunto sobrepeso de Ronaldinho, ampliamente mostrado en imágenes en algunos medios de comunicación tras la derrota ante el Liverpool, como si se quisiera señalar con el dedo al brasileño como culpable del bajón en el rendimiento del equipo. Nada alteró al seguidor barcelonista, que mostró un cariño sin condiciones al equipo que tanto les ha hecho disfrutar y aplaudió como nunca a sus cracks. El Camp Nou dio una lección de madurez.
Y en esas circunstancias llegó el auténtico subidón de autoestima con la remontada copera en Zaragoza. Frank Rijkaard desempolvó el mítico 3-4-3 del Dream Team de Johan Cruyff y lo adaptó a los nuevos tiempos, con una presión brutal sobre la salida de balón de un conjunto aragonés intimidado por lo que se le vino encima. El esférico circuló a velocidad de vértigo por los pies de Iniesta, Xavi o Deco. Messi enloqueció a la defensa blanquilla como aquella noche en Londres que acabó con el desquiciado Del Horno expulsado.
Fue un encuentro que recordó a los mejores tiempos de la escuadra azulgrana, ya sean lejanos o más recientes. Y no faltó el sufrimiento en los últimos minutos en las jugadas a balón parado porque el mejor Barça, sea de la época que sea, nunca ha sido perfecto. Eso es demasiado aburrido para un deporte tan pasional como el fútbol...
El Barça está unido, dentro y fuera del campo, y ha recuperado la confianza. ¿Por qué no va a remontar en Anfield? Con independencia del sistema táctico que se utilice, en Zaragoza volvió la chispa que ha hecho mágico a este equipo. La recuperaron los jugadores, pero también Frank Rijkaard, quien con su cambio táctico sembró la duda en Rafael Benítez. El técnico del Liverpool se sabía el 4-3-3 de memoria, lo había analizado durante meses y sabía cómo contrarrestarlo. Es un perfeccionista, un entrenador obsesivo, pero con un pequeño o gran defecto, según como se mire: vive pendiente del esquema táctico ajeno. Anteayer vio el partido con sus colaboradores y ahora se morderá las uñas nervioso hasta que Rijkaard, una hora antes del encuentro en Anfield, facilite el once titular.
Orgullo de campeón
Benítez tiene información de primera mano. Dos ojeadores del equipo inglés que se encontraban en Barcelona presenciando la Meridian Cup tomaron nota de todo lo que vieron por televisión. El propio Rafa ya ha tenido tiempo de revisar el partido en DVD.
La partida de ajedrez ha comenzado. El Barça partirá con desventaja en el marcador, pero no en el ánimo. Hace una semana abandonó el Camp Nou con la cabeza baja, pero el martes, a partir de las 20.45 h., la levantará con orgullo en Anfield por un motivo: cree en la remontada.
El cabreo, por lo menos, ayuda a rebelarse. Nadie hubiera apostado tras aquel partido por ver al Barça en cuartos defendiendo el título logrado en París. Sólo una semana después, todo se ve diferente.
El regreso de Samuel Eto'o contra el Athletic, con gol y asistencia, y la exhibición de Ronaldinho devolvieron la alegría el domingo a una afición que ya había recibido a los jugadores con una ovación, mostrándoles todo el apoyo y perdonándoles por lo sucedido ante los 'reds'. Quizás esa haya sido la clave anímica que ha servido para cambiar el panorama.
Ni la crisis provocada hace 18 días por las declaraciones de Eto'o. Ni la polémica por el presunto sobrepeso de Ronaldinho, ampliamente mostrado en imágenes en algunos medios de comunicación tras la derrota ante el Liverpool, como si se quisiera señalar con el dedo al brasileño como culpable del bajón en el rendimiento del equipo. Nada alteró al seguidor barcelonista, que mostró un cariño sin condiciones al equipo que tanto les ha hecho disfrutar y aplaudió como nunca a sus cracks. El Camp Nou dio una lección de madurez.
Y en esas circunstancias llegó el auténtico subidón de autoestima con la remontada copera en Zaragoza. Frank Rijkaard desempolvó el mítico 3-4-3 del Dream Team de Johan Cruyff y lo adaptó a los nuevos tiempos, con una presión brutal sobre la salida de balón de un conjunto aragonés intimidado por lo que se le vino encima. El esférico circuló a velocidad de vértigo por los pies de Iniesta, Xavi o Deco. Messi enloqueció a la defensa blanquilla como aquella noche en Londres que acabó con el desquiciado Del Horno expulsado.
Fue un encuentro que recordó a los mejores tiempos de la escuadra azulgrana, ya sean lejanos o más recientes. Y no faltó el sufrimiento en los últimos minutos en las jugadas a balón parado porque el mejor Barça, sea de la época que sea, nunca ha sido perfecto. Eso es demasiado aburrido para un deporte tan pasional como el fútbol...
El Barça está unido, dentro y fuera del campo, y ha recuperado la confianza. ¿Por qué no va a remontar en Anfield? Con independencia del sistema táctico que se utilice, en Zaragoza volvió la chispa que ha hecho mágico a este equipo. La recuperaron los jugadores, pero también Frank Rijkaard, quien con su cambio táctico sembró la duda en Rafael Benítez. El técnico del Liverpool se sabía el 4-3-3 de memoria, lo había analizado durante meses y sabía cómo contrarrestarlo. Es un perfeccionista, un entrenador obsesivo, pero con un pequeño o gran defecto, según como se mire: vive pendiente del esquema táctico ajeno. Anteayer vio el partido con sus colaboradores y ahora se morderá las uñas nervioso hasta que Rijkaard, una hora antes del encuentro en Anfield, facilite el once titular.
Orgullo de campeón
Benítez tiene información de primera mano. Dos ojeadores del equipo inglés que se encontraban en Barcelona presenciando la Meridian Cup tomaron nota de todo lo que vieron por televisión. El propio Rafa ya ha tenido tiempo de revisar el partido en DVD.
La partida de ajedrez ha comenzado. El Barça partirá con desventaja en el marcador, pero no en el ánimo. Hace una semana abandonó el Camp Nou con la cabeza baja, pero el martes, a partir de las 20.45 h., la levantará con orgullo en Anfield por un motivo: cree en la remontada.
0 Comments:
Publica un comentari a l'entrada
<< Home