Penya Barcelonista de Lisboa

dissabte, de maig 05, 2007

El Barça reivindica su cetro


El Barça reivindica su cetro
Los goles de Iniesta y Eto'o consolidan el liderato de los de Rijkaard, que volvieron a vencer lejos del Camp Nou casi dos meses después.


Anoeta acogía un encuentro de tintes dramáticos. Un envite de sentimientos enfrentados en el que un mal paso de cualquiera de los contendientes podía dejarles muy mal parados. Los unos, en busca de un peldaño más hacia el Edén; los otros, tras la pista de tres puntos vitales para acercarse a su objetivo de abandonar los bajos fondos de la Liga. El Barcelona, en su condición de líder, tiró de manual para desatascar un partido trabado en el que la Real Sociedad refrendó una nefasta temporada.


Sin la brújula que aporta Deco, el equipo de Frank Rijkaard se encomendó a las genialidades de su tridente de ataque, que hasta mediada la primera mitad no comenzó a ofrecer signos de carburar. Por su parte, el técnico del conjunto donostiarra, Miguel Ángel Lotina, tejió una tela de araña en el centro del campo con el fin de bloquear la máquina creativa azulgrana.


El choque comenzó con un sobresalto para los realistas, ya que a los cinco minutos, un buena combinación entre Messi, Gio y Xavi terminó con el gol del '6' catalán. Sin embargo, Teixeira Vitienes anuló el tanto correctamente al apreciar la posición ilegal del jugador blaugrana. Lejos de reaccionar, la Real Sociedad cedió algunos metros que propiciaron las llegadas del Barcelona. En una de ellas, Samuel Eto'o no supo aprovechar un gran pase de Xavi y su disparo aterrizó mansamente en las manos de Bravo.


Maniatados los delanteros, los hombres de la segunda línea azulgrana comenzaron a adquirir protagonismo. Iniesta y Xavi, en su mejor versión táctica y técnica, dictaron el 'tempo' del partido. De sus botas nacieron las acciones de mayor peligro para el Barça, que también contó con la aportación de Ronaldinho como asistente. El brasileño, sometido al férreo marcaje de Víctor López, careció de verticalidad pero destapó el tarro de las esencias para servir varias asistencias de lujo. Una de ellas dejó completamente solo a Xavi ante Bravo, que exhibió sus condiciones felinas para desbaratar el gol del centrocampista azulgrana. Y al filo del descanso, una buena incorporación de Gio por la izquierda pudo abrir el marcador para los de Rijkaard, pero su centro no encontró rematador.


Iniesta rompe el partido


En el segundo acto, el Barcelona saltó al césped dispuesto a liquidar el partido. Rijkaard, que reclamaba a sus jugadores más practicidad en detrimento de las filigranas, vio cumplido su anhelo. El equipo catalán prescindió de la horizontalidad y la monotonía anteriores y entró en una dinámica más agresiva de cara a portería. Ronaldinho, uno de los alumnos más aplicados en Anoeta, se sacó de la chistera una bellísima asistencia que culminó con la acertada definición de Iniesta. Un gol que resquebrajó el planteamiento de Lotina y desentumeció el partido.


Savio, un oasis entre de la mediocridad del juego donostiarra, firmó la acción más peligrosa de los realistas con un potente disparo que se estrelló contra el lateral de la portería de Valdés. Un espejismo que encontró la fulgurante reacción de los azulgranas. Messi trazó una arrancada que pudo ampliar al renta del Barcelona, y poco después, en el 55', fue Eto'o el que tuvo la oportunidad de saciar su voracidad goleadora de no ser por la providencial intervención de Bravo.


El dominio del equipo de Rijkaard se prolongó en la recta final del choque. Eto'o y Messi contaron con más espacios a la espera de poder dar el toque de gracia a la Real. Una acción del camerunés dejó el gol en bandeja a Ronaldinho, pero su tiro fue blocado por Bravo. El '10', cegado de cara a portería, lo intentó con un lanzamiento de falta que se marchó fuera por escasos milímetros. La Real Sociedad, noqueada, se sacudió por unos instantes el abusivo dominio de su rival. Savio tuvo en sus botas el empate, pero su disparo se perdió en las gradas del estadio donostiarra.


El indulto encontró respuesta en un Barcelona aliviado. Tras un gran pase interior, Eto'o tomó el esférico con firmeza ante las desesperación de la zaga blanquiazul, encaró a Bravo y lo batió a sangre fría. El tanto del africano supuso el epílogo a un partido trascendental para los intereses ligueros de su equipo y los jugadores se fundieron en una piña. El Barça cumplió en Anoeta. Real Madrid y Sevilla, mano a mano, toman el testigo. Alguno de ellos caerá herido.