Penya Barcelonista de Lisboa

dilluns, de febrer 05, 2007

Líder a cámara lenta


• El Barça suma un pobre empate en el regreso de Etoo mientras el Madrid agrava su crisis


El Barça sigue líder, pero no chuta. Tiene la suerte de que quienes le persiguen andan peor que él, pero hace mucho que se echa de menos al campeón y no hay manera de que aparezca.

Ayer, en Pamplona (0-0), el Barça volvió a ser un equipo triste, no ya porque no estuviera Ronaldinho, al que también se le ha borrado la sonrisa, sino porque es la imagen que le acompaña desde hace tiempo.

En medio de un partido tristísimo, la única alegría que dejó el partido fue la reaparición de Etoo. El león ha salido de la jaula y los culés esperan que, con él, el Barça vuelva a dar un zarpazo a la Liga.

Etoo ya está aquí y Messi vuelve esta semana.

Dos motivos de esperanza, que es lo que necesita un equipo que ha dejado de jugar con alegría y que tiene que apretar los dientes juegue contra quien juegue. Está por ver si los dos, viniendo de donde vienen, se bastan y se sobran para recuperar al Barça perdido. Lo que es incuestionable es que este equipo necesita un chispazo, algo que acabe con su amnesia y le ayude a recordar lo que era.

Y jugando con Etoo, Messi y Ronaldinho es más fácil recuperar la memoria. O debería serlo.La gran esperanzaPero incluso, así, sin haber ganado fuera del Camp Nou desde hace más de dos meses, el Barça se mantiene en cabeza, un punto por encima del Sevilla, que sigue deshinchándose y que anoche debió tirarse de los pelos tras otra ocasión perdida. Podría ser líder y un inesperado empate en casa ante la Real le ha dejado como estaba o quizá peor, porque viendo correr otra vez a Etoo intuye que va a tenerlo más difícil.

A Etoo, que no entró en escena hasta los últimos nueve minutos, no solo se le espera por sus goles --Saviola lleva ya dos partidos sin marcar--; se le espera también para que sacuda a un Barça que anda amodorrado.

Marcha a cámara lenta, a imagen y semejanza de algunas de sus piezas. Márquez se ha empequeñecido, Edmilson es un poco más lento de lo que ya era, Deco quiere llegar a todo y no puede, Ezquerro ha dejado pasar las pocas ocasiones que ha tenido, y Saviola, si no marca, es como si no estuviera.Tampoco estaba Ronaldinho, aunque es verdad que hace mucho que no está el auténtico. Quizá es que también necesita tener cerca a Etoo y a Messi para reecontrarse consigo mismo. Quizá con eso basta para que el Barça despegue de una vez por todas. Es lo que necesita ahora, a punto de jugarse la Liga de verdad --con el Sevilla, el Valencia, el Madrid-- y ante el regreso a la Champions, con el Liverpool y Anfield a la vuelta de la esquina. Es lo que esperan los culés.

En el Madrid, en cambio, necesitan mucho más que eso. Ahí no hay esperanza ni paz posible.

Por la mañana, Ramón Calderón sacó pecho ante los peñistas, sintiéndose más legitimado que nunca, y por la noche, miles de socios, entre ellos muchos de los que le votaron, le pidieron a gritos y con pañuelos que dimita. Es un club de locos, metido en una guerra civil que lleva camino de no acabar nunca.

Meses y meses dándole vueltas a las elecciones, con la duda del voto por correo, y en cuanto la jueza ha dado su veredicto, la mayoría ya querría perder de vista al presidente.

Y a Fabio Capello, por supuesto. Cada rueda de prensa se ha convertido en una tortura para el técnico, a quien no hay día que no le pregunten por su dimisión.

Y él, erre que erre, que no se va, sobre todo, si no le llenan los bolsillos de pasta. Y no, precisamente, italiana.

Capello, en peligro

Pero Capello tuvo ayer un gesto mucho más despreciable que su fútbol. Un día después de decir que se sentía avergonzado como italiano por la tragedia de Catania, el técnico elogió a quienes no merecen una buena palabra. "Cuando las cosas van mal aquí, siempre lo mismo. Agradezco a los ultras que nos hayan apoyado", declaró, en alusión a la actitud de los Ultrasur.

Unas palabras que le pasarán factura, aquí y en Italia, donde su imagen ya está por los suelos después de huir de la Juventus. En Madrid, está mucho peor. Calderón ya piensa en la destitución. Con lo que le ha costado ser presidente, no va a dejar que Capello se lo lleve por delante.