Nos engañan como a chinos
Nos engañan como a chinos
Muchas cosas tienen que cambiar en Beijing para que los Juegos Olímpicos del 2008 sean un éxito. Poco importa si las instalaciones olímpicas finalmente se terminan a tiempo –eso es lo mínimo exigible–, el país sigue viviendo esa contradicción entre el comunismo latente y la necesaria apertura al mundo para acabar dominándolo.
El primer día de estancia en Beijing dejó la sensación de caos absoluto en la organización del partido del Barça, especialmente para todo aquel que no lleve colgado un distintivo con estas siglas: VIP. La consigna parecía premeditada: fastidiar a los medios de comunicación desplazados hasta la capital china para cubrir el evento.
La entrada al país para los equipos televisivos de Barça TV y Televisión Española fue tremenda: cinco horas de trámite que hace un año se solventaba en quince minutos. Y eso que sólo venían a cubrir un partido de fútbol, nada de entrar en política y otros berenjenales. La siguiente sorpresa fue descubrir que por recoger la acreditación del partido los organizadores exigían 50 euros. Al advertirnos un andaluz residente en Beijing que él había pagado 5 euros, una ola de indignación sacudió al grupo. Conclusión: aquí no paga nadie. Lo mismo pasa con las tarjetas de teléfono, a precio de oro para los turistas que no tienen los ojos achinados, especialmente para 'ese grupo del Barça'. Es Beijing, pero podría ser Nápoles.
Quizá por todo esto la llegada al entrenamiento del Barça resultó una aventura con todo tipo de frenos, trabas y protagonistas secundarios capaces de generar un mal humor incontrolable. Los policías no entendían que el color de la acreditación del periodista (marrón) no era como el suyo, verde, que es el color destinado a la seguridad. Y aquí por nada te ponen la mano encima, están tan acostumbrados a tocarse que empujan y zarandean.
El apoyo de Laporta
Para los encargados de transmitir la información todo son pegas, la solución que nos queda es'regatear' por una acreditación VIP de la que sí disponen seguidores que han viajado con el mismo vuelo y que tienen como único trabajo divertirse. Ahí es donde el club debe actuar.
Joan Laporta ofreció al grupo su ayuda, incluso pidió a la Policía que habilitase un espacio para los periodistas, aunque con poca suerte por el momento. El Barça seguro que se implica para intentar solucionar un problema que afecta directamente a la imagen del club, aunque son las autoridades chinas las que deben hacer entender a sus subalternos que o cambian de actitud o Beijing 2008 será un desastre.
Tan obsesionados como estaban con la seguridad –sólo dejaron que accediesen 2.500 seguidores a la grada– y va y se les cuela una aficionada con un inmenso bolso plateado que primero se fotografió con Rijkaard y después entró al campo para lanzarse sobre Ronaldinho. Paco Seirul.lo impidió que la muchacha acabase revolcándose con el 'Gaúcho' y le soltó una reprimenda, igual que el público, que abucheó a la joven… y a la falta de seguridad
La entrada al país para los equipos televisivos de Barça TV y Televisión Española fue tremenda: cinco horas de trámite que hace un año se solventaba en quince minutos. Y eso que sólo venían a cubrir un partido de fútbol, nada de entrar en política y otros berenjenales. La siguiente sorpresa fue descubrir que por recoger la acreditación del partido los organizadores exigían 50 euros. Al advertirnos un andaluz residente en Beijing que él había pagado 5 euros, una ola de indignación sacudió al grupo. Conclusión: aquí no paga nadie. Lo mismo pasa con las tarjetas de teléfono, a precio de oro para los turistas que no tienen los ojos achinados, especialmente para 'ese grupo del Barça'. Es Beijing, pero podría ser Nápoles.
Quizá por todo esto la llegada al entrenamiento del Barça resultó una aventura con todo tipo de frenos, trabas y protagonistas secundarios capaces de generar un mal humor incontrolable. Los policías no entendían que el color de la acreditación del periodista (marrón) no era como el suyo, verde, que es el color destinado a la seguridad. Y aquí por nada te ponen la mano encima, están tan acostumbrados a tocarse que empujan y zarandean.
El apoyo de Laporta
Para los encargados de transmitir la información todo son pegas, la solución que nos queda es'regatear' por una acreditación VIP de la que sí disponen seguidores que han viajado con el mismo vuelo y que tienen como único trabajo divertirse. Ahí es donde el club debe actuar.
Joan Laporta ofreció al grupo su ayuda, incluso pidió a la Policía que habilitase un espacio para los periodistas, aunque con poca suerte por el momento. El Barça seguro que se implica para intentar solucionar un problema que afecta directamente a la imagen del club, aunque son las autoridades chinas las que deben hacer entender a sus subalternos que o cambian de actitud o Beijing 2008 será un desastre.
Tan obsesionados como estaban con la seguridad –sólo dejaron que accediesen 2.500 seguidores a la grada– y va y se les cuela una aficionada con un inmenso bolso plateado que primero se fotografió con Rijkaard y después entró al campo para lanzarse sobre Ronaldinho. Paco Seirul.lo impidió que la muchacha acabase revolcándose con el 'Gaúcho' y le soltó una reprimenda, igual que el público, que abucheó a la joven… y a la falta de seguridad
1 Comments:
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20170621
By Unknown, at 6:57 a. m.
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