Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, d’agost 24, 2009

Mundo Messi


El '10' del Barça ha proyectado su fútbol y su imagen desde la familia

Arrastra tantas pasiones como produce dinero o felicidad. Lionel Messi (Rosario, Argentina; 1987) es un fenómeno. Lo gestiona su familia bajo la empresa Leo Messi Management, que dirige su imagen, su carrera y su fundación, que reúne fondos para distribuirlos en obras como Fundaleu, contra la leucemia, o como Cecilia Basigalupo, que ayuda a gente con el síndrome de Down, y Unicef. En ella trabajan sus hermanos Rodrigo y Matías y su padre, Jorge, y dirigen además la carrera del primo, Emanuel Biancucchi, que juega en el Múnich 1860. Este verano estuvieron todos juntos en Disney World, pero Leo ya no es un niño, sino una estrella. Así se lo reclama el Barça tricampeón y así lo acepta el futbolista.

Cuando Messi era niño, en su casa de Rosario siempre había un partido en la televisión, español, italiano o argentino. Y si jugaba el Newell's Old Boys, mejor, porque su padre le explicaba las virtudes del 8, del Tata Martino, hoy seleccionador de Paraguay.
Sin la pelota en los pies, Leo también veía dibujos animados hasta que sus padres le regalaron una Gameboy. "Le encantaba jugar a la maquinita", recuerdan en su entorno. Después descubrieron los juegos de azar, como la lotería, y los de cartas, como el chinchón y la casita robada. "Más valía que ganara. Tenía tal arranque que, si perdía, las cartas caían casualmente al suelo", explican.
Pero los mejores días para La Pulga eran los fines de semana, cuando se iba toda la familia a hacer unos regates en el Parque de la Independencia o en el del General Urquiza.
Hasta que un día la familia se dio cuenta de la perla que tenía. En un picadito en casa de la abuela, se midieron los Messi. El padre, el cuñado, los primos, los hermanos y él. "Cuando no tenía la pelota, la buscaba, se tiraba al piso y, con el cuero controlado, hacía túneles, regates... Fue impresionante. No era normal", desvelan fuentes familiares. Medía poco más de medio metro y ya era un genio. No tardaron en comprarle unas botas, negras, parecidas a las Adidas.
El Barça se fijó pronto en Leo, que dejó Argentina con 12 años y su familia a cuestas. Un año después, sin embargo, la madre y la hermana regresaron a Rosario dejando a Leo, sus hermanos y su padre en Barcelona. "Había que respetar el sueño de Lionel", se justifican desde la familia. Y resultó de fábula.
"Tiene demasiado potencial. Vamos a ir colocándole en categorías superiores y, cuando no dé más de sí, paramos", le comentó Josep Colomer, entonces responsable del fútbol base, a Jorge. Pasó por el Cadete A, el juvenil e incluso el filial en un año. "Leo nunca desesperó. No tenía más prisa de la que le daban en el club", aclaran sus familiares, que fueron a cenar a La Barca de Salamanca cuando Frank Rijkaard, en octubre de 2004 y ante el Espanyol, le hizo debutar en un partido oficial. Poco después, Leo decidió comprarle a su padre una camiseta en El Corte Inglés por la que suspiraba desde hacía tiempo. "Es muy detallista", sugieren en su entorno.
Tampoco resulta difícil hacerle regalos a Messi. "Para contentarle sólo hay que comprarle el móvil de última generación", revelan sus amigos. "Son su único capricho", añade la familia. Eso y seguir atado a una pelota: "Aunque también le gustan las series tipo Prison Break y Perdidos". Pero detesta la cocina. "Vive en casa con su padre, que también hace de cocinero. Si no, come en casa del hermano. Aunque ahora tiene un respiro porque almuerza en el club", indican desde su núcleo. Pero Leo ya ha avisado de que quiere independizarse.
La inversión para su casa será bien estudiada. "Aunque en Argentina tiene alguna propiedad, en España sólo cuenta con la casa donde vive con sus padres", explican desde su entorno. Y dinero no le falta. Imagen de Adidas, cualquier propuesta de anuncio es seleccionada por Leo Messi Management. A él sólo le debe preocupar la pelota y, progresivamente, su papel de líder del Barça y de Argentina. "A Leo le encanta la presión. La necesita", concluye Pep Guardiola.