Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, de novembre 05, 2007

Las claves de Johan Cruyff




El Barça ha de jugar a lo que sabe
Para mejorar, el Barça no debe jugar de una forma en casa y de otra fuera. Eso es incluso absurdo. No es cuestión de sistemas y tácticas, sino de ejecutar correctamente lo que se supone que dominas.

Os acordáis de la media inglesa? Era aquella que defendía que ganando en casa y empatando fuera, campeón. Si la puntuación fuese aún aquella por la que se regía --dos puntos por victoria, uno por empate--, los números del Barça, tras 11 jornadas, parecerían incluso buenos. Y no lo son. No, porque la media inglesa se fue al garete hace años. Y no, porque con la puntuación vigente, las no victorias fuera delatan un montón de fallos, no tanto en lo individual como en lo colectivo. Y suerte que el Madrid --pese a caer en Sevilla-- sigue delante, porque así todo es más evidente. La temporada pasada se pecó de lo mismo. Pero el ir casi siempre primeros actuó como una venda en los ojos. Con el Madrid --y no otro-- de líder, esta venda no existe.Ahora toca dar con las soluciones. Que ni el rendimiento ni el juego --incluso en casa, con pleno de puntos-- es el esperado, es evidente. Tanto, que se da la teoría del 90-9-1. El 90% de la gente ve que las cosas no funcionan. El 9% cree saber por qué no funcionan, y solo el 1% sabe qué hay que cambiar para que funcione. Y según veo yo las cosas, la mejora no tiene que pasar por jugar de una forma en casa y otra fuera. No es cuestión de sistemas o tácticas. No es cuestión de jugar con tres delanteros en casa y con dos fuera. Este debate es hasta absurdo. ¿Un 4-3-3 en casa y un 4-4-2 lejos del Camp Nou? ¿No quedamos en que el Barça sí funciona como local? ¿Y lo que vale como local no vale como visitante? Un metro más ancho, un metro más largo, mejor o peor césped, todos los campos son iguales.
Respeto a tu filosofía
La cuestión no es "tenemos a Henry, juguemos un 4-4-2 y balones largos para que corra y se busque la vida". Él y el que esté a su lado. ¿Se cambia todo por un jugador? Es una opción, sí, y en el fútbol no hay nada prohibido. Pero prefiero antes hacer bien lo que ya sabes que lanzarte a algo que no dominas. Y menos si la planificación de la plantilla está encaminada a una determinada filosofía de juego.Encontrar más problemas fuera que en casa es muy, pero que muy viejo. El equipo grande siempre lo pasará mal como visitante cuando el rival va a 120 y tú a medio gas. Ante su público, sin nada que perder y mucho que ganar, el equipo pequeño siempre dará un plus. O al menos lo intentará. Y lo logrará si tú, como equipo grande, no plantas cara con ambición, determinación y una buena ejecución de lo que se supone que dominas. En el caso del Barça, eso pasa por dos aspectos: juego de posición y ritmo de balón.Si con una nómina de delanteros sanos y más o menos en forma como Ronaldinho, Messi, Henry, Bojan y Giovani solo chutas una vez a puerta, dos, si cuentas el palo de Bojan --pasó en Valladolid--, es que has ejecutado fatal el abecé de tu libro de estilo. Aplícalo mal y serás vulnerable. Aplícalo bien y nadie te echará en cara falta de garra o compromiso. No se trata de correr más, no es atletismo. Ni de dar más patadas, no es rugbi. De lo que se trata es de mandar en el campo y obtener rendimiento.
Juntar las líneas
Tocar, tocar y tocar es inútil si no se acaban las jugadas. Tocar, tocar y tocar es un peligro si lo haces con distancias enormes entre líneas. Así, en cuanto pierdes el balón, los de atrás parecerán peores de lo que son y tu portero acabará siendo protagonista. La forma de evitarlo pasa, una vez más, por estrechar el campo. Y ahí es primordial que tus centrales arrastren todo el equipo hacia delante. Si consigues jugar solo con medio terreno de juego, el del rival, las distancias que éste debe salvar para acercarse a Valdés son descomunales. A la línea avanzada que marcan tus centrales le ha de seguir un buen ritmo de ba-lón. Si tus mediocampistas tocan dos, tres, cuatro veces el balón antes de soltarlo, adiós a los espacios. Si tus delanteros caen siempre por el centro y desprecian las bandas, adiós a los espacios. Juega con las líneas juntas, suelta el balón antes, abre más el campo, y de repente aparecerán espacios donde parecía que no había. Y entonces pasarás a dominar otros aspectos. Serán tuyas un montón de segundas jugadas --un partido de fútbol está repleto de rechaces--, ampliarás las opciones de forzar una falta directa y multiplicarás la aportación ofensiva de tus centrocampistas, ya sea con un disparo de lejos, pisando el área con una simple pared... y te desgastarás menos jugando y presionando en unos pocos metros que no con toda la longitud del campo. Yo, particularmente, iría en esta dirección.Y un último apunte. Lo que pasó ayer en el Camp Nou de poder marcarle seis goles al rival, no necesariamente a balón parado, y no hacerlo es algo también a tener en cuenta. Es desesperante ver cómo falta la rabia de quien cree que en cada partido se lo está jugando todo. En una Liga tan igualada, nunca sabes qué detalle o qué gol te puede hacer ganar o perder el título.

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