La magia de Ronaldinho devuelve a la cúspide al Barcelona (3-1)

La magia de Ronaldinho devuelve a la cúspide al Barcelona (3-1) Tarjetas, protestas y jugadas polémicas lastran el tramo final del encuentro Un golazo de falta de Ronaldinho a cinco minutos del final dio el liderato al Barcelona, que venció en un partido vibrante al Zaragoza (3-1) y aprovechó así el tropiezo en del Sevilla en El Sardinero para volver a colocarse al frente de la clasificación. El encuentro contaba, a priori, con numerosos elementos para resultar atractivo: los dos equipos más goleadores del campeonato, con una propuesta similar de fútbol ofensivo, un liderato que podía cambiar de dueño, y la presencia sobre el terreno de juego del 'pichichi' de Liga, Diego Milito, o de jugadores enormemente creativos como Ronaldinho, Messi, Iniesta, Aimar o D'Alessandro.Con todos esos ingredientes, Barça y Zaragoza cocinaron un partido apasionante y abierto, con un fútbol de ritmo endiablado en muchas fases del juego, pero también un choque bronco, con expulsiones, lesiones, tarjetas y varias jugadas polémicas. Los azulgrana empezaron el partido muy concentrados e iniciaron una tarea de acoso y derribo desde el primer minuto de juego, como si quisiesen dejar claro a los hombres de Víctor Fernández que siguen siendo el mejor equipo cuando se trata de fabricar buen fútbol. El Barça del primer cuarto de hora recuperó lo mejor del conjunto que la pasada temporada conquistó la Liga y la Liga de Campeones: la movilidad de sus puntas y la presión sobre la salida del balón del rival. En estos primeros minutos de monólogo azulgrana, Iniesta y Gudjohnsen pudieron adelantar a su equipo, mientras que un Zaragoza desconocido era incapaz de salir de su campo con el balón jugado y apenas acertaba a sacárselo de encima con pelotazos hacía sus puntas que, sin embargo, no llegaban a ningún sitio. Sin embargo, la primera ocasión del conjunto maño se convirtió en el 0-1: un remate a la salida de un córner de Gabi Milito, que le ganó la espalda a Márquez para fusilar a un Valdés que se quedó clavado bajo palos en lugar de salir a por un balón que se paseó por el área pequeña. El tanto del central argentino supuso una auténtica catarsis para el Zaragoza que pasó de dominado a dominador en cuanto Aimar y D'Alessandro aparecieron en escena y que, si no logró hacer el segundo, fue porque su fútbol de toque y combinación no encontró rematador en los metros finales. Las lesiones fortuitas de Messi, Celades y Edmilson -todos ellos tuvieron que ser sustituidos en espacio de cinco minutos- frenaron el trepidante ritmo del partido, y los jugadores de ambos equipos parecieron darse una tregua. Todos, menos Ronaldinho quien, a la media hora de juego, estableció la igualada (1-1) al rematar de cabeza un córner botado por Deco. El astro brasileño aumentó aún más su cuota de protagonismo tras el descanso hasta convertirse por enésima vez en el jugador más determinante del mermado ataque azulgrana, que a los veinte minutos de juego se había quedado sin la habilidad en el desborde de Messi. El 'Gaucho' abandonó la banda izquierda para venirse al centro, en un intento de arrastrar al equipo en la segunda mitad y que todo el juego del Barca pasara por sus botas, mientras que el Zaragoza, cada vez más cómodo sobre el terreno de juego, se dedicaba a esperar atrás y a salir a la contra. Pese a los esfuerzos del delantero brasileño, nada relevante ocurrió tras el descanso hasta el minuto 72, cuando el asistente Rafa Guerrero volvió a liarla en un Barca-Zaragoza diez años después de aquel mítico episodio de La Romareda. En ese minuto fatídico, Iturralde González, a instancias de guerrero, mostró la roja directa a Motta por un manotazo en el pecho a Diego Milito mientras intentaba proteger un balón. El colegiado equilibraría la balanza, tres minutos después, al expulsar a Gabi Milito por una entrada a Saviola. A partir de ahí, tarjetas y más tarjetas, protestas y jugadas polémicas que lastraron el tramo final del encuentro pero que le aportaron una dosis de tensión y emoción hasta hacerlo un partidazo con mayúsculas. En mitad del caos y el desconcierto en el que se había convertido el choque, el Zaragoza pudo llevarse los tres puntos en un disparo de Lafita, pero el balón se encontró con el mejor Valdés y, poco después, un obús de Ronaldinho por toda la escuadra en un lanzamiento escorado de falta (2-1) finiquitó el partido y provocó el delirio en la grada y de todo el banquillo azulgrana. En el tiempo de descuento, Saviola sentenciaría el duelo (3-1) al cabecear, en claro fuera de juego y con César ya vendido, otro trallazo de libre directo del omnipresente 'Ronnie'.