Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, d’agost 06, 2009

Andrés Iniesta: "Cada año soy más completo"


Andrés Iniesta: "Cada año soy más completo"
"El gol que marqué al Chelsea es un escalón más, pero yo no necesito reivindicarme" "Me da miedo recaer de la lesión, y me muero de ganas de tocar balón, de hacer un rondo"

Ya no es un niño. Su personalidad y su discurso dejan en ridículo la burda caricatura de secundario alelado con la que lo retratan en TV3. Andrés Iniesta Luján (25 años) se ha colado en el Olimpo mundial del fútbol sin apenas ruido, con mucho trabajo, enhebrando su talento en una fina aguja con la que se ha cosido una reputación de cabal, de líder en la sombra, de corredor que viene de muy lejos, pero sobre todo, de uno que quiere romper barreras. Iniesta no dedica ni un segundo a presumir de su palmarés o de su gol en Stamford Bridge, que, confiesa, no le ha cambiado como persona pero sí le ha aupado como jugador de máxima categoría. En su primera entrevista desde la final de Roma, el chico de Fuentealbilla, ahora lesionado, cuenta el precio que está pagando por jugar, describe sus miedos, confiesa las ganas que tiene de tocar balón y define, al fin, qué es para él la felicidad.

En un año fantástico, ha tenido tres lesiones que le cortaron el ritmo. ¿Eso le cambia a uno?

Sí, un poco sí. Cambia en el sentido de que todo parece que puede volver a torcerse. He estado un mes trabajando para que la lesión se cerrase, luego estuve unos días de vacaciones y ahora vuelvo para seguir y que la lesión se quede en eso. Es un sitio delicado y tengo que ir con el máximo cuidado posible para que no vuelva a ocurrir.

¿Ha reflexionado con lo de las lesiones?

Soy una persona que piensa mucho, con todo esto le he dado vueltas, he hablado con los doctores, con los fisioterapeutas. A partir de este año me conoceré mejor, sabré más de las situaciones, de mis emociones. Espero que no vuelva a ocurrir. La conclusión es que de los momentos malos se puede aprender, y yo aprenderé. ¿Le da miedo la recaída?

Sí, me da miedo; sí, evidentemente. Por desgracia he estado mucho tiempo sin jugar y me da miedo, porque me jugué mucho queriendo jugar la final de la Champions, pero es algo que todo el mundo hubiese hecho. Me la jugué y mi pierna lo sufrió y no quiero volver a pasar por eso.

Usted se recupera y los compañeros tocan balón..., ¿ve ahora la pelota como una enemiga, como un riesgo?

No, me muero de ganas por tocarla, por hacer un rondo, un juego de posición, un partidillo, me muero de ganas y teniéndolo tan cerca aún más. Mientras ellos juegan, yo estoy musculando y recuperándome para estar más fuerte. Ansío tocar el balón.

¿Qué le dice su sombra, el fisioterapeuta Emili Ricart?

(Una sonrisa). Todos están encima de mí, pero él ha sido el que ha cuidado de mi lesión desde el principio. Hace de todo, de fisio, de consejero, para calmarme un poco esas ganas que tengo de empezar. Tengo toda la confianza en él. Sabía que la final de Roma podía tener un desenlace feliz para su equipo y para usted, pero no para su pierna.

¿Correcto?

Yo tenía que jugar ese partido. Ha pasado y mereció la pena ganar otra Champions. Merecía la pena jugar después del gol del Chelsea, merecía la pena intentarlo después de que en la primera final, la de París, no fui titular. Quería estar en esa final como fuese, y corría un riesgo. Para mí, ganar en Roma tuvo su precio.

De pequeño, en la Masia, lloraba porque sus padres estaban lejos. ¿Ha llorado mucho en las últimas semanas?

Lloré el día que me lesioné contra el Villarreal, lloré de rabia e impotencia en el vestuario. Se me venía el mundo encima, pero cuando me dijeron que era lo mínimo, pues me puse a recuperarme. Con la victoria también cayó alguna lágrima, pero fue de emoción, de alegría, del esfuerzo a contra reloj.

El año pasado fue el de su consagración absoluta.

¿Ah, sí? Vaya, pues yo creía que eso era cada año, ¿no? (risas).

¿El gol de Stamford Bridge le cambió la vida?

Personalmente, no. Lo que envuelve al jugador seguramente sí, porque el mundo del fútbol está marcado por momentos como ese gol que te hacen subir, que hacen que la gente te conozca más. Lo noto en el ambiente, lo noto en la calle. Ha sido un escalón más, un paso más.

¿Necesitaba ese gol?

No sé, algo así no me viene mal, está claro. A veces se dice que los de casa no tenemos el mismo reconocimiento, tal vez sea así. Soy feliz igual. No necesito reivindicarme. Soy feliz jugando, para mí la felicidad es ver que cada año soy más completo.

¿Cuál es el techo del equipo?

Empezamos de cero, hay otros títulos por ganar. Llevamos un año trabajando juntos, y eso es bueno, pero cada año es una historia, hay muchos retos por delante.

¿Cómo ha vivido el vestuario la marcha de Eto'o?

Cada uno lo ha vivido a su manera, cada compañero tiene una relación con Samuel. Ha sido más una historia del club y de él que otra cosa. A Samuel hay que recordarlo como lo que ha sido. La historia dice que como delantero hay muy pocos como él desde que el club es club. No sé si hay alguno como él, lo que sí sé es que el Barça tendría que hacerle una estatua. Samuel ha sido fundamental en los años que ha estado y en los títulos que se han conseguido.

Y viene Ibrahimovic…

Llevamos pocos días con él. Lo conoceremos mejor cuando se entrene más con nosotros. Tiene unas condiciones espectaculares, es un jugador muy completo. ¿Ya se habla de títulos en el vestuario?

Qué va, hablamos de lo poco que dormimos. Primero las supercopas, luego iremos partido a partido, ya sé que es un tópico, pero nos ha funcionado muy bien así.