El Barça aprende a sufrir
El Barça aprende a sufrir
Un gol de Puyol y otro de Messi desatascan el partido frente al Stuttgart, en el que Ronadinho regresó a la titularidad
Un gol de Puyol y otro de Messi desatascan el partido frente al Stuttgart, en el que Ronadinho regresó a la titularidad
Menos brillante, pero igual de efectivo. El Barça corroboró la línea ascendente ofrecida contra el Levante con un nuevo triunfo frente al Sttutgart. Lejos de todo debate, el engranaje continúa funcionando esté o no Ronaldinho. El brasileño volvió a la titularidad, jugó algo más de ochenta minutos y ofreció algunos destellos de su recuperación. Eso sí, el astro no sobresalió entre la pragmatismo demostrado por su equipo. El Barça, en una versión más oficiosa, arañó un valioso triunfo del territorio alemán. Una victoria con un alto coste. Puyol y Márquez cayeron en la batalla que estuvo en el aire hasta un providencial gol del capitán.
En el tramo inicial, el Barça mostró su mejor cara. Pese a no contar con Touré como destructor y la prematura lesión de Márquez, el equipo azulgrana se adueñó del envite. Iniesta actuó como motor, bien secundado por Xavi y un operativo Deco. En la vanguardia, Messi prolongó su ejercicio de diabluras a través de una eficiente conexión con Henry. Y como piedra de toque de la contienda, Ronaldinho. El brasileño saltó muy motivado al césped de Stuttgart, aunque su protagonismo menguó de forma paralela a la pérdida de autoridad del Barça. El '10' se mostró muy participativo, trazó pases dotados de mucho peligroso e incluso fabricó una ruleta marca de la casa.
Mientras, el Stuttgart tuvo la gran virtud de resistir el acoso inicial de los de Rijkaard. A partir de ahí, el equipo germano mostró sus cartas. Un juego escasamente elaborado, muy directo pero con la eficiencia propia del hacer alemán. Nada más comenzar, una buena combinación entre Ronaldinho, Messi y Deco finalizó con un potentísimo zambombazo del medio luso que se estrelló en la base del poste de Schäffer. Instantes después, fue el argentino quien pudo abrir la lata, pero se topó con la salida del rocoso meta del Stuttgart.
El Barcelona dominaba con relativa claridad. No obstante, el escaso acierto en los metros finales hizo que los azulgranas probasen otras variantes. Ronaldinho volvió a ejercer de 'francotirador' con un lanzamiento de falta que acarició el tanto, mientras que Messi, el más destacado entre los de Rijkaard, dispuso de una nueva ocasión en un mano a mano que desbarató Schäffer. Ante la ausencia del gol, Ronaldinho tiró de repertorio y sirvió un excelso pase de cuchara que empalmó Henry con dirección a las manos del meta germano. Una acción que marcó un punto de inflexión en la primera mitad, ya que en los quince últimos minutos, fue el Stuttgart quien pudo estrenar el marcador apoyado en el instinto de su ariete, Mario Gómez. El delantero, de origen español, probó en diversas ocasiones a Víctor Valdés, que salvó a su equipo con dos paradas impregnadas de reflejos. Y en la prolongación, un inexplicable error de Farnerud a puerta vacía privó a los alemanes de la recompensa.
Puyol, cara y cruz
En el segundo acto, el Barça dinamitó el encuentro en apenas quince minutos. El Sttugart, lanzado al ataque en sus compases iniciales, pagó muy cara su valentía. Pero no fue Messi. Ni tampoco Henry o Ronaldinho. Fue Puyol, a través de una acción más propia de un '9' que de un central, quien logró perforar la meta rival. El capitán azulgrana aprovechó un cabezazo en semifallo de Ronaldinho para enviar el esférico a las redes y desatascar un partido que pintaba oscuro para su equipo. Pero lo qué son las cosas. Instantes después, el zaguero sembró las alarmas al tener que retirarse por unas molestias en su rodilla derecha, y Abidal pasó a ocupar el eje de la defensa.
El tanto resquebrajó el esquema del Sttugart, erosionado por el esfuerzo realizado a lo largo de todo el partido. Mientras, el Barça recuperó la manija y los desmarques de Henry y Messi comenzaron a generar suculentos espacios. La alianza franco-argentina obtuvo rápidamente sus frutos, ya que gracias a un magnífico pase de 'Tití', la joven estrella azulgrana pudo certificar el triunfo con un segundo tanto. Desde ese instante, la cita entró en la fase más plácida para el Barcelona, que pudo ampliar la renta si sus delanteros se hubieran mostrado más incisivos. Uno de ellos, Ronaldinho, que una vez más fue sustituido por Rijkaard. Parafraseando a su técnico, "todo un lujo".
Mientras, el Stuttgart tuvo la gran virtud de resistir el acoso inicial de los de Rijkaard. A partir de ahí, el equipo germano mostró sus cartas. Un juego escasamente elaborado, muy directo pero con la eficiencia propia del hacer alemán. Nada más comenzar, una buena combinación entre Ronaldinho, Messi y Deco finalizó con un potentísimo zambombazo del medio luso que se estrelló en la base del poste de Schäffer. Instantes después, fue el argentino quien pudo abrir la lata, pero se topó con la salida del rocoso meta del Stuttgart.
El Barcelona dominaba con relativa claridad. No obstante, el escaso acierto en los metros finales hizo que los azulgranas probasen otras variantes. Ronaldinho volvió a ejercer de 'francotirador' con un lanzamiento de falta que acarició el tanto, mientras que Messi, el más destacado entre los de Rijkaard, dispuso de una nueva ocasión en un mano a mano que desbarató Schäffer. Ante la ausencia del gol, Ronaldinho tiró de repertorio y sirvió un excelso pase de cuchara que empalmó Henry con dirección a las manos del meta germano. Una acción que marcó un punto de inflexión en la primera mitad, ya que en los quince últimos minutos, fue el Stuttgart quien pudo estrenar el marcador apoyado en el instinto de su ariete, Mario Gómez. El delantero, de origen español, probó en diversas ocasiones a Víctor Valdés, que salvó a su equipo con dos paradas impregnadas de reflejos. Y en la prolongación, un inexplicable error de Farnerud a puerta vacía privó a los alemanes de la recompensa.
Puyol, cara y cruz
En el segundo acto, el Barça dinamitó el encuentro en apenas quince minutos. El Sttugart, lanzado al ataque en sus compases iniciales, pagó muy cara su valentía. Pero no fue Messi. Ni tampoco Henry o Ronaldinho. Fue Puyol, a través de una acción más propia de un '9' que de un central, quien logró perforar la meta rival. El capitán azulgrana aprovechó un cabezazo en semifallo de Ronaldinho para enviar el esférico a las redes y desatascar un partido que pintaba oscuro para su equipo. Pero lo qué son las cosas. Instantes después, el zaguero sembró las alarmas al tener que retirarse por unas molestias en su rodilla derecha, y Abidal pasó a ocupar el eje de la defensa.
El tanto resquebrajó el esquema del Sttugart, erosionado por el esfuerzo realizado a lo largo de todo el partido. Mientras, el Barça recuperó la manija y los desmarques de Henry y Messi comenzaron a generar suculentos espacios. La alianza franco-argentina obtuvo rápidamente sus frutos, ya que gracias a un magnífico pase de 'Tití', la joven estrella azulgrana pudo certificar el triunfo con un segundo tanto. Desde ese instante, la cita entró en la fase más plácida para el Barcelona, que pudo ampliar la renta si sus delanteros se hubieran mostrado más incisivos. Uno de ellos, Ronaldinho, que una vez más fue sustituido por Rijkaard. Parafraseando a su técnico, "todo un lujo".
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