La Liga se juega en los banquillos
La Liga se juega en los banquillos
Un día alguien se acercó a Bill Shankly, el legendario mánager del Liverpool, para preguntarle quiénes serían los titulares en el partido del día siguiente. Shankly se encogió de hombros: "Los mismos del año pasado".
Hoy Shankly no sería capaz de acertar una alineación. Forlán, máximo goleador del Atlético, se quedó fuera en Oporto; Higuaín, tras marcar 13 goles en el Bernabéu, fue suplente en el derby ante los rojiblancos; el Athletic recurrió a los suplentes en el partido de Liga ante el Sevilla para dedicarse en exclusiva a la Copa; Eto'o y Henry, tras anotar en Liga 37 goles entre ambos, calentaron banquillo en Almería cuando el partido se inició con el Madrid a sólo tres puntos del Barça. Sevilla y Valencia no han repetido una sola alineación.
Desde que los fisiólogos se metieron en las casetas el fútbol no ha vuelto a ser igual. La necesidad de administrar energía para competir en las Ligas domésticas y en la Liga de Campeones ha cambiado los hábitos de los entrenadores, alentados por una ola de avances tecnológicos, como el Omega Wave, un sofisticado sistema de detección del cansancio mediante la medición de parámetros cerebrales y fisiológicos.
Paradójicamente, a excepción de Barça y Sevilla, la necesidad de plantillas largas no ha estimulado la aprición de canteranos. Para los chicos de la casa, el Atlético es un secarral. El Madrid, otro.
A unos técnicos los anima una irrefrenable vocación creativa, a otros, el método científico. Todos revuelven el banquillo con fervor. Si el caso más concienzudo es el del Barça, el Madrid no parece tener método fijo. El equipo que dirigía Schuster empezó la temporada con el sistema de rotaciones que supervisó Valter di Salvo, el responsable del centro de alto rendimiento de Valdebebas. Tras la destitución del entrenador alemán, Juande Ramos ha descartado las rotaciones en favor de principios de orden táctico.Schuster nunca repitió equipo. Juande, con menos lesionados, ha repetido dos alineaciones en seis partidos. La presencia de Raúl es sintomática del cambio de criterio. Mientras que Schuster consideraba que Raúl, a sus 31 años, debía dosificarse más que nadie -lo dejó en el banquillo en dos ocasiones-, Juande opina al revés. Raúl es el hombre que más tiempo de acción acumula: 2.030 minutos. Juande ha preferido recurrir a las sustituciones para ahorrar la energía de sus delanteros. Si ha tenido que hacer una excepción, la ha hecho con el atacante que menos descanso necesitaba: Higuaín.
El Barcelona ha exprimido más su plantilla: Xavi, Eto'o y Alves han jugado más minutos que Raúl. Pero el equipo sólo ha repetido dos alineaciones en cuatro jornadas dispersas. Los cambios responden a dos factores. Primero, la voluntad de Guardiola de mantener alerta a sus jugadores y de tratar de que nadie se sienta ninguneado. Segundo, la intención de llegar lo más lejos posible en las tres competiciones, algo que según el cuerpo técnico sólo se consigue manteniendo frescos a sus futbolistas. El criterio de selección obedece tanto a las necesidades tácticas de cada partido como a la cautela para evitar lesiones. Los médicos y preparadores físicos del Barça han dividido el esfuerzo en microciclos de tres partidos. Por ejemplo, Messi no ha jugado nunca más de 270 minutos seguidos cada tres encuentros, dada la necesidad de protegerle de lesiones musculares, a las que por su fisiología está más expuesto. En Liga, Guardiola ha usado a 21 jugadores. Normalmente, el cambio de jugadores no ha afectado al sistema. Tampoco al juego. En Almería el Barça estaba bajo presión y, sin embargo, Guardiola dejó en el banquillo al pichichi, Eto'o, para apostar por una alineación inédita que acabó jugando de memoria. Bojan marcó el segundo del Barcelona tras una jugada que duró dos minutos y 49 segundos, en la que participaron todos los jugadores menos Valdés y Márquez.
En el Villarreal, Pellegrini querría rotar por sistema, pero, sobre todo, lo hace por obligación. Las lesiones han hecho que el técnico no pueda repetir nunca su alineación tipo: Diego; Ángel, Godín, Gonzalo, Capdevilla; Pires, Eguren, Senna, Cazorla; Llorente y Rossi. Por lo demás, Pellegrini cree en los relevos como un instrumento para dar descanso y motivar. Ibagaza fue el mejor en la Champions, pero este domingo, contra el Atlético, se quedó en el banquillo. Jugó Cani, que rota con Pires, Cazorla y Matías según un plan que pretende que la plantilla alcance el pico de forma entre marzo y mayo.
Fisiología al margen, la rotación más famosa de los últimos tiempos pertenece al Atlético y no se produjo en la Liga sino en la Champions. Ocurrió en Oporto, y tuvo a Abel como ideólogo y a Diego Forlán como protagonista. El entrenador del Atlético dejó al mejor goleador del equipo en el banquillo durante 53 minutos, y cuando echó mano de él era demasiado tarde. Abel justificó su decisión asegurando que el jugador estaba cansado: "Es algo que teníamos hablado él y yo desde hacía 15 días. Diego es un jugador importante y no podemos tenerle siempre al límite"
Desde que Abel se sienta en el banquillo, hace seis jornadas, nunca ha podido repetir equipo. Sí lo hizo su antecesor, Javier Aguirre. En tres ocasiones calcó una misma alineación, y en dos otra, un récord entre los equipos de lo alto de la clasificación.
Un día alguien se acercó a Bill Shankly, el legendario mánager del Liverpool, para preguntarle quiénes serían los titulares en el partido del día siguiente. Shankly se encogió de hombros: "Los mismos del año pasado".
Hoy Shankly no sería capaz de acertar una alineación. Forlán, máximo goleador del Atlético, se quedó fuera en Oporto; Higuaín, tras marcar 13 goles en el Bernabéu, fue suplente en el derby ante los rojiblancos; el Athletic recurrió a los suplentes en el partido de Liga ante el Sevilla para dedicarse en exclusiva a la Copa; Eto'o y Henry, tras anotar en Liga 37 goles entre ambos, calentaron banquillo en Almería cuando el partido se inició con el Madrid a sólo tres puntos del Barça. Sevilla y Valencia no han repetido una sola alineación.
Desde que los fisiólogos se metieron en las casetas el fútbol no ha vuelto a ser igual. La necesidad de administrar energía para competir en las Ligas domésticas y en la Liga de Campeones ha cambiado los hábitos de los entrenadores, alentados por una ola de avances tecnológicos, como el Omega Wave, un sofisticado sistema de detección del cansancio mediante la medición de parámetros cerebrales y fisiológicos.
Paradójicamente, a excepción de Barça y Sevilla, la necesidad de plantillas largas no ha estimulado la aprición de canteranos. Para los chicos de la casa, el Atlético es un secarral. El Madrid, otro.
A unos técnicos los anima una irrefrenable vocación creativa, a otros, el método científico. Todos revuelven el banquillo con fervor. Si el caso más concienzudo es el del Barça, el Madrid no parece tener método fijo. El equipo que dirigía Schuster empezó la temporada con el sistema de rotaciones que supervisó Valter di Salvo, el responsable del centro de alto rendimiento de Valdebebas. Tras la destitución del entrenador alemán, Juande Ramos ha descartado las rotaciones en favor de principios de orden táctico.Schuster nunca repitió equipo. Juande, con menos lesionados, ha repetido dos alineaciones en seis partidos. La presencia de Raúl es sintomática del cambio de criterio. Mientras que Schuster consideraba que Raúl, a sus 31 años, debía dosificarse más que nadie -lo dejó en el banquillo en dos ocasiones-, Juande opina al revés. Raúl es el hombre que más tiempo de acción acumula: 2.030 minutos. Juande ha preferido recurrir a las sustituciones para ahorrar la energía de sus delanteros. Si ha tenido que hacer una excepción, la ha hecho con el atacante que menos descanso necesitaba: Higuaín.
El Barcelona ha exprimido más su plantilla: Xavi, Eto'o y Alves han jugado más minutos que Raúl. Pero el equipo sólo ha repetido dos alineaciones en cuatro jornadas dispersas. Los cambios responden a dos factores. Primero, la voluntad de Guardiola de mantener alerta a sus jugadores y de tratar de que nadie se sienta ninguneado. Segundo, la intención de llegar lo más lejos posible en las tres competiciones, algo que según el cuerpo técnico sólo se consigue manteniendo frescos a sus futbolistas. El criterio de selección obedece tanto a las necesidades tácticas de cada partido como a la cautela para evitar lesiones. Los médicos y preparadores físicos del Barça han dividido el esfuerzo en microciclos de tres partidos. Por ejemplo, Messi no ha jugado nunca más de 270 minutos seguidos cada tres encuentros, dada la necesidad de protegerle de lesiones musculares, a las que por su fisiología está más expuesto. En Liga, Guardiola ha usado a 21 jugadores. Normalmente, el cambio de jugadores no ha afectado al sistema. Tampoco al juego. En Almería el Barça estaba bajo presión y, sin embargo, Guardiola dejó en el banquillo al pichichi, Eto'o, para apostar por una alineación inédita que acabó jugando de memoria. Bojan marcó el segundo del Barcelona tras una jugada que duró dos minutos y 49 segundos, en la que participaron todos los jugadores menos Valdés y Márquez.
En el Villarreal, Pellegrini querría rotar por sistema, pero, sobre todo, lo hace por obligación. Las lesiones han hecho que el técnico no pueda repetir nunca su alineación tipo: Diego; Ángel, Godín, Gonzalo, Capdevilla; Pires, Eguren, Senna, Cazorla; Llorente y Rossi. Por lo demás, Pellegrini cree en los relevos como un instrumento para dar descanso y motivar. Ibagaza fue el mejor en la Champions, pero este domingo, contra el Atlético, se quedó en el banquillo. Jugó Cani, que rota con Pires, Cazorla y Matías según un plan que pretende que la plantilla alcance el pico de forma entre marzo y mayo.
Fisiología al margen, la rotación más famosa de los últimos tiempos pertenece al Atlético y no se produjo en la Liga sino en la Champions. Ocurrió en Oporto, y tuvo a Abel como ideólogo y a Diego Forlán como protagonista. El entrenador del Atlético dejó al mejor goleador del equipo en el banquillo durante 53 minutos, y cuando echó mano de él era demasiado tarde. Abel justificó su decisión asegurando que el jugador estaba cansado: "Es algo que teníamos hablado él y yo desde hacía 15 días. Diego es un jugador importante y no podemos tenerle siempre al límite"
Desde que Abel se sienta en el banquillo, hace seis jornadas, nunca ha podido repetir equipo. Sí lo hizo su antecesor, Javier Aguirre. En tres ocasiones calcó una misma alineación, y en dos otra, un récord entre los equipos de lo alto de la clasificación.
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