Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, de novembre 22, 2009

EL PARTIDO EN SAN MAMÉS


Y Messi se lesiona
• El delantero argentino tuvo que pedir el cambio por unas molestias musculares que le pueden impedir jugar contra el Inter y el Madrid


EMILIO PÉREZ DE ROZAS
Pues no. No jugó Bojan de titular en San Mamés. Ni siquiera cuando Ibrahimovic está en su casa recuperando los músculos que no le dejan vivir tranquilo, tuvo sitio en el equipo inicial. Pues no, no jugó Bojan de titular y, además, Leo Messi se lesionó. Se dieron ayer todas esas circunstancias en Bilbao, pero Pep Guardiola, el técnico, escogió a otro nueve y Bojan no apareció hasta el minuto 75. No era un nueve cualquiera. Ni mucho menos. Es un nueve que se llama Messi, que terminó lesionado y con pocas opciones, por no decir ninguna, de jugar ante Inter y Madrid. Otro desastre más para un equipo que vive en la enfermería.
«¿La suplencia de Bojan? Lo que no me sorprende es ver a Leo de nueve, ya jugó ahí en el 2-6 del Bernabéu», recordó ayer Txiki Begiristain, evocando el mayor triunfo del Barça de Guardiola. Pero siendo noticiable esa suplencia de Bojan todo quedó oscurecido por la lesión de Messi en el aductor de la pierna izquierda. Había jugado una buena primera parte, pese a que malogró una clara ocasión, una de las que no solía errar. Pero en la segunda desapareció, engullido por la presión del Athletic y porque sus piernas no estaban finas.
Había pasado hora y cuarto cuando de forma discreta se vio obligado a pedir el cambio. Desde el centro del campo, y sin hacer mucho ruido, Messi miró al banquillo y de reojo deslizó la vista hacia Juanjo Brau, más que un fisioterapeuta, un amigo. Algo no iba bien en su cuerpo. Y avisado como está de que cuando recibe algún mensaje de sus piernas, levante la mano y abandone el campo, así lo hizo.
Ya había tenido suerte en la primera mitad. Suerte de poder llegar al descanso con la cara en su sitio porque Amorebieta, en una entrada criminal, plantó los tacos de aluminio en el rostro de Leo. Ni falta pitó el árbitro. ¿Tarjeta amarilla al central vasco? No. Messi, aturdido por el impacto de esa siniestra bota, abandonó el campo, recibió la ayuda médica de Ricard Pruna y le colocaron unas tiritas en el ojo derecho para parar la sangre.
En el aductor izquierdo
Messi volvió con esas tiritas, pero ya nada fue igual. No tuvo el nivel de la primera media hora de partido. Se le vio afectado. O, al menos, intimidado como pretendía Amorebieta. Peor lo tuvo, sin embargo, en la segunda mitad cuando apenas participó del encuentro, desconectado de Xavi, de Iniesta, de Pedro, prácticamente de todos. Estaba desconocido. Y, de repente, se tocó su pierna izquierda, disparando la preocupación en el barcelonismo. Con Ibra lesionado, con Abidal, Touré y Márquez padeciendo la gripe A, solo faltaba que Leo se lesionara en San Mamés, poco antes de asistir a la semana clave de la temporada con la visita del Inter y Madrid.
Al llegar al banquillo, Pruna, el médico, charló brevemente con Messi mientras este se tocaba la pierna izquierda. Después, Leo se tapó la cara mientras Puyol, el capitán, intentaba consolarle. Pero Guardiola no disimuló su pesimismo. «La primera sensación no es buena. Parece que costará que juegue contra el Inter y el Madrid. Pero eso nos hará más fuerte», dijo el técnico. Malas sensaciones. Lo dijo dos veces. Mala señal.