Iniesta dispara al Barça hacia Roma
Iniesta dispara al Barça hacia Roma
• Un golazo de la estrella manchega en el alargue contrarresta el tanto inicial de Essien (1-1)
• Un golazo de la estrella manchega en el alargue contrarresta el tanto inicial de Essien (1-1)
Un golazo, surgido casi de la nada y en el último de los suspiros, ha disparado al Barça hacia Roma. De las botas más insospechadas partió ese tiro. No por falta de calidad, sino por una latente maldición que sufre con el gol. El obús milagroso y celestial partió de las botas de Andrés Iniesta, que aún humean y huelen a pólvora por ese proyectil descomunal que conectó.Un guiño de no se sabe quién catapultó a los azulgranas a la final cuando estaban ya medio sepultados. Por la falta de tiempo y por la angustia de no crear una ocasión decente que equilibrara el tanto inicial de Michael Essien. Al golazo con la izquierda del ghanés respondió el derechazo mayúsculo de Andresón, estampando el balón en la red y el sello de la clasificación en un final agónico para el Barça y dramático para el Chelsea, que se quedó con un palmo de narices.Más tiempo que nuncaResultó un mazazo en toda regla. Insuperable ante la nula posibilidad de meter un segundo gol, ya que el 1-1 clasificaba al Barça. La pantalla de Stamford Bridge marcaba 90+3 --el calamitoso cuarteto arbitral noruego había concedido cuatro minutos--, pero se jugaron cinco o seis más. Entre la fastuosa celebración del Barça --solo faltó Laporta en la montaña humana que se formó en el córner donde estaba la hinchada--, los cambios de Guardiola para acelerar las manecillas del reloj y la crispación del Chelsea, que pudo colgar un par de balones con Cech al remate.Otra inolvidable fiesta se desató en el Barça, de una dimensión parecida a la del sábado. Es el único paralelismo que puede trazarse entre el once de esta noche y el que bailó al Madrid. De haber podido, Guardiola habría repetido alineación, pero las bajas de Puyol (sancionado) y Henry (lesionado) se lo impedían. Pero dispuso al equipo de forma muy parecida, repitiendo la fórmula de situar a Leo Messi de falso delantero centro, dejando las bandas para Iniesta y Etoo.Un Chelsea prevenidoNo funcionó porque el Chelsea, ante esa eventualidad, estaba preparado. Essien ejerció de pivote detrás de cuatro centrocampistas. El ghanés se juntó con Alex y Terry para cerrar todos los caminos para que no se viera a la Pulga. Con Iniesta en el costado derecho del campo, le faltó capacidad de construcción al Barça.La otra fórmula del clásico --"chutar mucho a Casillas"-- tampoco fue explorada por el Barça, hasta que se vio muerto. Apenas conectó cuatro disparos en el primer tiempo. Los mismos que el Chelsea, que vivió de las rentas del obús de Essien. El gol de su vida marcó el abnegado mediocentro en el único momento que traspasó la divisoria. Lo tenía prohibido. Su labor era aguantar y pegar. Se asomó una vez y retrató a Valdés, que luego desbarató dos ocasiones más claras a Drogba. El meta mantuvo con vida al equipo. Encajar un tanto no era un problema: el problema era conseguir anotar uno.DesorientaciónEn ciertos momentos, el Barça pareció desorientado, sin saber qué camino tomar. Por el centro era misión imposible ante la aglomeración de kilos y músculos. El Chelsea dio más sensación de peligro porque cualquier falta o córner parecía medio gol, por lo que rugía la grada y por las menores dimensiones del rectángulo.El Barça chocó por dentro y atacó sin fe por las bandas. Debió intentarlo más cuando Messi e Iniesta se pegaron a los jueces de línea. Cada vez que encararon a sus pares, se escaparon. Pero esos segundos preciosos que utilizaban para encarar permitían al Chelsea replegarse. Si conseguían centrar, no veían más que camisetas azules dentro del área, ocultando a Etoo. Ni por alto ni por raso hubo posibilidad de remate, salvo que algún rechace imprevisible cayera en pies azulgranas. Así se forjó el milagro de Iniesta.Drogba fue mucho más visible que Etoo. Solo por el contraste de su camiseta azul entre las amarillas de Touré y Piqué, que le sacudieron de lo lindo, a tenor de las veces que fue atendido. El delantero se fajó como un león. Se trabajó sus ocasiones de gol y las falló, asfixiado de tanto correr. Piqué le remató en otro choque de trenes. Poco después, Hiddink retiró a Drogba y el delantero, como un masoquista, se marchó cabreado.No fue un gesto de misericordia el del técnico, sino de miedo. No por Drogba, sino para echar aún más atrás al equipo. Justo en el momento en que el Barça había perdido a Abidal. Hiddink colocó a Belletti en la banda para ayudar a Bosingwa con Iniesta. Don Andrés, Andresín, Gusiluz, llámenle como quieran, se ganó un lugar en la historia y en el recuerdo inolvidable de los culés.
FICHA TÉCNICA
Chelsea, 1: Cech; Bosingwa, Alex, Terry, A. Cole, Ballack, Essien, Anelka, Lampard, Malouda y Drogba (Belletti, min 72).
Barcelona, 1: Valdés; Alves, Piqué, Touré Yaya, Abidal, Busquets (Bojan, min 85), Xavi, Keita, Iniesta (Gudjohnsen, min 90+5), Messi y Eto'o (Sylvinho, min 90+7).Goles: 1-0: min 9, Essien. 1-1: m 90+3, Iniesta.
Árbitro: Tom Henning Ovrebo, noruego. Mostró cartulina amarilla a Alves (min 30), Essien (min 74), Alex (min 77), Etoo (min 91) y Drogba (con el partido ya concluido), y roja a Abidal (min 66).
Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en Stamford Bridge ante 42.000 espectadores, unos 3.000 de ellos aficionados del Barcelona.
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