Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, de novembre 02, 2006

ORGULLO CULER


El doloroso empate con el Chelsea ha supuesto un estímulo extra en el vestuario

1 - Pese al varapalo que supuso el 2-2 del Chelsea, el Barça sólo depende de sí mismo en la Champions
2 - Estará en octavos si gana los dos partidos que le quedan, aunque incluso podrían bastarle 4 puntos
3 - Los azulgrana, que lograron adelantarse por dos veces en el marcador, no se arrugaron
4 - La columna vertebral del equipo dio muestras de haber recuperado la fortaleza de antaño

Roger Torelló / BARCELONA

Después de que el pesimismo y la impotencia se apoderaran del barcelonismo la noche del pasado martes, jugadores y técnicos azulgrana despertaron ayer con muchos motivos para mantener la esperanza en la Champions League. Pese a que el gol de Didier Drogba, que supuso el empate para el Chelsea en el tiempo de descuento, sentó como un jarro de agua fría, los octavos de final siguen al alcance de la mano.

Aunque la frialdad de los números afirma que el Barça sólo ha sido capaz de ganar uno de los cuatro partidos de Champions que ha disputado hasta ahora (el de la primera jornada ante el Levski de Sofía (5-0) en el Camp Nou), los azulgrana continúan dependiendo de sí mismos para pasar a la siguiente eliminatoria. De ganar los dos partidos que le resta (frente al Levski en Sofía y ante el Werder en casa) el Barça estará sí o sí en el bombo del sorteo del próximo 15 de diciembre en Nyon, aunque incluso podría bastarle con una victoria y un empate.

Esta misma tesis la defendienden de manera unánime en el vestuario azulgrana. "Estamos tranquilos porque seguimos dependiendo de nosotros mismos", afirmó ayer Zambrotta. "Lo más importante es que el pase a los octavos sigue en nuestras manos", recalcó Deco, uno de los jugadores más destacados en el encuentro ante el Chelsea. En los mismos términos se expresaron desde el cuerpo técnico. "Aunque nos dolió el empate, la clasificación sigue dependiendo de nosotros mismos", insistió Johan Neeskens.

Un equipo con carácter

Otro de los datos que invitan al optimismo es la actitud que mostraron los jugadores azulgrana en el encuentro ante el Chelsea. Por dos veces consiguieron adelantarse en el marcador, aunque finalmente cedieron un empate. A pesar de la dureza con la que se emplearon los ingleses desde el primer momento, los azulgrana nunca se arrugaron. El poderío físico de Lampard, Makelele, Essien y Ballack en el centro del campo fue contrarrestado a base de lucha y carácter por los azulgrana.

La mejora de la imagen ofrecida por el equipo ante el Recreativo fue también refrendada el pasado martes ante un rival de mayor entidad y serio aspirante a conquistar la Champions. Además, y pese a un inicio un tanto irregular, la columna vertebral del equipo empieza a consolidarse de nuevo.

En la portería, Víctor Valdés realizó tres paradas de mérito que evitaron algún gol más de los 'blue'. En el eje de la defensa, el capitán Carles Puyol ha recuperado el poderío físico que le permite batallar por cada uno de los balones que se acercan al área azulgrana. También Deco, un jugador que domina como nadie los partidos de gran presión, volvió a ejercer su liderazgo ante el Chelsea. Ronaldinho, aunque todavía no ha alcanzado su tope, se atrevió otra vez en el uno contra uno, tal y como demostró en el segundo gol que le regaló a Gudjohnsen.

Precisamente el delantero islandés, que el martes logró su primer tanto en la Champions con el Barça –el quinto de esta temporada–, también supo desarrollar el papel de Eto'o presionando muy arriba a la defensa rival.

Por último Messi, el jugador más fresco en este primer tramo de campaña, continúa desbordando a la defensa rival.

Con independencia de los resultados, el equipo sigue mostrando hambre de títulos. A pesar de que los de Frank Rijkaard ya acumulan dos Ligas y una Champions League en sólo tres años, la reacción del equipo al gol del empate a uno del Chelsea demostró que el vestuario quiere más. Primero en la Liga y con las opciones intactas en la máxima competición europea, el Barça sigue teniendo al alcance revalidar su doblete.