Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, de novembre 02, 2006

LA ATMÓSFERA DEL BARÇA

La explosión final de Rijkard dió al árbitro Farina más protagonismo del que merecia

Qué noche la del Halloween! !
VERANILLO Vendrán días mejores, resultados más felices y noches más alegres que la del Halloween que vivió el Camp Nou. Pero tardaremos en asistir a un partido tan completo, vibrante, espectacular, jugado al límite y con total entrega por los dos equipos. La rivalidad que ha surgido desde hace un par de temporadas entre el Barça y el Chelsea rodea las visitas de los 'blues' al Camp Nou de un excitante morbo.

Era el plato fuerte no sólo de la jornada sino de toda esta primera fase de la Liga de Campeones, no en vano entre los dos equipos reunen la friolera de 17 aspirantes al Balón de Oro. Pese a las ausencias de los dos arietes, Andrei Shevchenko y Samuel Eto'o, tuvimos ante nuestros ojos a una tercera parte de los mejores jugadores de Europa, África y Latinoamérica. Un espectáculo irrepetible, soberbio, que nos dejó atónitos con los goles de Deco, el que se inventó Frank Lampard, la colosal jugada de Ronaldinho por banda izquierda en el de Eidur Gudjohnsen y el que culminó Didier Drogba tras la galopada de Mickael Essien y asistencia de cabeza de John Terry. Fueron sublimes momentos puntuales de una refriega que puso las cosas difíciles al colegiado Stefano Farina.

Pero, aún a sabiendas de que mucha gente discrepará de mi opinión, el árbitro no fue sino un mal necesario, como en todos los partidos que se viven al límite de la pasión. Frank Rijkaard, en un gesto contrario a su carácter apacible, hizo al italiano más protagonista de lo que merecía, igual que los periodistas hacemos más grande a José Mourinho poniendo todas sus extravagancias bajo una lente de aumento.

Para mí, los protagonistas, inmensos, sin los cuales no estaríamos hablando ahora de un partidazo, no fueron ni el árbitro, ni los entrenadores, ni los políticos que como las preciosas ridículas abarrotaron el palco. Los dioses de una noche tan hermosa fueron los jugadores y esperamos que ahora sean los dioses del Olimpo quienes nos concedan una revancha el 23 de mayo en la finalísima de Atenas