Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, de març 01, 2007

El día que Frank se quedó con todos

Un crack en todos los sentidos. Frank Rijkaard, en la imagen felicitando a Albert Jorquera, demostró que también es un gran entrenador en la pizarra. Siempre se ha elogiado su capacidad de gestionar y resolver todos los problemas del vestuario y de lograr el máximo rendimiento de todas sus estrellas; ahora ya se puede destacar que sus planteamientos también gganan partidos--foto: eduard omedes

El día que Frank se quedó con todos
El técnico, de quien siempre se destaca su capacidad de gestionar el vestuario, se reivindicó en la pizarra
Su revolucionario 3-4-3 sorprendió a sus jugadores, a sus ayudantes, a Txiki y a un Zaragoza sin respuesta


En uno de sus momentos más delicados como entrenador azulgrana, tras la triple derrota en Liga frente al Valencia, en la Copa del Rey contra el Zaragoza y en la Champions ante el Liverpool, Frank Rijkaard se reivindicó en la pizarra. Del holandés siempre se había destacado su extraordinaria gestión de vestuario, su capacidad para lograr el máximo rendimiento de todos sus cracks, pero pocas veces sus planteamientos o sus decisiones durante los partidos habían recibido elogios. Ayer Rijkaard sorprendió a todo el mundo con un revolucionario 3-4-3 con el que se llevó la eliminatoria: los dos goles llegaron en los primeros veinticinco minutos ante un Zaragoza sin respuesta.
De inicio, nunca

Frank se quedó con todos. Con sus ayudantes y sus jugadores (pese a que lo había ensayado en la sesión a puerta cerrada del martes en el Camp Nou) e incluso con el propio Txiki Begiristain, quien en el descanso del partido reconoció que no esperaba el cambio táctico de su entrenador. Rijkaard sólo había recurrido a este sistema en situaciones límite, como el año pasado en Stamford Bridge tras el gol en propia puerta de Motta (aunque contra un rival con diez hombres) o a principio de temporada en la Supercopa de Europa frente al Sevilla en Mónaco. Pero de inicio, nunca.
Anteriormente, Frank había utilizado otros dos sistemas, el 4-3-3 que tantos éxitos le ha dado y el 4-2-3-1 que impuso cuando llegó y que únicamente tuvo cuatro meses de vida.
Sin '9', como el Dream Team

El técnico recurrió al sistema con el que creció en el Ajax y con el que jugó en el primer equipo de Amsterdam a las órdenes de Johan Cruyff, que fue quien lo importó en Barcelona unos años después. Con Jorquera bajo los palos, colocó como laterales a sus mejores marcadores, Oleguer y Puyol, y tiró de la experiencia de Thuram para el centro de la zaga; Márquez actuó por delante y completaron un rondo inédito en la medular los tres pequeños, Xavi, Deco e Iniesta; y arriba Giuly, Ronaldinho y Messi, con el brasileño como falso ariete. El Barça de ayer se pareció en casi todo al Dream Team, incluso en el hecho de jugar sin un '9', como en aquellos imborrables años Michael Laudrup.
El Barça jugó sin lateral izquierdo y sin delantero centro y, curiosamente, en el banquillo se quedaron, al lado de Víctor Valdés, dos laterales izquierdos (Zambrotta y Gio) y dos delanteros centros (Gudjohnsen y Saviola). La pregunta ahora es qué hará con ellos si mantiene la estrategia en los próximos compromisos. Y también con Eto'o, que se quedó en casa.
Lección táctica

Rijkaard dio una lección de cómo dar la vuelta a una eliminatoria muy difícil precisamente ante el rival que ya le había dejado fuera de la Copa en dos ocasiones, la pasada campaña y hace tres, cuando acaparó todas las críticas tras sustituir primero a Davids y después a Ronaldinho con el duelo igualado a sólo diez minutos de la prórroga. Ayer, en una primera parte de ensueño, el Barça tuvo el balón y supo en todo momento qué hacer con él. La superioridad azulgrana fue enorme y desde el primer minuto existía la sensación de que se remontaría el 0-1 adverso del Camp Nou.
Objetivo Anfield

El encuentro liguero ante el Sevilla, frente al segundo clasificado que figura únicamente a dos puntos, es importante, pero infinitamente menos del que tendrá lugar el martes en Anfield frente al Liverpool. En caso de derrota, en la Liga quedarían trece jornadas, mientras que el duelo europeo es a vida o muerte. Rijkaard, siempre exigente, seguro que corregirá los errores de la segunda parte, como algunas pérdidas de balón gratuitas o los problemas para defender las faltas laterales, aspecto del juego en el que los 'reds' no perdonan. Lo que seguro que ya ha conseguido Frank es descolocar a Benítez, que siempre decide su táctica en función del rival: ahora Rafa tendrá doble trabajo.