Penya Barcelonista de Lisboa

dissabte, de març 13, 2010

LA SITUACIÓN DE LOS DOS GRANDES|A UN PASO DE LA GLORIA


Artículo de Antoni Bassas: 'Vamos a ganar la Liga (pregúntenme cómo)'


El sábado estaba en Los Ángeles por la cosa de los Oscar. Cuando todavía no me había repuesto de las expulsiones de Guardiola e Ibra, va el Madrid y, en plena rueda de prensa de Penélope Cruz, le remonta el partido al Sevilla. Buen momento para estar a 12.000 kilómetros de Barcelona, pensé. Pero entonces, cuando volvía al hotel para editar la crónica, va y me encuentro con Jodie Foster, que accedió a hacerse una foto muy amablemente. Lo que se dice una tarde de contrastes.


Se lo cuento para presumir un poco, claro, pero también para introducir la cuestión que me parece capital de aquí a final de temporada: el principal problema del Barca es su rendimiento, no los arbitrajes.

Los arbitrajes también, no me malinterpreten. La historia del línier madridista Juan José Gallego, cazado por el equipo de Catalunya Ràdio, es alucinante (¿Le tocarán más partidos del Barca o del Madrid, o lo harán ayudante de Mejía Dávila directamente?). Me quedo también con la reacción del público de Almería y sus gritos de «villarato»: la prensa del Movimiento se ha salido con la suya y ha hecho realidad la frase de infausto autor que decía que una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en verdad. Bueno, pues eso, que no tiene mucho remedio. Y desde el miércoles será todavía peor. El status quo se constituirá en junta de salvación nacional para que el Madrid gane la liga y salve la cara.
Al Barca no le queda más remedio que ganar, y ganar bien, sin depender de decisiones de terceros que en ningún caso serán favorables. Y ésta es la tarea del vestuario. Y velar por la integridad de los arbitrajes es tarea de la dirección del club.

Pero, amigo mío, ¿qué tenemos que hacer mientras tanto? El error más grave que podríamos cometer, y que más agradecerían nuestros adversarios, sería abandonarnos a la crispación e ir al Camp Nou más pendientes del árbitro.
No nos ofusquemos y tengamos las ideas claras: el Barça es el campeón del mundo, viene de cambiar el curso de la historia y tiene capacidad para seguir cambiándola. No podemos dejarnos vencer por una campaña, por poderosa que sea.

No les estoy pidiendo el silencio de los corderos, sino que acertemos el objetivo de nuestros entusiasmos. Semanas atrás escribí que la diferencia entre el Barça y el Madrid es que mientras el Barça aspira a repetir la Champions y ganar tres Copas de Europa en cuatro años, el Madrid hace seis temporadas que su objetivo es pasar de octavos. Ha quemado presidentes y entrenadores y este año se ha gastado 260 millones de euros que no le han servido para eliminar ni al Alcorcón ni al Olympique de Lyón. Si el Barça cree en sus posibilidades y no nos crispamos, tampoco le servirán para ganar la Liga.