Ronaldinho, Henry y Messi fabrican los dos goles al Rangers que dejan al Barça a un paso de los octavos (2-0)
Ronaldinho, Henry y Messi fabrican los dos goles al Rangers que dejan al Barça a un paso de los octavos (2-0)
La puerta de los octavos de final está más que entreabierta. El Barça sigue imbatido en Europa --10 puntos de 12 y 0 goles en contra-- y marcha decidido a pasar el corte como primero de grupo. Anoche, frente a un limitadísimo Rangers, el mismo al que dejó con vida por desidia en Glasgow, el equipo mantuvo la línea que tan bien le sienta en el Camp Nou y que tanto se echa de menos cuando sale de ese cobijo. Dos chispazos le dieron un partido del montón, que la afición celebró más por lo que intuye que por lo que se le ofreció. El Barça parece ir a más, pero aún persiste en dejar muchas cosas a medias y en no acabar de dar lo que debería.En el fondo, le pasa lo mismo que a algunas de sus estrellas. No es el triángulo de las Bermudas, pero si ese trío conectara mucho más de lo que hace borraría del mapa a cualquiera que se le pusiera delante. Ronaldinho, Henry y Messi se engulleron anoche a la defensa escocesa. En tres toques, tuya, mía, suya. ¿Dónde está la pelotita? Dentro. Así de fácil y así de difícil. Si ese triángulo fuera siempre tan mágico, el Barça no tendría nunca nada que temer. Tarde o temprano, nadie podría escapar de ese círculo tan virtuoso. La cuestión es que, de momento, esos tres vértices no siempre se encuentran y, en el caso de Ronaldinho y Henry, no están aún a la altura de sí mismos. Messi, sí. Incluso cuando solo esta bien, está mejor que cualquier otro.Para suerte del Barça, el triángulo se encontró ayer más que de costumbre. Aunque solo fuera dos veces. Más que suficiente. Y encima lo hizo nada más empezar, justo lo que exigía un partido frente a un rival que solo tenía en la cabeza defenderse de principio a fin. Así que ese pase largo, perfecto, de Ronaldinho a Messi, el cabezazo cruzado y la entrada de Henry, que ayudado por el poste y por el codo remachó el gol a los seis minutos, fue una bendición. Lo más difícil estaba hecho.Metidos en la guaridaAl Rangers se le desmontó la pizarra, pero ni siquiera eso provocó un cambio de estilo. Ni hablar. Como si fuera una eliminatoria y les quedara el partido de vuelta, los escoceses siguieron metidos en la guarida, sin apenas cruzar el centro del campo, aguantando, aguantando. Aburriendo, aburriendo. Empujado por el gol, el Barça se animó y ofreció detalles destacables, sobre todo al recuperar la presión arriba, un signo que el equipo ha perdido y que convendría recuperar cuanto antes.Pero no fue mucho más allá y se fue apagando, contagiado por un rival que parecía conformado con que el partido no avanzara y se mantuviera a cámara lenta. Y el Barça le hizo el juego. Sin nada de que preocuparse en defensa, donde Thuram ocupó a última hora el puesto del renqueante Márquez, y con Milito y Touré insuperables, el equipo se perdió en un fútbol horizontal, de pases y más pases, que solo Xavi intentó romper de vez en cuando. Faltó lo que hace tiempo que falta, más velocidad de balón, más verticalidad, más juego al espacio y menos al pie.Bojan, la ilusiónCon el partido tonteando, el triángulo conectó de nuevo y lo liquidó. Cambió el orden del tuya, mía, suya, pero el resultado fue el mismo. Todo en cinco toques. Henry, Ronaldinho y Messi. ¿Dónde está la pelotita? Dentro. El 2-0. Todos tranquilos y todos a dormir. No hubo mucho más. Alguna correría de Messi, la buena voluntad de Henry y el creciente compromiso de Ronaldinho, que cada día intenta un poco más aunque no pruebe lo mismo que antes. El público desea que vuelva y le sigue teniendo en sus pensamientos y en su corazón. Así se lo hizo saber cuando Rijkaard le sustituyó y se retiró, con gesto serio, pero repartiendo aplausos de agradecimiento.Entró Bojan y el Camp Nou le recibió con el entusiasmo que sentían por Messi antes de que fuera lo que ahora es. Bojan es un osado, un intrépido. Lo que necesita el Barça.
0 Comments:
Publica un comentari a l'entrada
<< Home