Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, de març 18, 2010

Messi, el Jordan azulgrana


Messi, el Jordan azulgrana

Meter un gol resulta tan fácil para Messi como conducir 10 metros, llegar a la frontal del área, decidir dónde la pone y obrar en consecuencia. Lleva 31 goles este curso. Ayer marcó el tercero en la Champions en el minuto 13 y encarriló la clasificación para los cuartos de final. Para La Pulga, dar un pase de gol que rompa una defensa tampoco resulta excesivamente complicado: le basta con levantar la cabeza, ver aparecer a Touré por la izquierda y mandarle la pelota en profundidad. El resto depende de que acompañe Pedro y el marfileño la ponga donde debe: 2-0 y a disfrutar, porque en 21 minutos, Madrid, la final, quedó un poco más cerca. A los 16 minutos de la segunda parte, demostró que meter dos goles en el mismo partido empieza a no tener secreto: se la dio de tacón Alves la dejó parar, miró de reojo y buscó el contrapié de Lehmann, a ras de suelo, para sentenciar el duelo, a falta del gol con que lo cerró Bojan. "Si hace las barbaridades que hace es porque el equipo le ayuda. Pero es el mejor, no hay duda", dijo Guardiola. Le comparó a Michael Jordan y a Kobe Bryant, en cuanto a la influencia que dos de los más grandes jugadores en la historia del baloncesto tienen en el equipo: "Hay que rodearle de buenas sensaciones, es el mejor. Tiene mucha incidencia, Jordan la tenía con los Bulls; Bryant en los Lakers; él la tiene aquí", aclaró el técnico.

"No fue posible parar a Messi. La clasificación no se discute. Fue imposible competir con ellos", aseguró, rendido a la evidencia, Christian Gross, el entrenador del Stuttgart. "No empezamos mal, pero apareció Messi y se acabó. Ha vuelto a demostrar que es el mejor del mundo, es increíble, y sólo tiene 21 años. Entiendo que se le compare a Maradona", afirmó el suizo. De hecho, la exhibición del argentino ya no sorprende. Es la séptima vez en lo que va de curso que mete dos goles en un partido. Lleva 31 goles desde que empezó la temporada. Viendo jugar ayer al argentino, se entendía que la afición del Barcelona terminara cantando "¡Sí, sí, sí, nos vamos a Madrid!". "Nosotros no lo hemos cantado", avisó Puyol. "Queremos ganar esta competición y lo hemos demostrado, pero hay que ir paso a paso". "De momento nos vamos a Zaragoza", zanjó Guardiola, en referencia al próximo partido de Liga que el domingo le aguarda al Barcelona. "No tenemos que pensar en finales, sino ver quién nos toca en los cuartos de final", advirtió Joan Laporta, que dijo no mirar más allá del sorteo de mañana.

Pero soñar siempre es gratis y empieza a estar justificado: siempre que el Barcelona ha ganado la Champions ha dejado a un equipo alemán en el camino: al Kaiserlautern en 1992, al Werder Bremen camino de París en 2006, y el año pasado al Bayern Munich. De momento, está en cuartos de final por tercer año consecutivo. "Si en tantos años de competición solamente el Manchester había conseguido llegar a cuartos después de ser campeón y encadenar tres presencias consecutivas entre los ocho mejores, es que no es fácil lograrlo. Por eso me produce tanta alegría volver a jugar otro partido de Champions este año en el estadio. Es la mejor noticia del partido", insistió el entrenador. Messi hizo lo que le vino en gana y a ratos dejó la sensación de que resulta imposible encontrar quien le pare. "El año pasado ya fue determinante. Necesitamos que juegue mucho. Ya sabéis, es cuestión de seguir rodeándole para que esté contento. Es el mejor y está todo dicho".

La Pulga brincó cuando, como y donde quiso porque encontró todos los espacios del mundo, casi siempre por dentro, pero también por la banda izquierda, camino al que tampoco renunció. A partir de ahí, que se preocupe el rival. Juega Messi y día tras día pulveriza todos los récords de su club. Anoche superó a Luis Enrique y empató con Kluivert como segundo máximo goleador del Barcelona en la historia de la Champions, con 21 goles, por detrás de Rivaldo, que dejó el club con 25. Camino de Madrid, Messi tiene tiempo para seguir haciendo historia.