Penya Barcelonista de Lisboa

dijous, d’abril 23, 2009

Iniesta juguetea con el Sevilla


Iniesta juguetea con el Sevilla
Sensacional encuentro de Iniesta, que marcó el primer gol y participó en los otros tres, logrados por Etoo, Xavi y Henry. Y todo con Messi en el banquillo. El Sevilla, que dejó a Kanouté en el banquillo, no fue rival y ofreció una imagen paupérrima.

El Barcelona no entiende de presión, de angustias, de dudas. Los hombres de Guardiola no están para estas banalidades. Lo suyo es salir, jugar y ganar. Así se han manejado durante todo el campeonato y ahora que llega el momento de jugarse los títulos no pierden el paso, continúan a su ritmo. Un ritmo que sólo resiste la fe del Real Madrid. Pero la asociación Xavi-Iniesta lo resiste todo, hasta la ausencia de Messi, que fue suplente esta vez. Ese es el lujo que puede permitirse el Barcelona y nadie más, la de jugarse la Liga sin el mejor futbolista del mundo. Iniesta no es el mejor del mundo, pero sí es de los mejores, de los más geniales, de los más decisivos, de los más determinantes. Una maravilla de futbolista, al que da gusto verle jugar. Todos sus movimientos sobre el césped tienen un sentido y siempre actúa pensando en el grupo antes que en él. Es un genio generoso.
Quizá para compensar la ausencia de Messi, Manolo Jiménez se presentó en el Camp Nou sin Kanouté, su estrella y máximo goleador, que es como pretender casarse sin tener novia. Ese detalle en la alineación era un reconocimiento tácito de la superioridad del Barcelona. El Sevilla nunca se creyó capaz de hacer algo decente y el duelo no fue tal, sólo un trámite administrativo, obligatorio para que los azulgrana sumaran tres puntos más que le permiten mantener al Madrid a una distancia de seis.
En poco más de un cuarto de hora, Iniesta solucionó el encuentro. A los dos minutos despejó el camino hacia la victoria con un golazo desde el borde del área. Los educados jugadores del Sevilla tuvieron la 'educación' de no entrar al azulgrana y optaron por recular y ver cómo avanzaba, hasta que Iniesta decidió que había llegado el momento de tirar y puso el balón lejos de Varas, sustituto del sancionado Palop.
A los 17 minutos, Iniesta se asoció con Xavi para tirar una pared, con la que desnudaron todo el sistema defensivo del Sevilla, y después ceder el balón a Etoo, que firmó el segundo. Partido cerrado y todo un mundo por jugar. Una pesadilla para el Sevilla y un entretenimiento con público para el Barcelona.
El centro del campo del Sevilla no existió, siempre estuvo en inferioridad y fue incapaz de discutir la posesión del balón al Barcelona. Y esa es una de las pocas opciones que existen de hacer daño al Barça, quitarle la pelota. Con el balón en su poder, los de Guardiola pasaron el rodillo al Sevilla, al que dieron un baile tremendo, que cobra mayor importancia cuando miramos la clasificación y vemos que estaban jugando el líder contra el tercero. Claro que esa misma clasificación nos dice que el tercero está a 24 puntos del primero. Así es la Liga española.
Se mostró por primera y única vez el Sevilla en toda la noche a los doce minutos, antes del gol de Etoo. Un pase de Capel desde la izquierda fue rematado fuera por Navas cuando lo más complicado parecía no dirigir el balón entre los tres palos. No existió más el Sevilla después de ese fogonazo, de ese chispazo de calidad de dos buenos jugadores. Una ilusión del equipo que una vez fue, en un tiempo no muy lejano, y al que esta vez no se vio.
Tal fue la superioridad del Barcelona, que no tuvo ninguna trascendencia el codazo que Keita dio en la cabeza a Maresca y que mereció la tarjeta roja. No vio ni amarilla.
Con todo decidido, el Barcelona no se relajó, porque esa es otra de las virtudes de este equipo, que siempre quiere más, y cuando ya había marcado dos goles buscó el tercero, y cuando logró el tercero se lanzó a por el cuarto. No disminuyó la intensidad de su presión, se hartó de robar balones y se manejó en defensa con una autoridad incuestionable. Y mientras, el Sevilla sin saber por dónde le venían los golpes y sin ver de cerca a Valdés, que salvó otro encuentro con la portería a cero.
El tercero llegó después de una combinación entre Henry, Etoo, Iniesta y Xavi, que cerró la jugada con un gran tiro desde fuera del área. Un balón tocadito, inalcanzable para el sufridor Varas. Se habían consumido sólo tres minutos del segundo tiempo y a los seis Henry puso su firma en la fiesta y firmó el cuarto.
Sin rival, el resto del encuentro no fue más que el monólogo que había sido antes, una lección de ambición del Barcelona y de fútbol bien jugado. Fue el momento de dar minutos a hombres como Hleb o Bojan y de seguir reservando a Puyol y Messi, que vieron todo el encuentro sentados cómodamente en el banquillo.