Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, d’agost 27, 2007

Johan Cruyff: Los mismos errores, nada ha cambiado


Johan Cruyff: Los mismos errores, nada ha cambiado

No sé de nadie que haya ganado un título antes de disputarlo. Pues el Barça parecía que ya había levantado y paseado el trofeo de la Liga 2007-08. Qué absurdo. Y qué peligro. Veía una exageración enorme alrededor del equipo. Si cada día lees que eres tan fantástico, tan cuatro veces fantástico, tan superálbum de cromos y tan superplantilla, al final te lo crees. Aquí no hay superhéroes. Aquí hay futbolistas, personas. Y el exceso de halago no excita, sino que narcotiza. ¿Por qué se acabó la temporada pasada en blanco? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la desilusión más absoluta a la ilusión más irrefrenable? Dos meses. Por un lado les pedimos que se miren al espejo, que se apliquen, que aprendan la lección. Y a la vez les mandamos, una y otra vez, un mensaje envenenado: "Ganad, ¡cómo no vais a ganar! Y hacedlo arrasando". Bienvenidos a Can Barça.Ni siquiera ha habido argumentos deportivos para abrir este camino tan peligroso. Una cosa es lo que se apunta, se intuye, lo que se desea en definitiva, y otra lo que habíamos visto hasta el día de ayer, que era nada. Se ha fichado bien y rápido porque se tenían las cosas claras. Pero solo habíamos visto simples partidos de preparación.Y, claro, llega el primer partido y el mundo se le viene encima al culé. Nada ha cambiado; prácticamente los mismos actores, los mismos errores. El campo inmenso, decenas de metros entre líneas. Sin presión. Ritmo lento del balón hasta conseguir que el rival se sienta cómodo. Transición defensa-ataque desesperante. Puedo entender que jueguen los mismos de la temporada pasada, pero solo para ver si han aprendido de los errores que les llevaron a regalar el campeonato. Si esta es la reacción, es que no han aprendido nada. Lo peor no es que cometas errores, lo peor, lo realmente peligroso, es no saber en qué estás fallando.Nunca podrás solucionar un problema si no sabes cuál es el problema. No hay suficiente con tener grandes jugadores. En el fútbol actual, o tienes velocidad de ejecución en todos y cada uno de los balones o te conviertes en un equipo mediocre y previsible. Así de fácil, así de triste.

Mala planificación

Los extremos, para abrir el campo, porque, a la hora de enjuiciar, los extremos siempre son malos. Para lo bueno y para lo malo. Tan equivocado era el exceso de elogio al Barça como el exceso de críticas al Madrid. De entrada, mi máximo respeto a la decisión de cambiar de estilo. Es más fácil hacerlo como perdedor que no habiendo salido campeón. Una cosa es el resultado y otra muy distinta la vía por la que quieres llegar a este resultado. Y en el Madrid llegaron a la conclusión de que querían otra cosa. Un cambio. Un cambio que, tal y como yo entiendo el fútbol, nunca me puede parecer mal. Otra cosa es cómo lo llevan a cabo.Más allá del relevo en el banquillo, no han gestionado bien ni el tiempo ni la inversión. El gasto que llevan es una auténtica barbaridad. Es más, se han excedido en las cifras y en el volumen de contrataciones. Si la temporada pasada no se practicó un fútbol más vistoso no fue porque todos fueran malos, sino porque la apuesta futbolística era otra. Ocho nuevos --o más, quién sabe-- son demasiados.El Madrid podría haber pasado con menos caras nuevas. Y de haber tenido más acierto en lo que se quería y en lo que hacía realmente falta, yo calculo que se podrían haber ahorrado el 30% o el 40%, tanto en el número de contrataciones como en el gasto invertido. Ficha tarde y siempre pagarás más caro. Y más si todos saben que, aun yendo con tiempo, has pagado una locura por un central. A partir de ahí, te están esperando. Ficha tarde y a muchos y siempre te costará más acoplar a unos con otros. Con tantos nuevos, es normal que sobre el campo se vean muchos fallos. Pero, en descargo de este Madrid, aplaudo su ritmo de balón. Muy alto. En el fondo, parece como si el campeonato pasado no se hubiese detenido. El Madrid remontando y el Barça, regalando.No puedo pasar por alto la --por ahora-- no salida de Alves del Sevilla. Primera reflexión: ningún lateral en el mundo vale el dinero que el Sevilla ha rechazado por él. Segunda reflexión: si sumas el tiempo que lleva en el club --cuatro temporadas-- y el rendimiento que ha dado, nadie le puede prohibir que dé un salto de calidad. Tercera reflexión: como dirección de club, es un fallo enorme. ¿Qué hacía maravillosamente el Sevilla? Sacar talentos de la cantera y darles bola, comprar bien y vender mucho mejor.En los últimos meses le han llovido los títulos, todos merecidos, y su filosofía era esa: subir de abajo, revalorizar, vender, comprar, revalorizar y vender. Si retienes a Alves, cuando te ha dado lo que te ha dado y ofreciéndote lo que te han ofrecido por él, ¿qué le dirás al nuevo, que el día que pueda mejorar no le dejarás salir? El comportamiento de las personas es importantísimo. Y ahí el presidente del Sevilla falla.

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