Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, d’abril 09, 2007

LA LIGA SE APRIETA


El Barça sigue líder... pero el Madrid acecha

El Sevilla le concedió un nuevo respiro al Barcelona y no aprovechó la ocasión de ponerse líder.


Al Sevilla volvieron a pesarle las piernas en el momento decisivo, mientras que el Real Madrid aprovechó la coyuntura de jugar en casa sabiendo los resultados de sus rivales y recobra opciones en una Liga marcada por los despropósitos de unos y otros. El equipo de Juande Ramos desaprovechó ayer una nueva ocasión de encaramarse a lo alto de la clasificación y ponerse como líder.No es la primera vez que el Sevilla desaprovecha una ocasión como la que ayer se le presentó. El equipo andaluz necesitaba un triunfo ante el Racing de Santander para sumar tres puntos que le colocaban como primer clasificado de Primera tras el pinchazo del Barcelona en Zaragoza.Tras la derrota en La Romareda, el Sevilla tenía a tiro de dos puntos al equipo catalán, pero los sevillistas tan sólo pudieron hacerse con uno porque fueron incapaces de marcarle un miserable gol al Racing de Santander. A pesar de las ocasiones de los locales, sobretodo en la primera parte, el partido acabó con empate a cero y el Sevilla tuvo que conformarse en acabar la jornada a un solo punto del equipo de Rijkaard.Bien harían los barcelonistas en ponerse las pilas y no confiarse en que estos milagros se repitiesen cada semana, porque a fuerza de tentar a la suerte, un día ésta se le acabará a los barcelonistas.La buena noticia que deja la jornada de ayer es que el Barcelona va a seguir dependiendo de sí mismo para poder ser campeón, pero el margen respecto a sus más inmediatos perseguidores se ha estrechado peligrosamente.El Sevilla se ha acercado a un punto en una actuación agridulce, puesto que si bien es innegable que ha reducido margen respecto al Barça, también lo es que los de Nervión han perdido, de nuevo, una magnífica oportunidad para ponerse como líderes.Encima, entre el Barcelona y el Real Madrid le han vuelto a dar oxígeno a un Real Madrid que a pesar de las críticas a causa de su estilo de juego, se mantiene con opciones en la caza del líder y se ha puesto ya a dos puntos del Barcelona y uno del Sevilla.Los madridistas no fallaron ante su público e hicieron buena la ventaja psicológica de salir a jugar su partido ante Osasuna sabiendo el resultado de sus rivales.Raúl y Robinho firmaron los tantos que le dieron los tres puntos a un Madrid que siguió sin convencer plenamente a su parroquia, pero que volvió a mostrarse efectivo en las os áreas. Si en la navarra, fueron los dos delanteros merengues los que materializaron el tanto, en la propia, Iker Casillas volvió a ser providencial para el Real Madrid con sus paradas.Por tanto, el sprint final del campeonato se presenta apasionate. Las últimas nueve jornadas arrancan como si el campeonato empezara de nuevo. En este sentido, el mes de abril va a ser muy caliente. El Barça, a priori parece ser que es el equipo que tiene mejor calendario, pero lo cierto es que la Liga se ha estrechado tanto que en la próxima jornada hay tres equipos que pueden coronarse como líderes. A ver a quién le tiemblan menos las piernas.

La ‘flojera’ del Sevilla

Es un hecho que se ha repetido, con la de ayer, hasta en seis ocasiones en lo que va de campeonato y ha rebajado el crédito del Sevilla en la carrera por el título de Liga. El conjunto andaluz no ha sido capaz de aprovechar, por ahora, los tropiezos del Barça en la Liga. A cuatro empates y dos derrotas azulgrana de las que podía sacar beneficio, el Sevilla respondió con unos resultados aún peores: cuatro derrotas y dos empates.No deja de ser curioso porque, en los duelos directos, el Sevilla ha estado a un buen nivel, en líneas generales. Vapuleó al equipo de Frank Rijkaard en la final de la Supercopa de Europa (3-0) y le derrotó en el Sánchez Pizjuán en la Liga (2-1) tras remontarle un gol en contra. Además, en el Camp Nou le complicó las cosas mucho más de lo que indica el 3-1. Es como si, perdido el respeto al Barça, al equipo de Juande Ramos les impusiera mucho más la sensación de tener que asumir el papel del número uno.