HOY HACE DIEZ AÑOS. Puyol, la reencarnación de Maldini

Puyol, la reencarnación de Maldini

Se había lesionado Reiziger y Van Gaal pidió un lateral para cubrir su hueco. "Juégatela con Puyol", le aconsejó el ojeador Joan Martínez Vilaseca, hombre de confianza del holandés, además de ser quien fichó al de La Pobla de Segur para el juvenil. "Ya, pero se ha ido al Málaga", lamentó el técnico que seguía al canterano desde un partido entre el primer equipo y un combinado del filial de Gonzalvo y el Barça C. "No, de momento, no se va", corrigió Martínez Vilaseca. "Prefiere quedarse aunque pierda dinero", le explicó.

Diez años después de aquella conversación, que derivó en el debut en Valladolid (0-2), Carles Puyol Saforcada es a los 31 años el capitán del Barcelona, ha tenido el privilegio y la responsabilidad de ser el primero en levantar dos Copas de Europa, ha jugado 303 partidos de Liga y, como entonces, sigue siendo el primero en salir al campo de entrenamiento.

"Esa entrega y esfuerzo fue el que hizo que me fijase en él", relata a La Vanguardia Martínez Vilaseca desde Egipto. "Aún así era imposible prever que marcaría una etapa. Ha superado todas las expectativas", asume con orgullo su descubridor ante la carrera de Puyol. Nunca nadie le regaló nada. Todo se lo ha ganado él con el sudor de su frente. Ése fue el consejo familiar que recibió antes de dejar el Pallars Jussà. Y él lo ha convertido en su lema de vida. No es el más rápido. No es el más alto. No es el más técnico. No es el más elegante. No es el más fuerte. No es el más experto. Pero ahí está. No hay nadie como él. No hay un defensa más incómodo. No hay un marcador más difícil de superar. Y si no que le pregunten a Figo, al que un joven melenudo, con el 24 en la espalda, anuló en el sonado retorno del portugués al Camp Nou.

No existe un central más completo.

Siempre concentrado. Nunca relajado. Todo pundonor, todo corazón. "Puyol se merecía una ovación del Camp Nou como la del martes", asegura Gerard Piqué. "Es muy complicado cumplir diez años en esta casa. La exigencia es muy alta, nunca puedes bajar el rendimiento. Es un ejemplo de constancia", destaca Piqué sobre su pareja en el eje de la zaga en el Barça y en la selección. "Me ha enseñado mucho. En el campo siempre estamos hablando". Ha jugado con una fractura en el pómulo, con una máscara protectora, con un esguince en el tobillo, con un hombro a lo Beckenbauer. Parece que sólo disfruta en el campo si siente dolor, sólo está satisfecho si sale del partido con heridas de guerra.

"Puyol es un profesional", da en el clavo Dani Alves con el mejor elogio que se le puede hacer a Puyol, que tres días a la semana completa su preparación con Pilates y se ha mandado construir un gimnasio en su piso de Barcelona. "Es el que más tira del carro en este equipo", explica el brasileño. El capitán siempre llega al rescate para evitar un gol.

El capitán troglodita, le llamó un locutor americano por su pelo. Tarzán, le dicen, como a Migueli. Pero él es todo lo contrario a una estrella. Es un antihéroe que vive por y para el fútbol. Por y para el Barcelona. De hecho, tiene grabados todos sus partidos como azulgrana. Desde el primero al último, en los tres primeros años en las bandas, o en el centro de la defensa, hay un nexo: la garra, las ganas, el sentimiento. "Tenemos al mejor capitán", le define Iniesta. "Puyol tiene el calor de la afición. Lleva un inicio de temporada magnífico. Esta en un gran momento", exalta Valdés, que sólo ha encajado 4 goles en los primeros 10 partidos de Liga, cuando el año pasado fueron diez.

Termina contrato en junio y él no quiere ser un levantacopas. Quiere ser importante y Guardiola ya le ha explicado que existe tres tipos de futbolistas: los titulares, los reservas y los necesarios. Y claro, Puyol es uno de esos insustituibles.

La reencarnación de Paolo Maldini con la camiseta del Barcelona.