VA POR LA AFICIÓN
VA POR LA AFICIÓN
El Barça debe a sus seguidores un triunfo que dejaría al Madrid fuera de la lucha por el título.
Barcelonistas y madridistas viven horas difíciles tras las eliminaciones europeas
La situación es más dramática para los de Capello, que se juega el cargo en el Camp Nou
Un triunfo devolvería la estabilidad al vesturio azulgrana en un momento tenso
La afición barcelonista merece que esta noche el Barça de Frank Rijkaard le dé una satisfacción. Cualquier resultado que no sea un triunfo ante el Real Madrid significaría no sólo complicarse mucho una Liga que no hace tanto parecía encarrilada, sino también un duro golpe moral después de la eliminación de la Champions League. No es un partido que vaya a decidir el título, pero quien pierda esta noche en el Camp Nou quedará muy tocado anímicamente.
Con las cifras en la mano, el choque resulta mucho más dramático para los blancos. Eliminados en todo, sólo ganar la Liga puede impedir que por cuarto año consecutivo el Real Madrid llegue al final del ejercicio con el zurrón vacío de títulos. De hecho, Fabio Capello se juega el cuello en el Camp Nou. Una derrota podría implicar su inmediata destitución, según todos los indicios.
El técnico italiano llega al clásico en una situación insostenible de convivencia prácticamente imposible con los jugadores y con el director técnico. El vestuario está harto de él, él está harto del vestuario y Mijatovic, directamente, no sabe qué hacer. En estas circunstancias, es muy difícil pronosticar un triunfo blanco esta noche, especialmente con las bajas de Beckham, Reyes, Cannavaro y Roberto Carlos, que confirman la imagen de un equipo muy debilitado.
Lo que pone más salsa al partido es la propia situación del Barça. El conjunto azulgrana viene, como el Madrid, de caer eliminado en la Champions. La principal diferencia con los blancos es que el equipo de Rijkaard todavía puede soñar con alcanzar el doblete. Por otro lado, aun perdiendo, el Barça seguiría por delante del Madrid. Si el Barça pierde la Liga se le complica; pero si el derrotado es el Madrid, está poco menos que eliminado. Y cuidado con jugar la UEFA la próxima temporada.
En busca de la estabilidad
Lo que sí está en juego por parte barcelonista es la estabilidad del entorno, que pende de un finísimo hilo. El KO europeo ha sido rematado con una 'espantá' de Motta y con unas declaraciones de Gudjohnsen en las que pone el dedo en la llaga: hay que trabajar más. Algunos jugadores, como Xavi, han salido rápidamente a recriminar al islandés que hable así públicamente. Estas agallas no las demostró cuando Eto'o pegó la rajada que pegó, con nombres propios clarísimos y en un estilo mucho menos constructivo que el empleado por Eidur.
Por encima de todo, sin embargo, está la necesidad de ganar para que la temporada no se sitúe un poco más cerca de la ruina total. Con cero de tres títulos en el ámbito internacional, el objetivo hay que situarlo en las competiciones domésticas.
El doblete es posible, pero indudablemente pasa por no complicarse más la situación en la Liga. la afición del Barça, aunque no sea como la del Liverpool, tiene algo que muy pocas en el mundo tienen: es infinitamente leal. Seguro que hoy no falla. Es el clásico por excelencia y, además, los tres puntos son imprescindibles
La situación es más dramática para los de Capello, que se juega el cargo en el Camp Nou
Un triunfo devolvería la estabilidad al vesturio azulgrana en un momento tenso
La afición barcelonista merece que esta noche el Barça de Frank Rijkaard le dé una satisfacción. Cualquier resultado que no sea un triunfo ante el Real Madrid significaría no sólo complicarse mucho una Liga que no hace tanto parecía encarrilada, sino también un duro golpe moral después de la eliminación de la Champions League. No es un partido que vaya a decidir el título, pero quien pierda esta noche en el Camp Nou quedará muy tocado anímicamente.
Con las cifras en la mano, el choque resulta mucho más dramático para los blancos. Eliminados en todo, sólo ganar la Liga puede impedir que por cuarto año consecutivo el Real Madrid llegue al final del ejercicio con el zurrón vacío de títulos. De hecho, Fabio Capello se juega el cuello en el Camp Nou. Una derrota podría implicar su inmediata destitución, según todos los indicios.
El técnico italiano llega al clásico en una situación insostenible de convivencia prácticamente imposible con los jugadores y con el director técnico. El vestuario está harto de él, él está harto del vestuario y Mijatovic, directamente, no sabe qué hacer. En estas circunstancias, es muy difícil pronosticar un triunfo blanco esta noche, especialmente con las bajas de Beckham, Reyes, Cannavaro y Roberto Carlos, que confirman la imagen de un equipo muy debilitado.
Lo que pone más salsa al partido es la propia situación del Barça. El conjunto azulgrana viene, como el Madrid, de caer eliminado en la Champions. La principal diferencia con los blancos es que el equipo de Rijkaard todavía puede soñar con alcanzar el doblete. Por otro lado, aun perdiendo, el Barça seguiría por delante del Madrid. Si el Barça pierde la Liga se le complica; pero si el derrotado es el Madrid, está poco menos que eliminado. Y cuidado con jugar la UEFA la próxima temporada.
En busca de la estabilidad
Lo que sí está en juego por parte barcelonista es la estabilidad del entorno, que pende de un finísimo hilo. El KO europeo ha sido rematado con una 'espantá' de Motta y con unas declaraciones de Gudjohnsen en las que pone el dedo en la llaga: hay que trabajar más. Algunos jugadores, como Xavi, han salido rápidamente a recriminar al islandés que hable así públicamente. Estas agallas no las demostró cuando Eto'o pegó la rajada que pegó, con nombres propios clarísimos y en un estilo mucho menos constructivo que el empleado por Eidur.
Por encima de todo, sin embargo, está la necesidad de ganar para que la temporada no se sitúe un poco más cerca de la ruina total. Con cero de tres títulos en el ámbito internacional, el objetivo hay que situarlo en las competiciones domésticas.
El doblete es posible, pero indudablemente pasa por no complicarse más la situación en la Liga. la afición del Barça, aunque no sea como la del Liverpool, tiene algo que muy pocas en el mundo tienen: es infinitamente leal. Seguro que hoy no falla. Es el clásico por excelencia y, además, los tres puntos son imprescindibles
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