Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, d’octubre 07, 2007

Tardecica de paseo en Barcelona


















Paseo del Barça
Si se contabilizan los méritos de ambos delanteros argentinos, Messi ganó a su compatriota sin despeinarse: un gol, una asistencia y un abanico de despliegues técnicos y físicos a los que Agüero no pudo aspirar, perdido y solo. Pero el partido fue del Barcelona en su conjunto, con un Deco otra vez sobresaliente.
El paseo dominical de los de Rijkaard fue plácido pasado el primer cuarto de hora. Lo que duraron las intenciones atléticas de hurgar en sus problemas defensivos y manejar la pelota con cierta autoridad en el centro del campo.
Las dos caras de Abbiati
Abbiati, portero suplente de los madrileños, allanó definitivamente el camino azulgrana con un fallo garrafal al intentar sujetar sin éxito un centro de Messi al área pequeña. Regalo para Deco y para el Barça.
El guardameta italiano ofreció dos perfiles. El la primera parte, dadivoso y generoso con los adversarios, el de un jubilado. Después, el de un buen guardameta para estirarse hacia las lindes de su portería. No le pida que agarre una pelota, tiene mejor entrenado el manotazo para desviar.
El Atlético no se pareció a aquel que regaló media docena de goles al Barça en su último enfrentamiento del Calderón. Pero se llevó la mitad a casa tras una decepcionante actuación. Enseñó buenas intenciones, pero los dos zarpazos en en su rostro a los 20 minutos le hicieron desistir. Cuando Messi culminó una meteórica combinación con Ronaldinho, el viacrucis se le puso cuesta arriba.
Deco y Puyol, en plenitud
El Barcelona se acomodó en una actitud de contraataque muy productiva con el resultado tan volcado a su favor. En esas lides hay muy pocos que se manejen como Deco, que ha recuperado plenamente las virtudes que le alzaron al estrellato. Con él, el Barça resolvió el 60 por 100 de sus problemas defensivos y actuó como resorte para lanzar los vuelos de Messi, Ronaldinho y Henry.
Puyol aportó otra cuota fundamental en la faceta de contención. No solo ordenó el centro de la defensa, sino que reinó también unos metros por delante en funciones de apoyo a Iniesta, convertido en un pivote con responsabilidades defensivas tras la baja por lesión de Touré Yaya.
Cuando el Atlético tocó balón -su rival se lo concedió en largos tramos- chocó con su incapacidad de desbordar, pese a los cambios constantes de orientación de Raúl García y los destellos esporádicos por banda de Reyes y Simao.
Rumbo fijo a la victoria
Todo lo contrario que el Barcelona, capaz de desmantelar la estructura defensiva del Atlético con un pase en largo -Xavi, Deco- o los apoyos cortos de Ronaldinho y Messi. Ejerció un dominio conciso de todas las facetas del juego.
La reestructuración rojiblanca apenas varió el rumbo plácido del Barcelona hacia la victoria. Aguirre, que introdujo a Maxi (por Reyes) y a Luis García (por el derrotado Agüero), no halló el camino del gol. Hasta la media hora del segundo tiempo no pudo enganchar un disparo a la portería de Valdés.
Con Abbiati más inspirado, el Barcelona sólo añadió un gol a su cuenta cuando el partido agonizaba. Deco y Giovani fabricaron la diana anotada por Xavi y cerraron con encanto la tarde de paseo en el Camp Nou.