LAS CLAVES DE JOHAN CRUYFF
La goleada al Bayern, mal asunto
De haber podido elegir, hubiera preferido que el Bayern se presentara en Barcelona tras una victoria y no después de caer humillado. Los alemanes, si algo tienen, es orgullo. Y hoy llegan muy heridos.A falta de nueve jornadas de Liga, nadie se ve campeón y nadie en Segunda. Ni fallan los dos de arriba ni se descuelga nadie de abajo. Una temporada más, esa va a ser la zona más caliente de todas. Del Espanyol, que por fin volvió a ganar, hasta el Almería, nueve puntos separan la buena cifra de 11 equipos. Al que no le baste con el pulso Barça-Madrid, tiene un mundo de emociones de la mitad para abajo de la tabla.Volver a jugar para tu club después de un parón de selecciones siempre cuesta. Y más si eres de los equipos que más internacionales tiene. Me gustó cómo dosificó Guardiola a los suyos. Y pensaría igual de haber sido otro el resultado en Valladolid. Valdés a parte, tres de los cuatro defensas estaban frescos (Puyol, Márquez y Sylvinho). La excepción fue Piqué y porque no quedaba otra. Alineación meditada también en el centro del campo. De más a menos minutos jugados con sus selecciones, Xavi, Keita y Busquets. Delante, dos de frescos (Iniesta y Pedro) y uno incombustible (Etoo). Y en el banquillo, por si has de echar mano de ellos, varios de los teóricos titulares. Concepto erróneo este. Porque no hay equipo titular. Los encuentros, una vez más, se plantean no con 11 sino con 14. Y las temporadas se hacen más o menos largas en función no del equipo, sino de la plantilla que manejas. Unos acabarán jugando más que otros, pero parte del mérito de todos, jugadores, técnicos y médicos, es asegurar el máximo rendimiento utilizando el mayor número de futbolistas.Un calendario de lujoMientras unos se ponen a temblar ante el calendario que le queda al Barça, yo me muestro orgulloso. Estar en esta tesitura es un lujo. Y del lujo no te vas a quejar. Partiendo de la base de que difícilmente nadie --portero a parte-- acabará jugando todos los partidos que quedan, la consecución de los objetivos será cosa de todos. Y cuando todos se sienten importantes, el rendimiento del colectivo se ve reforzado.Cierto es que cuando las cosas van bien, no cuestan. O cuestan menos. En una dinámica positiva como la que está el Barça, el calendario, más que asustar, apetece de jugar. Sumados los tres puntos en Valladolid, ahora toca la Champions. Y sí, mejor que los alemanes no hubiesen encajado un 5-1 antes de visitar el Camp Nou. Puestos a elegir, que no es el caso, mejor que hubiesen ganado. Y puestos a elegir, que no es el caso, que lo hubiesen hecho de forma injusta. Porque de las victorias injustas es difícil que extraigas conclusiones absolutas. En cambio, las derrotas contundentes como la sufrida ante el Wolfburgo te ponen en alerta. Y esto te hace, si no mejor, más competitivo. Puestos a elegir, que no es el caso, mil veces mejor un rival confiado que un rival herido. Y si una cosa tienen los alemanes es orgullo.Futbolísticamente están por debajo del Barça, sí. Pero la suerte de esta eliminatoria se puede decidir perfectamente en Múnich. Y aún así sigo viendo al Barça como favorito. Porque como visitante puede hacer exactamente lo que exhibe como local y eso está al alcance de muy pocos. Experimentados y ciertamente picados, los alemanes plantarán cara. Y porque tienen argumentos colectivos e individuales. Eso sí, los que deciden arriba serán más o menos peligrosos en función del ritmo de balón y de la presión a los que le someta el Barça.Desactivar a RibéryYa sabes que Ribéry es muy bueno. Pero solo lo es con el balón en los pies. Si lo manejas tú y se lo escondes, queda desactivado. ¿Cuántos balones puede tocar de media el francés en un partido? ¿30? ¿20? Si consigues que toque 10, ya has reducido su peligrosidad al 50%. Y aún así habrás de estar siempre alerta. Por eso es tan bueno. Y lo mismo para su referencia arriba. Con una diferencia importante: Luca Toni no necesita de tantos balones para armar la pierna o la cabeza o para ejercer de boya para un compañero de segunda línea. Con él, la cuestión no es tanto quién se encarga de su marcaje, sino lograr tenerle el máximo tiempo alejado del área.Goles brillantesEn un fin de semana donde hemos visto goles brillantes en su ejecución individual, no está de más recordar que el fútbol es mínimo un 90% de juego de posición. Es decir, juego colectivo. El gol de Grafite que cerró la goleada del Wolfburgo al Bayern es espectacular. Y el que ayer vi marcar al iraní Masoud (Osasuna) en el Calderón es de un dominio de las dos piernas impecable. Pero estos goles son los menos porque se han de dar demasiadas cosas para que acaben dentro de la portería.En cambio, dominando el juego de posición, todo es más fácil a la vez. Elegir dónde te pones para recibir y dónde está el hueco para enviar el balón. Una simple pared bien ejecutada, como la que se dio el sábado entre Etoo y Xavi, te resuelve un partido.
De haber podido elegir, hubiera preferido que el Bayern se presentara en Barcelona tras una victoria y no después de caer humillado. Los alemanes, si algo tienen, es orgullo. Y hoy llegan muy heridos.A falta de nueve jornadas de Liga, nadie se ve campeón y nadie en Segunda. Ni fallan los dos de arriba ni se descuelga nadie de abajo. Una temporada más, esa va a ser la zona más caliente de todas. Del Espanyol, que por fin volvió a ganar, hasta el Almería, nueve puntos separan la buena cifra de 11 equipos. Al que no le baste con el pulso Barça-Madrid, tiene un mundo de emociones de la mitad para abajo de la tabla.Volver a jugar para tu club después de un parón de selecciones siempre cuesta. Y más si eres de los equipos que más internacionales tiene. Me gustó cómo dosificó Guardiola a los suyos. Y pensaría igual de haber sido otro el resultado en Valladolid. Valdés a parte, tres de los cuatro defensas estaban frescos (Puyol, Márquez y Sylvinho). La excepción fue Piqué y porque no quedaba otra. Alineación meditada también en el centro del campo. De más a menos minutos jugados con sus selecciones, Xavi, Keita y Busquets. Delante, dos de frescos (Iniesta y Pedro) y uno incombustible (Etoo). Y en el banquillo, por si has de echar mano de ellos, varios de los teóricos titulares. Concepto erróneo este. Porque no hay equipo titular. Los encuentros, una vez más, se plantean no con 11 sino con 14. Y las temporadas se hacen más o menos largas en función no del equipo, sino de la plantilla que manejas. Unos acabarán jugando más que otros, pero parte del mérito de todos, jugadores, técnicos y médicos, es asegurar el máximo rendimiento utilizando el mayor número de futbolistas.Un calendario de lujoMientras unos se ponen a temblar ante el calendario que le queda al Barça, yo me muestro orgulloso. Estar en esta tesitura es un lujo. Y del lujo no te vas a quejar. Partiendo de la base de que difícilmente nadie --portero a parte-- acabará jugando todos los partidos que quedan, la consecución de los objetivos será cosa de todos. Y cuando todos se sienten importantes, el rendimiento del colectivo se ve reforzado.Cierto es que cuando las cosas van bien, no cuestan. O cuestan menos. En una dinámica positiva como la que está el Barça, el calendario, más que asustar, apetece de jugar. Sumados los tres puntos en Valladolid, ahora toca la Champions. Y sí, mejor que los alemanes no hubiesen encajado un 5-1 antes de visitar el Camp Nou. Puestos a elegir, que no es el caso, mejor que hubiesen ganado. Y puestos a elegir, que no es el caso, que lo hubiesen hecho de forma injusta. Porque de las victorias injustas es difícil que extraigas conclusiones absolutas. En cambio, las derrotas contundentes como la sufrida ante el Wolfburgo te ponen en alerta. Y esto te hace, si no mejor, más competitivo. Puestos a elegir, que no es el caso, mil veces mejor un rival confiado que un rival herido. Y si una cosa tienen los alemanes es orgullo.Futbolísticamente están por debajo del Barça, sí. Pero la suerte de esta eliminatoria se puede decidir perfectamente en Múnich. Y aún así sigo viendo al Barça como favorito. Porque como visitante puede hacer exactamente lo que exhibe como local y eso está al alcance de muy pocos. Experimentados y ciertamente picados, los alemanes plantarán cara. Y porque tienen argumentos colectivos e individuales. Eso sí, los que deciden arriba serán más o menos peligrosos en función del ritmo de balón y de la presión a los que le someta el Barça.Desactivar a RibéryYa sabes que Ribéry es muy bueno. Pero solo lo es con el balón en los pies. Si lo manejas tú y se lo escondes, queda desactivado. ¿Cuántos balones puede tocar de media el francés en un partido? ¿30? ¿20? Si consigues que toque 10, ya has reducido su peligrosidad al 50%. Y aún así habrás de estar siempre alerta. Por eso es tan bueno. Y lo mismo para su referencia arriba. Con una diferencia importante: Luca Toni no necesita de tantos balones para armar la pierna o la cabeza o para ejercer de boya para un compañero de segunda línea. Con él, la cuestión no es tanto quién se encarga de su marcaje, sino lograr tenerle el máximo tiempo alejado del área.Goles brillantesEn un fin de semana donde hemos visto goles brillantes en su ejecución individual, no está de más recordar que el fútbol es mínimo un 90% de juego de posición. Es decir, juego colectivo. El gol de Grafite que cerró la goleada del Wolfburgo al Bayern es espectacular. Y el que ayer vi marcar al iraní Masoud (Osasuna) en el Calderón es de un dominio de las dos piernas impecable. Pero estos goles son los menos porque se han de dar demasiadas cosas para que acaben dentro de la portería.En cambio, dominando el juego de posición, todo es más fácil a la vez. Elegir dónde te pones para recibir y dónde está el hueco para enviar el balón. Una simple pared bien ejecutada, como la que se dio el sábado entre Etoo y Xavi, te resuelve un partido.
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