Ibrahimovic reacciona a tiempo

Ibrahimovic reacciona a tiempo

Hay días en los que no se está para fiestas. El calendario futbolístico de las elites pinta de rojo demasiadas fechas que no son feriadas. Por mucho que se exciten los altavoces mediáticos y se afinen los publicistas para dotarla de interés, una jornada incrustada entre dos nacionales y otra internacional de máxima trascendencia pasa por pura inercia a la categoría de infumable. [Estadística]

El público atiende a la tele y paga. Al Camp Nou entraron 70.000, una cifra alta a las ocho de la tarde de un miércoles. Pero a los jugadores del Barcelona les endulzan la profesión otras batallas, como a los del Real Madrid que jugarán el jueves en Getafe. A todos les agobia la obligación de ganar y el hastío de enfrentarse a equipos que no dan más que incomodidades: si los ganas es tu deber; si no, la has metido hasta el fondo.

La ilusión de un Atlético Osasuna que se presentó en el Camp Nou con larga ristra de bajas y muy especialmente sin delanteros, todos lesionados, contrapesa la inferioridad real de su plantilla en comparación con la del FC Barcelona. Eso, que siempre será verdad, multiplica su certeza en las cansinas jornadas de los miércoles.

El Barcelona venía de recoger elogios a escala mundial, personalizados en Leo Messi, el genial argentino que estuvo tan descosido o más que la media de su compañía. Los azulgrana arrancaron con un pequeño aviso de Ibrahimovic a los tres minutos y nunca más se supo del grandioso equipo catalán hasta después del descanso, cuando a Guardiola, aplicado toda la noche en moldear sistemas de juego más allá del catecismo del 4-3-3, prescindió del titularizado Henry, lo canjeó por Pedro, colocó a Messi detrás del discutido '9' sueco y subió a Iniesta a la izquierda del tridente ofensivo.

Por el lado recuperado por Iniesta, a los 72 minutos, llegó la pelota que, impulsada por el lateral Maxwell, redimió a Ibrahimovic de sus faltas pretéritas, ya que al fin consiguió golear en movimiento, en una jugada típica de '9'. Unos segundos después de su buena obra del mes, lo sustituía Bojan Krkic, otro quien precisa la notoriedad del gol en los poquitos minutos que le caen del cielo. El 'noi' de Linyola acertó a clavar el 2-0 al borde de la campana.

El Atlético Osasuna, por su parte, regresó a Pamplona con la medalla de haber resistido 72 minutos sin daños y de haberlo hecho con un trabajo táctico y técnico pulidito. Suya fue la mejor ocasión para marcar del primer tiempo, el tiro de Vadocz a bocajarro que divinizó aún más a Valdés. Hasta el descanso, pisó en buen número de ocasiones el área del Barcelona y exprimió el sudor de los centrales azulgranas Milito y Puyol. Pero sin delanteros -un joven Galán sólo entró cuando el marcador se tornó irrevocable- es aún más difícil perforar redes. Cuando el Barcelona aceleró el ritmo con la nueva organización dictada por Guardiola, los de José Antonio Camacho fueron retrocediendo poco a poco. Sin renunciar a minutos de solvencia, pero finalmente abocados a la derrota.