La Copa Pep
La Copa Pep
13 de mayo.- El pobre Athletic no tenía otro destino que perder. Es tanta la diferencia táctica y técnica con el Barcelona que pensar en otra cosa entraba en el terreno de la ciencia-ficción o de los sueños calderonianos. Pero de ilusiones también se vive.
Esta máquina del fútbol que es el Barcelona tampoco tiene piedad. Incluso puede resultar cruel. Deja cobrar ventaja a su víctima de caza, lo mismo al Athletic, al Chelsea o al Madrid, y luego los ametralla con una goleada sin piedad, con un fútbol de encantador de serpientes. Da igual que tenga bajas tan significativas como Márquez, Abidal, Iniesta y Henry. Es como un motor de Rolls Royce con las piezas de cambio perfectas.
Este Barcelona empieza a convertirse en un equipo de leyenda. Messi, Alves, Xavi, Iniesta, Piqué o Puyol van a ser nombres de héroes inmortales como si fueran los Mozart, Mahler y Händel del arte del fútbol. Ni 'dream team' ni puñetas. Esta es la 'magia' de Pep Guardiola, un equipo Pep. Una Liga Pep, una Copa Pep y quizá -tampoco es soñar mucho- una Champions Pep.
La brutal presión física impuesta por Caparrós duró hasta que Touré pinchó el globo. Fue bonito hasta los 30 primeros minutos, cuando la fuerza había reducido las distancias técnicas. Pero ahí acabó la final. Triste final para un Athletic que soñaba con recuperar un Copa perdida hace ya un cuarto de siglo.
Justo los años que una política aldeana y obsoleta margina al continuo fracaso a un club que estaba siempre destinado a una historia brillante. Una tozuda política que se ha engangrenado, sin que parezca sea reversible. Y la fiesta Pep, la fiesta de esta máquina preciosa de fútbol, aún no ha terminado. El domingo cae la Liga en Mallorca. Luego, quizá la Champions y mañana...
Esta máquina del fútbol que es el Barcelona tampoco tiene piedad. Incluso puede resultar cruel. Deja cobrar ventaja a su víctima de caza, lo mismo al Athletic, al Chelsea o al Madrid, y luego los ametralla con una goleada sin piedad, con un fútbol de encantador de serpientes. Da igual que tenga bajas tan significativas como Márquez, Abidal, Iniesta y Henry. Es como un motor de Rolls Royce con las piezas de cambio perfectas.
Este Barcelona empieza a convertirse en un equipo de leyenda. Messi, Alves, Xavi, Iniesta, Piqué o Puyol van a ser nombres de héroes inmortales como si fueran los Mozart, Mahler y Händel del arte del fútbol. Ni 'dream team' ni puñetas. Esta es la 'magia' de Pep Guardiola, un equipo Pep. Una Liga Pep, una Copa Pep y quizá -tampoco es soñar mucho- una Champions Pep.
La brutal presión física impuesta por Caparrós duró hasta que Touré pinchó el globo. Fue bonito hasta los 30 primeros minutos, cuando la fuerza había reducido las distancias técnicas. Pero ahí acabó la final. Triste final para un Athletic que soñaba con recuperar un Copa perdida hace ya un cuarto de siglo.
Justo los años que una política aldeana y obsoleta margina al continuo fracaso a un club que estaba siempre destinado a una historia brillante. Una tozuda política que se ha engangrenado, sin que parezca sea reversible. Y la fiesta Pep, la fiesta de esta máquina preciosa de fútbol, aún no ha terminado. El domingo cae la Liga en Mallorca. Luego, quizá la Champions y mañana...
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