Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, de setembre 02, 2007

El Barça gana (3-1) y recupera sus señas de identidad frente al Athletic


El Barça gana (3-1) y recupera sus señas de identidad frente al Athletic
Un controvertido penalti y un gol muy dudoso, permitieron al equipo azulgrana redondear el resultado después de sacar a escena su mejor versión

El Barcelona recuperó sus señas de identidad y superó al Athletic de Bilbao (3-1) en un partido condicionado por dos decisiones arbitrales, un controvertido penalti y un gol muy dudoso, que permitieron al equipo azulgrana redondear el resultado después de sacar a escena su mejor versión.

El conjunto de Rijkaard jugó más y mejor que el Athletic, hasta parecerse al de sus mejores días, pero el resultado final quedó marcado por Megía Dávila, protagonista en los dos últimos goles del equipo local: un penalti de Gorka a Henry que admite muchas dudas y un tanto inexistente de Touré.Pero más allá del árbitro, el Barça mereció de todas maneras la victoria frente a un Athletic peleón y que fue de menos a más. De vuelta a casa, el Barcelona fue un equipo más reconocible que el de Santander. Se desplegó desde la retaguardia con dos laterales con pinta de extremos, especialmente un pletórico Abidal, recuperó a un Deco muy batallador y volvió a presionar en cancha contraria, primer punto del decálogo de Rijkaard.En la línea de ataque, la movilidad de Henry, Ronaldinho y Messi es un seguro de vida. Con ánimo de borrar la imagen ofrecida en Santander, el Barça buscó la meta de Gorka Iraizoz desde el pitido inicial para cerrar al menos los debates sobre la actitud del equipo.La puesta en escena pareció intimidar al Athletic, un equipo joven y en plena construcción que se fue creciendo con el paso de los minutos. Le intimidó el arranque de Ronaldinho, muy activo en el primer partido del curso en el Camp Nou. El brasileño pidió la pelota para ejecutar una falta al borde del área.Gol de Ronaldinho de tiro libreCon la facilidad propia de los 'cracks', una pelota contundente y dibujada a la escuadra derecha de Iraizoz, abrió el marcador. Con el viento a favor, el Barcelona disfrutó de sus mejores minutos de juego.Frente a un Athletic inofensivo, incapaz de mantener la posesión de la pelota, el equipo de Frank Rijkaard recuperó su identidad. Presionó desde la frontal del área rival y se movió con rapidez. Desarboló al Athletic con su juego de combinaciones y veloz para deleite de una grada que se reencontró con la mejor versión de los suyos.

Penalti dudoso

En una de sus aproximaciones, el árbitro señaló un penalti más que dudoso. Gorka intentó tapar a Henry, y ambos jugadores chocaron en la disputa del balón. El francés golpeó involuntariamente en la cara al portero del Athletic, pero Megía Dávila indicó el punto de penalti. Ronaldinho acudió a la cita y logró el 2-0 sin despeinarse.El panorama del partido ofrecía indicios de goleada, pero el Barcelona rebajó su ritmo en la reanudación. Presentó un disparo al palo de Henry y un par de aproximaciones del debutante Giovani, pero no fue capaz de sentenciar definitivamente el partido para alivio del Athletic.

El descuento del Athletic

El guión del encuentro siguió el patrón de algunos partidos del curso pasado: cuando tiene el partido controlado, el Barcelona se empeña en complicarse la vida. Resucitó al equipo vasco en una jugada a balón parado. Valdés rechazó mal y Susaeta remató a gol.La irrupción del delantero bilbaíno, todo descaro, fue la mejor noticia para el conjunto de Caparrós. Sin tiempo para disfrutar del tanto, el Athletic se resignó a perder el partido. Lo hizo en una acción extraña, protagonizada por el intervencionismo del árbitro y su asistente.

Gol de dudoso de Touré

Touré conectó un disparo seco que golpeó el larguero y botó en la línea de meta. Nadie protestó, apenas un gesto tímido del marfileño, pero de manera sorprendente, un minuto y medio después, el asistente corrió hacia el centro del campo y Megía Dávila le consultó. Gol.La decisión del colegiado cerró de un plumazo el partido, para desesperación de un Athletic en ascenso y alivio del Barça, que se embolsó los puntos con ayuda arbitral en un partido en el que no la necesitó, a tenor de su vuelta al buen gusto futbolístico en el día en el que el Camp Nou saludó a otro de sus ídolos, el joven Giovani dos Santos.