"Tú, tranquilo; ya me pondré nervioso yo"
Padre e hijo, pasado y presente del Barcelona. Carles, portero, ganó la Copa de Europa en Wembley como suplente de Zubizarreta. Sergio, 17 años depués, apunta a titular en Roma.
El día que Josep Guardiola supo que iba a tener a sus órdenes al hijo de Carles Busquets tragó saliva. Los dos estaban en el filial, en Tercera. A los cinco minutos descubrió a un tipo tímido, tranquilo, excelente compañero y de casta, que, a fin de cuentas, se tenía que notar que era hijo de quien era. Carles Busquets (Ciutat Badia, 1967) jugó una década en el Barcelona, fue portero del dream team y suplente de Zubizarreta en dos finales de la Copa de Europa (Wembley y Atenas). Actualmente, es entrenador de porteros del filial. Guardiola no dudó en subir a su hijo Sergio (Sabadell, 1988) y juntos han celebrado un doblete. Sergio apunta a titular en la final de Roma. Antes de viajar, habló con su padre.
EL PAÍS. ¿Cómo era Sergio de pequeño?
Carles. Era muy joven [se ríe]. Un chaval movido, pero no era malo. Era muy culé, eso sí. Y le encantraba el fútbol, como ahora. Era muy pesado, todo el día quería jugar al fútbol.
Sergio. Pero, si no estudiaba, no me dejábais jugar.
C. Eso tu madre lo tenía muy claro, pero no eras muy malo, no recuerdo una gran travesura tuya y tampoco que te tuviéramos que castigar con no jugar.
S. Si me portaba mal no me dejabas ir contigo a los entrenamientos.
C. ¡Eso te encantaba! Te llevaba muchos sábados. De paso, dejábamos tranquila a tu madre.
S. Me gustaba mucho veros en el campo. Me creía que era uno de vosotros.
C. Recuerdo que te gustaba mucho Figo y que un día te regalamos una camiseta firmada.
S. [Se ríe] Sí, pero cuando se fue al Madrid me dio un disgusto. También era mucho de Sergi porque como se llamaba como yo... Además, siempre jugaba conmigo.
C. Todo el mundo me pregunta si era mejor mi equipo o el tuyo.
S. ¿Y tú qué crees?
C. Que son diferentes épocas, diferentes equipos. Son dos muy buenos equipos. El dream team hizo historia y éste puede hacerla. Os tengo que dar la enhorabuna por lo que habéis hecho. Nosotros el primer año no hicimos doblete. Bueno, no lo ganamos nunca.
S. Sí, pero ganásteis durante muchos años y eso es muy difícil. Lo nuestro también tiene mérito, pero lo vuestro fue grande.
C. Yo creo que vosotros habéis jugado mejor, a un nivel espectacular. ¡Con lo que tú te cabreas cuando pierdes!
S. Perder es lo que me pone de más mal humor en la vida.
C. Cuando no juegas, también llegas enfadado a casa.
S. Todos queremos jugar. Y me enfado, pero si el equipo gana se me pasa. Espero no tener que mosquearme en Roma contra el Manchester.
C. Te toca ganar porque ya perdí yo la final de la Recopa.
S. Ya, la gente me dice: "A ver si vengas a tu padre". Y yo creo que no puedo ir al partido con ánimo de revancha, que no es bueno.
C. Tú lo que tienes que hacer es estar tranquilito.
S. Sí, y ser yo mismo, ¿no? Te llevo escuchando que debo ser yo mismo y jugar como sé desde que era infantil. Lo más fuerte es que el míster siempre me dice lo mismo, que sea yo mismo, que juegue como sé.
C. ¿Eso te dijo el día del debut contra el Racing?
S. Sí, que jugara como sé, que estaba seguro de que lo haría bien. La verdad es que no me dice muchas cosas porque sé lo que tengo que hacer, no hay más secreto.
C. Siempre dije que si Pep te ponía sería porque estaba seguro de tus características.
S. En cambio, nunca me has dicho que trabaje.
C. Porque sé que eres muy currante. Y muy centradito, eso lo tengo claro. Lo que me sorprende es que seas tan tranquilo.
S. ¿Tú te ponías muy nervioso antes de los partidos? ¡Pero si no sirve de nada!
C. No, yo como portero era muy tranquilo. El problema es ahora. Me pongo supernervioso, lo paso fatal. Pensaba que me iba a habituar, pero, qué va, a éstas alturas estoy tan nervioso como el día que debutaste. Nos tenías que ver a tu madre y a mí ante la tele. Las madres ya sabes como son. Sufre mucho cuando te ve en el suelo. Siempre teme que te hayas hecho daño.
S. Claro. Tú jugabas de portero, pero en el centro del campo rascan que no veas...
C. ¡Como tienes esas patas! La verdad es que me has hecho disfrutar mucho.
S. ¿Con qué partido te quedas?
C. Has sido muy regular, pero me hizo mucho ilusión el de la final de la Copa del Rey porque estuve allí. Lo pasé mal hasta el tercer gol. Sufro más que cuando era portero, pero estoy muy orgulloso, lo reconozco.
S. A veces pienso en lo contento que estaría el abuelo.
C. ¡Mucho! Lo tuyo tiene mérito porque, quieras o no, hay gente muy mala y lo has sabido llevar muy bien.
S. Es un orgullo, papá.
EL PAÍS. ¿Por qué no usa el apellido en la camiseta?
C. A mí me parece bien. Siempre ha sido Sergio.
S. Fue Carlos [el delegado] quien me puso la B. Por Busquets y por Burgos, por mamá.
C. Fue un detalle que la invitaras a Londres.
S. A Roma venís todos, ¿no?
C. Sí, claro. Mamá, Aitor y yo. Tú, tranquilo; ya me pondré nervioso yo.
El día que Josep Guardiola supo que iba a tener a sus órdenes al hijo de Carles Busquets tragó saliva. Los dos estaban en el filial, en Tercera. A los cinco minutos descubrió a un tipo tímido, tranquilo, excelente compañero y de casta, que, a fin de cuentas, se tenía que notar que era hijo de quien era. Carles Busquets (Ciutat Badia, 1967) jugó una década en el Barcelona, fue portero del dream team y suplente de Zubizarreta en dos finales de la Copa de Europa (Wembley y Atenas). Actualmente, es entrenador de porteros del filial. Guardiola no dudó en subir a su hijo Sergio (Sabadell, 1988) y juntos han celebrado un doblete. Sergio apunta a titular en la final de Roma. Antes de viajar, habló con su padre.
EL PAÍS. ¿Cómo era Sergio de pequeño?
Carles. Era muy joven [se ríe]. Un chaval movido, pero no era malo. Era muy culé, eso sí. Y le encantraba el fútbol, como ahora. Era muy pesado, todo el día quería jugar al fútbol.
Sergio. Pero, si no estudiaba, no me dejábais jugar.
C. Eso tu madre lo tenía muy claro, pero no eras muy malo, no recuerdo una gran travesura tuya y tampoco que te tuviéramos que castigar con no jugar.
S. Si me portaba mal no me dejabas ir contigo a los entrenamientos.
C. ¡Eso te encantaba! Te llevaba muchos sábados. De paso, dejábamos tranquila a tu madre.
S. Me gustaba mucho veros en el campo. Me creía que era uno de vosotros.
C. Recuerdo que te gustaba mucho Figo y que un día te regalamos una camiseta firmada.
S. [Se ríe] Sí, pero cuando se fue al Madrid me dio un disgusto. También era mucho de Sergi porque como se llamaba como yo... Además, siempre jugaba conmigo.
C. Todo el mundo me pregunta si era mejor mi equipo o el tuyo.
S. ¿Y tú qué crees?
C. Que son diferentes épocas, diferentes equipos. Son dos muy buenos equipos. El dream team hizo historia y éste puede hacerla. Os tengo que dar la enhorabuna por lo que habéis hecho. Nosotros el primer año no hicimos doblete. Bueno, no lo ganamos nunca.
S. Sí, pero ganásteis durante muchos años y eso es muy difícil. Lo nuestro también tiene mérito, pero lo vuestro fue grande.
C. Yo creo que vosotros habéis jugado mejor, a un nivel espectacular. ¡Con lo que tú te cabreas cuando pierdes!
S. Perder es lo que me pone de más mal humor en la vida.
C. Cuando no juegas, también llegas enfadado a casa.
S. Todos queremos jugar. Y me enfado, pero si el equipo gana se me pasa. Espero no tener que mosquearme en Roma contra el Manchester.
C. Te toca ganar porque ya perdí yo la final de la Recopa.
S. Ya, la gente me dice: "A ver si vengas a tu padre". Y yo creo que no puedo ir al partido con ánimo de revancha, que no es bueno.
C. Tú lo que tienes que hacer es estar tranquilito.
S. Sí, y ser yo mismo, ¿no? Te llevo escuchando que debo ser yo mismo y jugar como sé desde que era infantil. Lo más fuerte es que el míster siempre me dice lo mismo, que sea yo mismo, que juegue como sé.
C. ¿Eso te dijo el día del debut contra el Racing?
S. Sí, que jugara como sé, que estaba seguro de que lo haría bien. La verdad es que no me dice muchas cosas porque sé lo que tengo que hacer, no hay más secreto.
C. Siempre dije que si Pep te ponía sería porque estaba seguro de tus características.
S. En cambio, nunca me has dicho que trabaje.
C. Porque sé que eres muy currante. Y muy centradito, eso lo tengo claro. Lo que me sorprende es que seas tan tranquilo.
S. ¿Tú te ponías muy nervioso antes de los partidos? ¡Pero si no sirve de nada!
C. No, yo como portero era muy tranquilo. El problema es ahora. Me pongo supernervioso, lo paso fatal. Pensaba que me iba a habituar, pero, qué va, a éstas alturas estoy tan nervioso como el día que debutaste. Nos tenías que ver a tu madre y a mí ante la tele. Las madres ya sabes como son. Sufre mucho cuando te ve en el suelo. Siempre teme que te hayas hecho daño.
S. Claro. Tú jugabas de portero, pero en el centro del campo rascan que no veas...
C. ¡Como tienes esas patas! La verdad es que me has hecho disfrutar mucho.
S. ¿Con qué partido te quedas?
C. Has sido muy regular, pero me hizo mucho ilusión el de la final de la Copa del Rey porque estuve allí. Lo pasé mal hasta el tercer gol. Sufro más que cuando era portero, pero estoy muy orgulloso, lo reconozco.
S. A veces pienso en lo contento que estaría el abuelo.
C. ¡Mucho! Lo tuyo tiene mérito porque, quieras o no, hay gente muy mala y lo has sabido llevar muy bien.
S. Es un orgullo, papá.
EL PAÍS. ¿Por qué no usa el apellido en la camiseta?
C. A mí me parece bien. Siempre ha sido Sergio.
S. Fue Carlos [el delegado] quien me puso la B. Por Busquets y por Burgos, por mamá.
C. Fue un detalle que la invitaras a Londres.
S. A Roma venís todos, ¿no?
C. Sí, claro. Mamá, Aitor y yo. Tú, tranquilo; ya me pondré nervioso yo.
1 Comments:
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By Anònim, at 6:28 p. m.
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