Milito, el guardaespaldas
Milito, el guardaespaldas
• El central argentino se ha consolidado en el eje de la defensa del Barça e integrado de manera perfecta en el dibujo de Rijkaard
• No hizo ni una sola falta ante el Atlético
• No hizo ni una sola falta ante el Atlético
En el Madrid aún andan buscando central. Pepe, el de los 30 millones de euros, sigue lesionado. Metzelder, que llegó gratis de Alemania, entra y sale del equipo de Schuster sin tener continuidad. El domingo, por ejemplo, jugaron Cannavaro, la herencia de Capello, y Heinze, un lateral zurdo reconvertido a central. Mientras, en el Camp Nou, ha llegado Gabi Milito, un defensa despreciado en el Bernabéu, y en menos de un mes se ha ganado al barcelonismo. No por venir de donde viene --su triunfal paso por el Zaragoza le abrió las puertas del Barça-- sino por jugar como juega.Da la sensación, viéndolo ahí por delante de Valdés y por detrás de Touré primero y de Iniesta más tarde, que Milito lleva toda la vida en el Camp Nou. No le afecta quien tiene a su lado. A cada partido ha estrenado un compañero de zaga, sin que se resienta su rendimiento. Al contrario. El argentino, de 27 años, ha adquirido tal peso e influencia en la defensa --manda, grita y ordena a sus compañeros-- que se ha convertido en el guardaespaldas de todos. Si Messi brilla es porque atrás el Barça se ha endurecido. Milito y Abidal, por supuesto, dos de los cuatro fichajes del verano, tienen mucha culpa en ese nuevo rostro, más áspero, a veces hasta desagradable del equipo de Rijkaard. Con Touré, el aire de los azulgranas es aún más fiero.En progresiónCuriosamente, Milito no entró en la alineación a la primera. En esas cosas, Rijkaard siempre ha sido un técnico muy cuidadoso. No jugó el primer partido con el Racing porque arrastraba una sanción del Zaragoza, apareció en los 11 minutos finales con el Athletic supliendo a Ronaldinho y desde entonces, excepto en el choque con el Stuttgart, no se ha perdido ni un minuto. Desde entonces, el paisaje de la defensa azulgrana se ha edificado en torno a Milito, una figura capital porque ha conectado a la primera con todos los centrales que han desfilado a su lado.El argentino debutó con Thuram, después le acompañó Márquez, hasta que se lesionó, de nuevo compartió zaga con el francés y ahora Puyol. El domingo, ante el Atlético de Madrid, se vieron dos melenas ondear al aire del Camp Nou. Una, la del capitán; otra, la de Gabi. Y para ser el primer encuentro, no estuvo nada mal. Milito no cometió ni una sola falta. Puyol, tampoco. En 90 minutos, la nueva pareja de centrales del Barça --hasta el domingo jamás habían coincidido juntos-- se marchó sin violar el reglamento. No solo eso. Forlán y el Kun Agüero, las grandes esperanzas del ataque rojiblanco, quedaron enredados entre tanta cabellera. Ni un solo tiro a puerta hicieron los dos delanteros del Atlético.10faltas, 0 tarjetasLo que más sorprende, sin embargo, es la prodigiosa capacidad de adaptación de Milito. Apenas ha hecho 10 faltas en los siete partidos oficiales que ha disputado, no ha visto ninguna tarjeta amarilla y, además, apareció en la Champions, en su estreno con el Lyón, dejando una estadística espectacular: 90 minutos de partido, cero faltas. O sea, el argentino lleva ya dos partidos en los que entró y salió del campo sin que el árbitro le llamara la atención. "Es muy fácil jugar con él", confesó Puyol, el domingo, poco después de la goleada al Atlético. Tan fácil resulta que el Barça solo ha encajado cuatro goles desde que la temporada se puso en marcha. Y uno de ellos fue de penalti, el que le marcó el Levante.Mientras Messi no para de hacer diabluras, batiendo récords goleadores, Milito barre, con pulcritud, el área de Valdés. Mientras Henry ajusta su punto de mira --por ahora el francés tira el balón más veces fuera que dentro-- y Ronaldinho se reinventa como jugador, Milito demuestra que el asunto de la adaptación a un nuevo dibujo táctico tiene mucho de farsa. Los grandes jugadores suelen adaptarse a la primera. Sean delanteros, centrocampistas --el precedente de Deco cuando llegó en el 2004 así lo prueba--, laterales --ahí está el reciente caso de Abidal--, o centrales. Milito también demuestra esa teoría. ¿Por qué? Porque lleva años haciendo lo mismo, sin importarle la camiseta que arropa su cuerpo.Apenas se tira al suelo, llega antes que el delantero, es, además, zurdo, una singularidad que llevaba años Rijkaard buscando para darle una salida limpia al balón, y conoce el oficio como pocos. ¿Y las rodillas? Bien, gracias.
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