Thiago también sabe cabecear
Thiago también sabe cabecear El interior resuelve un partido que un gol del colista Almería puso muy difícil para el líder Barcelona
Thiago Alcántara no solo es un exquisito futbolista, un jugador que recuerda la mejor versión de Lo Pelat, sino que también es un muy buen cabeceador. Ayer, el hijo de Mazinho, remató en el área un córner botado por Leo Messi desde la izquierda como si fuera la reencarnación de César Rodríguez por lo bien que marcó los tiempos: el salto para ganar la acción a Acasiete, el giro de cuello y el frontal para poner la pelota fuera del alcance de Diego Alves. Un tanto largamente celebrado por el equipo y por la hinchada azulgrana porque significaba el remonte de un partido muy difícil, a tono con los últimos de Liga, la mayoría resueltos por la mínima o marcadores cortos, porque la alineación no acaba de cuadrar, se hacen necesarios los cambios y el rival se crece tanto que aspira a puntuar hasta en la última jugada. Así sucedió también ayer en el Camp Nou hasta que compareció Messi antes de que pitara el árbitro y pusiera el 3-1. Efectivo en la Champions, el Barça no está fino en la Liga, igual da que el rival sea el colista, como anoche el Almería. Aunque los resultados digan lo contrario, el entrenador está en lo cierto cuando anuncia que no es fácil gestionar el último tramo de temporada, y menos desde que la afición barcelonista planea las vacaciones de Semana Santa y se cuentan los distintos clásicos que quedan en litigio. Nadie reparó propiamente en el partido de ayer en su inicio, sino que la mirada se paró en el cuarteto que dispuso Guardiola en la divisoria: Xavi-Thiago-Iniesta-Messi. Artísticamente, la apuesta era irreprochable, porque los volantes tocan, y muy bien los tres, y La Pulga engancha siempre con los buenos peloteros. El equipo, sin embargo, mezcló mal y la mecánica de juego quedó afectada. Había mucho pase en la medular y poco delantero para la recepción porque únicamente el pequeño Bojan, escorado a la banda izquierda, enfilaba el área. Un taconazo a destiempo de Thiago habilitó al Almería, que llegó a botar hasta cuatro córners en poco más de un cuarto de hora y a forzar la tarjeta a Mascherano que le impedirá jugar el próximo sábado en el Bernabéu, señal de la inestabilidad del equipo barcelonista, desequilibrado, poco armónico, excesivamente empalagoso. A los muchachos del debutante Roberto Olabe les faltó entonces ánimo y fútbol para decantar el partido a su favor porque a la media hora despertó el Barça. Messi agarró el balón y el equipo se organizó a su alrededor, la mejor solución para salir del atasco. Los azulgrana mejoraron en la coordinación y la verticalidad y empezaron a apuntar a Diego Alves, ahora ya con Villa de ariete después de la lesión de Bojan. Villa garantiza la profundidad, el desmarque necesario para tantos centrocampistas que juegan al pie como tiene el Barça, el incordio para el rival. Ocurre que Villa no mete un gol desde hace ocho partidos y que al Barcelona le cuesta generar ocasiones en las últimas jornadas del campeonato. Aunque había sensación de peligro en el área del Almería, llegado el descanso ningún delantero barcelonista había exigido a Diego Alves. El partido se puso cada vez más peligroso para el Barça, sobre todo después que Corona batiera a Pinto en una contra bien manejada por Piatti. La respuesta azulgrana, sin embargo, fue inmediata: un cambio de orientación de Milito hacia Villa fue interceptado por el portero, que derribó al Guaje, tan oportuno a la hora de atacar el espacio como desafortunado ante portería: o remata mal o el balón da en el palo, como pasó ayer en la jugada previa al gol del Almería. Messi no falló ante uno de los mejores especialistas desde el punto de penalti: 10 parados sobre 16 lanzados. El gol del empate no cambió los planes de Guardiola, que retiró a Milito para dar entrada a Pedro, siempre dispuesto a agitar la contienda. El juego del Barcelona se revolucionó suficientemente para darle la vuelta al marcador a la salida de un córner. Mal ayer con los pies, poco acertado en la combinación, Thiago estuvo lúcido y oportuno con la cabeza, la mejor manera de celebrar el próximo lunes su 20 aniversario. El tanto de Thiago, sustituido inmediatamente, no tuvo, ningún efecto sobre el juego azulgrana. El partido fue virando hacia el bando del Almería, que atacó lo mejor que supo hasta que Marcelo Silva se dejó una pelota a pies de Messi. Y ya se sabe que La Pulga no perdona una. Ayer tampoco. Messi fue de nuevo decisivo. La gent blaugrana, sin embargo, solo tenía ojos para Thiago.
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