BARCELONA 3 - ATHLETIC 1
Ronaldinho lidera un polémico triunfo
Los de Rijkaard dominan con buen fútbol ante un Athletic maniatado que lo intentó sin fortuna en la segunda mitad
Los de Rijkaard dominan con buen fútbol ante un Athletic maniatado que lo intentó sin fortuna en la segunda mitad
Dispuestos a lavar la imagen ofrecida hace una semana en Santander, los pupilos de Frank Rijkaard han saltado al césped del Camp Nou con la tarea pendiente de resolver el envite con estilo y buen fútbol, contentar a una afición mosqueada y regresar cuanto antes a la cabeza de la tabla. No les ha sido difícil. La velocidad de los azulgrana, fraguada a base de toques rápidos, mareó desde el inicio a los bilbaínos, agujereados en el centro del campo, que apenas controlaron el balón, y cuando lo hicieron, casi no crearon peligro en la meta de Valdés.
Messi y Henry han dado buena cuenta de su calidad, pero el protagonista del festival culé ha sido, una vez más, Ronaldinho. Desde el primer minuto, el astro brasileño fue la brújula y reflejo de un enérgico Barcelona que se gustaba con el balón en las botas, presionando sin descanso la portería de Gorka. Los primeros avisos, sin embargo, vinieron de la mano de Leo Messi. El argentino, en una internada por la derecha, fue el primero en intentarlo. Dribló a dos defensas rojiblancos y lanzó con fuerza, pero no hubo fortuna. Sí, aplausos. El gol era cuestión de tiempo. Concretamente, tres minutos.
El Barça no cejaba en su empeño por inaugurar el marcador, y 'Ronie', con más ganas que ninguno, ha ido recortando metros en su camino a la frontal del área. Iraola detuvo en falta las zancadas del delantero, y el Athletic lo pagó caro. La falta, casi ideal para el carioca, presagiaba diana, y el ritual Ronaldinho, una vez más, dio resultado. Mesó el balón, contó los pasos y miró de perfil a Gorka. El balón entraba como un obús por la escuadra izquierda, y la grada enloquecía por primera vez.
El combinado de Joaquín Caparrós intentó en vano quitarse la mordaza que Deco, Touré Yaya, Xavi y Zambrotta crearon en la divisoria, pero sólo consiguió crear peligro de lejos. Tico, en el minuto 15, y Susaeta, el más mordaz, en el 25, hicieron trabajar a Valdés con dos tiros francos muy tímidos. El Athletic no existió en la primera parte, y el Barcelona exprimió su condición de local para intimidar aún más a su rival.
Henry, paciente, esperaba su turno apoyando su juego en Deco y Ronaldinho, pero fue a la media hora cuando dio su contribución al resultado. Tras una galopada al área, el francés ha chocado con la cara de Gorka cuando intentaba sortearle, y el colegiado señaló un penalti dudoso a favor de los locales. El cancerbero del equipo vasco, con el labio roto por el encontronazo, no pudo detener el disparo de Ronaldinho, que marcaba el segundo. El tesón de Henry no cesó, y Can Barça se fue al descanso ovacionando al francés.
45 minutos de contención y polémica
La reanudación devolvió un juego más contundente e intermitente a causa de las faltas. El Barça, menos dominante, y el Athletic, más sólido, volvían a medirse en un segundo acto que comenzó cuando transcurrían ya 15 minutos. Henry, sediento de gol, visitaba de nuevo el área rival en una jugada desafortunada que culminó Deco tras un disparo del ariete al larguero. Era su despedida. Se cumplía su hora en el campo y Rijkaard daba frescura sustituyéndole por Giovanni.
Pero el Athletic no se achicó, y Susaeta, muy activo durante la segunda parte, vio recompensado su debut a los 25 minutos con una salida desacertada de Valdés, que dejó el balón en bandeja para que centrocampista lo empujara al fondo de la red. Entonces llegó la moviola. No había terminado de aplaudir la afición visitante cuando el travesaño de Gorka repelía un gran derechazo de Yaya Touré en el minuto 27.
Ni azulgranas ni rojiblancos dieron como válida la acción del marfileño, y el juego siguió su curso sin alteraciones durante unos minutos. Pero Megía Dávila no se daba por satisfecho y de nuevo dejó su sello en el Nou Camp en favor de los de Rijkaard. Tras consultar con el asistente, Dávila detenía el juego y daba por acertado el tiro de Touré con la incredulidad y desesperación reflejada en la cara de los vizcaínos. 3-1.
Tras las expulsiones de Motta y Kolkili, el partido fue un pasillo oscuro cargado de faltas para el Barcelona, iluminado tan sólo con las filigranas de Giovanni y Messi. El Athletic siguió intentándolo hasta el final, pero la fortuna hoy no estuvo de su lado, y regresan a San Mamés dejando tres puntos a un Barça muy acertado que respira aliviado viendo resurgir el potencial de sus jugadores.
El Barça no cejaba en su empeño por inaugurar el marcador, y 'Ronie', con más ganas que ninguno, ha ido recortando metros en su camino a la frontal del área. Iraola detuvo en falta las zancadas del delantero, y el Athletic lo pagó caro. La falta, casi ideal para el carioca, presagiaba diana, y el ritual Ronaldinho, una vez más, dio resultado. Mesó el balón, contó los pasos y miró de perfil a Gorka. El balón entraba como un obús por la escuadra izquierda, y la grada enloquecía por primera vez.
El combinado de Joaquín Caparrós intentó en vano quitarse la mordaza que Deco, Touré Yaya, Xavi y Zambrotta crearon en la divisoria, pero sólo consiguió crear peligro de lejos. Tico, en el minuto 15, y Susaeta, el más mordaz, en el 25, hicieron trabajar a Valdés con dos tiros francos muy tímidos. El Athletic no existió en la primera parte, y el Barcelona exprimió su condición de local para intimidar aún más a su rival.
Henry, paciente, esperaba su turno apoyando su juego en Deco y Ronaldinho, pero fue a la media hora cuando dio su contribución al resultado. Tras una galopada al área, el francés ha chocado con la cara de Gorka cuando intentaba sortearle, y el colegiado señaló un penalti dudoso a favor de los locales. El cancerbero del equipo vasco, con el labio roto por el encontronazo, no pudo detener el disparo de Ronaldinho, que marcaba el segundo. El tesón de Henry no cesó, y Can Barça se fue al descanso ovacionando al francés.
45 minutos de contención y polémica
La reanudación devolvió un juego más contundente e intermitente a causa de las faltas. El Barça, menos dominante, y el Athletic, más sólido, volvían a medirse en un segundo acto que comenzó cuando transcurrían ya 15 minutos. Henry, sediento de gol, visitaba de nuevo el área rival en una jugada desafortunada que culminó Deco tras un disparo del ariete al larguero. Era su despedida. Se cumplía su hora en el campo y Rijkaard daba frescura sustituyéndole por Giovanni.
Pero el Athletic no se achicó, y Susaeta, muy activo durante la segunda parte, vio recompensado su debut a los 25 minutos con una salida desacertada de Valdés, que dejó el balón en bandeja para que centrocampista lo empujara al fondo de la red. Entonces llegó la moviola. No había terminado de aplaudir la afición visitante cuando el travesaño de Gorka repelía un gran derechazo de Yaya Touré en el minuto 27.
Ni azulgranas ni rojiblancos dieron como válida la acción del marfileño, y el juego siguió su curso sin alteraciones durante unos minutos. Pero Megía Dávila no se daba por satisfecho y de nuevo dejó su sello en el Nou Camp en favor de los de Rijkaard. Tras consultar con el asistente, Dávila detenía el juego y daba por acertado el tiro de Touré con la incredulidad y desesperación reflejada en la cara de los vizcaínos. 3-1.
Tras las expulsiones de Motta y Kolkili, el partido fue un pasillo oscuro cargado de faltas para el Barcelona, iluminado tan sólo con las filigranas de Giovanni y Messi. El Athletic siguió intentándolo hasta el final, pero la fortuna hoy no estuvo de su lado, y regresan a San Mamés dejando tres puntos a un Barça muy acertado que respira aliviado viendo resurgir el potencial de sus jugadores.
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