Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, de març 29, 2009

¿Es feliz Messi en Barcelona?


¿Es feliz Messi en Barcelona?
Josep Maria Sòria
Periodista

Decir que eres de Barcelona en Buenos Aires es provocar que te pregunten por Messi. Acá le llaman Lio y no Leo, como nosotros. En el taxi, en la tienda, en el hotel, casi todo el mundo se interesa por el genial futbolista del Barça. Un taxista me preguntó, con ese deje porteño tan característico, "si, este, Messi es feliz en Barcelona". Le contesté que no lo sé, pero los que sí somos felices con él en Barcelona somos los aficionados.
Otro me elogiaba la sencillez de Lio. Hubo un tercero que comparó la estancia de Messi en Barcelona con la de Maradona. Le dije que son circunstancias distintas y el hombre me contestó que "sí, por supuesto, como la de Ronaldinho".
Y es que Messi es ya un valor reconocido.
En la célebre calle Corrientes hay un gran almacén de prendas deportivas en la que aparece una enorme pancarta en la que se ve a Messi en un gesto suyo típico cuando mata el balón. Una leyenda dice "dejar de ser uno del montón para ser uno entre un millón". Hay devoción por el rosarino.
Pero no es único. En un restorán del barrio de Palermo oí que hablaban de Pep (así) Guardiola y citaban 'La Nación'. Busqué el diario, y en las páginas de opinión publicaban el martes, 24, un extenso artículo de Simon Kuper, de 'Financial Times', bajo el título de "Una lección catalana". Un encendido elogio del entrenador azulgrana, del que se dice que ha transformado un equipo deprimido "en la más bella causa del fútbol de los últimos años".
La frase entrecomillada no es del autor, sino una cita de Arrigo Sacchi, el que fue entrenador del Madrid, ¿recuerdan?
El eje del artículo explica que Pep es un producto del Barça y tras afirmar que nació "en una aldea catalana" (no creo que estén de acuerdo en Santpedor), expone como sus principales virtudes que conoce al club y que respeta el talento. "Cuando el gran goleador Samuel Eto'o se atreve a levantarle la voz, es enviado a las duchas. Pero no lo venden. El técnico respeta el talento". Lo más sorprendente del artículo, sin embargo, viene al final. Cuando el autor escribe que "en su carrera, a Guardiola sólo le queda un peldaño por ascender: desplazar a Sant Jordi como el flaquito santo patrono de Catalunya".
Sin duda, el Barça sigue siendo un gran embajador.