Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, d’abril 01, 2007

Messi y Eto'o golean con Ronaldinho


Messi y Eto'o golean con Ronaldinho
Los delanteros del Barcelona marcan las diferencias frente a un Deportivo muy físico y que funcionó como equipo

Juega poco el Barça, pero mete goles. Tiene a tres delanteros que no necesitan de centrocampistas ni mucho menos de defensas para marcar las diferencias. Al Deportivo le ocurre justamente lo contrario. Excelente en el juego asociativo, es un equipo sin individualidades. No tiene pegada. Así se explica que el Barcelona ganara el encuentro de ayer en el Camp Nou. Nada nuevo, en cualquier caso, si se atiende a la marcha del curso, escaso de fútbol en el bando barcelonista, confiado al gatillo de Eto'o, Messi y Ronaldinho. Los puntos de referencia son los delanteros. El equipo se bate malamente en la mayoría de los partidos a la espera de que resuelvan los atacantes. Anoche marcaron Messi y Eto'o después de un par de jugadas de Ronaldinho que valieron por todo el partido o, cuando menos, fueron lo mejor que puso el Barça para merecer la victoria ante un adversario muy puesto y especialmente físico, superado sólo por la actuación solemne de Ronie.

Acomodado como está en la tabla, despreocupado ya por los resultados de cada jornada, al Deportivo le animan especialmente los mano a mano frente a contrarios de la grandeza del Barcelona, que salió como un tiro a la cancha, como si quisiera despachar la contienda con la gorra para acabar con tantas habladurías y murmuraciones como se cuentan sobre su salud futbolística. Los azulgrana proponían un partido muy abierto, un intercambio de golpes, que los blanquiazules aceptaron encantados. La pelota iba y venía de una punta a otra del campo. Ronaldinho ejercía de armador del juego del Barça y Cristian se distinguía como pasador de un Deportivo organizado, trabajado tácticamente, muy valiente. A la que se alcanzó el cuarto de hora, los blanquiazules acabaron por meter en serios apuros a los azulgrana. Afilado en la recuperación y poderoso en la presión, el Deportivo quitaba, salía y remataba en contraste con la desorientación barcelonista.
El campo se le hacía demasiado largo al Barcelona, de manera que los delanteros quedaron desconectados. La buena marca sobre Messi expresaba la excelente lectura del partido que había hecho Caparrós. Impermeable en la divisoria y tan eficaz en las faltas tácticas como en la anticipación, el Deportivo anudó al Barça, de nuevo vulgarizado, falto de fluidez, incapaz de abrir el campo, ausente del área rival. Al plantel gallego sólo le faltó un delantero para coronar su despliegue. Tan desquiciados andaban los azulgrana que en una misma jugada Ronaldinho cargó con una tarjeta y Estoyanoff se desplomó ante un cachete de Eto'o. El juego se trabó, la bronca fue continua y el partido degeneró por la pierna fuerte de los blanquiazules y la ñoñería azulgrana.
Hasta que en la jugada previa al descanso reapareció Ronaldinho en el momento que Coloccini se había animado como volante y perdió el sitio. El gaucho le picó el desmarque a Xavi, amortiguó la pelota, regateó con un toque a su marcador, que retrocedía descolocado, y tocó para la carrera de Messi. El argentino se coló como un ariete, controló el balón con el pecho y la cruzó con la zurda a la red. Una jugada preciosa que acabó con un gol estupendo.
Al Deportivo se le escapaba el partido por el único sitio que no podía defender. Ronaldinho se reivindicaba como interior y Messi funcionaba como ariete. El brasileño repitió al volver del descanso con una acción de tiralíneas. Ronaldinho se apoyó con Iniesta y con Xavi, Andrade metió la pata y Eto'o controló el rechace para marcar. La productividad de Ronaldinho fue excelente de punta a punta del partido. Discutido como está, señalado como un francotirador que vive de la renta de las faltas y penaltis, el gaucho dignificó la zamarra azulgrana con el 10. No fue Pelé ni Maradona porque le faltó el gol. No atinó después de un ejercicio muy solidario.
La falta de puntería de Ronaldinho, y también de Eto'o, alargó la vida del Deportivo, que se coló en el partido con un tanto precioso de Adrián después de una de las muchas concesiones defensivas azulgrana. El gol gallego atontó al Barça, falto de jerarquía en su área y de mando en la medular por el absentismo del pivote, incapaz de coser al equipo como se mostró Edmilson. Al igual que ya ocurrió ante la Real, Valdés salvó los puntos en el último escorzo. No mejora el juego del Barça con el paso del tiempo. Le alcanza, de momento, con los goles de sus delanteros.