LA BELLA Y LA BESTIA
El fútbol sutil del Barça contra la pasión del Athletic
El despliegue físico y criterio arbitral, la batalla mental, los balones aéreos, los cracks y el peso de la cantera marcarán el desenlace del encuentro
El despliegue físico y criterio arbitral, la batalla mental, los balones aéreos, los cracks y el peso de la cantera marcarán el desenlace del encuentro
Para unos es el encuentro de su carrera. Para los otros la posibilidad de seguir creyendo en el sueño del triplete, de convertirse en únicos en la historia del Barça. El Athletic querrá imponer su físico, su juego aéreo y su ilusión. El conjunto azulgrana querrá ganar con su sello propio, con sutileza, con inteligencia y con fútbol. Lo que aquí sigue son algunas claves para seguir la final de esta noche.
Despliegue físico y criterio arbitral
El Athletic no tiene ni trampa ni cartón. Si ha dicho que va a jugar con el alma, dejándose a jirones el corazón sobre el campo, lo va a hacer. El Athletic intentará que el partido tenga un ritmo intenso, pero a la vez confuso, acelerado pero al mismo tiempo entrecortado. Cuantas más interrupciones de presionar arriba a un equipo que sufre con el balón en los pies. De que sufran más o menos los tobillos de los jugadores del Barça se encargará Medina Cantalejo. Si es permisivo, el Athletic estará más a gusto y el Barça corre riesgo de descentrarse, como le ocurrió ante el Espanyol, el Valencia o el Chelsea.
La batalla mental.
El Athletic lleva varias semanas pensando únicamente en este partido. De hecho, desde que se metió en la final ha perdido cinco de los diez encuentros que ha jugado. En cambio, el Barça en su binomio Liga-Champions (10 partidos ganados, 5 empatados) apenas si miraba la cita de Mestalla de reojo. Puede que el Athletic esté más motivado y tenga más deseo de triunfo, pero está más ansioso. El Barça debería enfriar todos estos ánimos y actuar con inteligencia. Si consigue salir concentrado, muy metido y marcar rápidamente diferencias, puede desquiciar al contrario. En una final no importa nada que en la Liga el Barça saque 42 puntos al Athletic ni que el conjunto vizcaíno haya encajado la friolera de 55 goles en el campeonato, porque en la Copa se transforma y sólo ha recibido seis en ocho partidos. La defensa de los balones aéreos.El Athletic no se va a andar con sutilezas. Balón que coja, balón que tratará de enviar hacia Fernando Llorente, para que la baje para las incorporaciones de Toquero y Yeste. El delantero buscará el cuerpo a cuerpo con Piqué y Puyol para provocar faltas o córners. A balón parado el Athletic es temible y el Barça, que ha encajado ocho goles en los últimos cinco partidos, vulnerable.
El desequilibrio de los cracks.
Los cracks se miden por los títulos. Las estrellas tienen que aparecer en las finales. Los grandes jugadores son los que desequilibran los partidos decisivos. Es la hora de Messi, máximo goleador del equipo en la competición con 5 goles. Es la hora de Eto'o, a pesar de que sólo ha jugado 51 minutos en tres ratos en el torneo. Es el turno de que Xavi, que apenas ha sido una vez titular, guíe al Barça. Habrá que saber si Fernando Llorente puede ser algo más que Julen Guerrero y darle un título a su club. Al mismo tiempo, una final es un premio. O así lo ve Guardiola. Un regalo para aquellos que han conseguido la clasificación. Para el portero Pinto, el pillo que paró el penalti en Mallorca, y que posiblemente hoy siente a Valdés. Una gratitud para Bojan, que ha hecho suya la Copa del Rey marcando al Benidorm, al Atlético y al Espanyol. Ellos son los culpables de que el Barça vuelva a la final. El peso de la cantera.Once jugadores de la Masia contra once futbolistas de Lezama. Once canteranos hay en la plantilla del FC Barcelona aunque Jorquera e Iniesta no están disponibles. Otros dos de ellos hicieron este mismo viaje hace once años. Uno porque empezaba a entrenar con el primer equipo, Xavi. El otro porque su padre estaba en el último Barça que ganó la Copa, Busquets. Once cachorros de león hay en la expedición rojiblanca, aunque sólo cinco serán titulares. Como en el Barça. "Ganar un título con el Barcelona es especial para mí", confiesa Gerard Piqué. "Más personal que ganarlo con el Manchester United", admite. El que gane, lo disfrutará más. El que pierda, lo sentirá más.
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