MIRADOR // POR EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Messi, Iniesta, Bojan y su amigo Platón

Pregunta: ¿si tienen a Messi, Iniesta y Bojan, por qué han tenido tanto miedo de tomar decisiones?

Respuesta: Tenían miedo de la opinión pública y de la publicada.

Miedo, que palabra tan poco futbolística, tan antibarcelonista.Y que no me hablen de que son muy jóvenes. Ellos están ahí para sacar todo el fútbol que llevan dentro. Les miras y ves en ellos a tres grandes futbolistas. Los ves y crees estar viendo el futuro. Los persigues y te imaginas maquinando un dribling, un quiebro, un eslálon en la Play.

Si usted, Rijkaard, se atreve con ellos, el barcelonismo estará con usted. Como así ha sido. Porque, amigo, si la alternativa es un Ronaldinho a 80 kms/h. o un Henry dolido de por vida, sea valiente. Y, además, no nos engañemos, usted sabe de fútbol, usted ha jugado, ha entrenado, ha visto crecer a grandes jóvenes y sabe que ese tridente da miedo.

Ahora, hoy, no mañana.

Son diferentes, están hambrientos, saben lo que quieren. Los tres, a su manera, inventan el fútbol, lo recrean y se lo regalan al público. ¿Ganan? ¿Marcan? ¡Que importa! Van de blaugrana y eso marca, agrada, es el sello de la casa. Y a mucha honra.

Cierto, nada de todo eso se soportaría a diez puntos del Madrid, pero sin ellos, temerosos, acobardados, con la crítica merodeando por el palco y el banquillo, aguantando el mal estado de Ronnie y concediéndole cientos de minutos a un Henry inferior por el simple hecho de que fue la tapadera de tanto fracaso, el Barça está a cuatro puntos del Madrid.Seamos valientes.

Todo el planeta fútbol observa al Barça.

A Messi lo quiere el mundo entero; toda Europa suspira por Iniesta y hasta la roja le guarda una zamarra a Bojan porque les recuerda a Raúl.

Bojan, ¡viva la madre que te parió! ¡Y el padre que te aconsejó! Han criado un fenómeno de 17 años, sensato, frío, con los pies en el suelo, capaz de llevarse los apuntes de filosofía, de Platón, a Lyón para preparar los exámenes de bachillerato.

Cuentan que el primer día en la escuela del Barça, uno de los niños que se vestía junto a Bojan le dio un codazo mientras se ataba los borceguís y le preguntó:

"¿Tu ets bo?". "Jo sóc molt bo", dicen que contes-tó.

No lo dijo más. Lo demuestra.