Penya Barcelonista de Lisboa

dissabte, de febrer 14, 2009

BETIS 2 - BARCELONA 2


Messi hace bueno al Barça
El conjunto de Guardiola se cuelga del argentino y del acierto de Eto'o para empatar ante un estupendo Betis

Javier Marías cuenta que ningún equipo percibe mejor la derrota que el Barça. Ya sea por casualidad o no, el viernes le preguntaron a Guardiola por el último libro que ha leído y respondió que Saber perder, de David Trueba, el mismo que acaba de regalar a Messi para que amplíe su biblioteca, reservada hasta ahora a una de las muchas biografías sobre Maradona. A Messi seguramente todavía no le ha dado tiempo ni a echarle un vistazo porque el Barcelona concedió dos goles en ausencia del argentino y atrapó el empate cuando reapareció en la cancha, por más que el goleador de anoche fuera el pichichi Eto'o. Aunque puede que fuera una coincidencia, los partidos son muy diferentes con Messi o sin él y bien que lo sabe el Betis, que se ganó un buen empate.

El partido fue estupendo y, consecuentemente, el resultado escocerá por igual a los equipos. Al Barcelona le afectó como de costumbre el virus FIFA de la misma manera que el Betis tuvo el duende que le ha permitido ganarse el corazón de muchos aficionados al fútbol. Se arriesgó el Betis, quizá porque el fútbol había puesto precio a la cabeza del líder y sus rivales compiten como cazarrecompensas, mientras el Barça economizaba esfuerzos desde la formación, sobre todo por cuanto respecta a Messi, convertido en el comodín de los partidos de entretiempo. Juegan con tanta suficiencia los azulgrana que se reservan a La Pulga para las situaciones extremas y ayer no quisieron arriesgarse de salida. A la ausencia de Messi se sumó la de Henry, circunstancia que aumentó la sensación de precariedad de los barcelonistas en las dos áreas porque a la debilidad ofensiva sumó cierta ingenuidad en la zaga por la alineación de Piqué y Cáceres como centrales. Las concesiones parecieron excesivas incluso en el Barça, de manera que el Betis entendió que disponía de una oportunidad única.
Liberados defensivamente, incluso después de la lesión de Juanito, y animados en ataque, los verdiblancos arramblaron tan fieramente a los azulgrana que en menos de media hora pusieron dos goles de ventaja, una diferencia jamás vista en un partido del Barça, muy vulnerable a la hora de combatir las jugadas de estrategia y rematar a portería. Melli batió a Valdés a la salida de un córner mal defendido por Busquets y después Mark González cruzó a la red una pelota que no achicó Piqué. La determinación de los muchachos de Chaparro descolocó al Barcelona, perdido en tierra de nadie, falto de jerarquía y de pegada, vencido en el juego aéreo. Las ocasiones eran para el Betis, los goles los marcaba el Betis, los balones divididos se los llevaba el Betis y si el Barça entró en el partido fue por un penalti cometido por el Betis.
Juande rebanó a Iniesta y el colegiado pitó la pena máxima ante el griterío de la hinchada, especialmente brava por la chispa de su equipo, contrariada con el adversario, enfurecida con el árbitro, eternamente ensordecedora. Aunque Eto'o marró el tiro, rechazado por Ricardo, el ariete recogió el rechace y anotó su gol 100 en la Liga, el 2-1 antes del descanso, resultado estupendo para el Barça tal y como había ido el partido. No se acobardó el Betis mientras el Barça se crecía alrededor de Iniesta. El partido adquirió un tono excelente por el diálogo de ambos equipos. Las transiciones locales eran tan vertiginosas como la perseverancia forastera en ataque. A Olivera se le anuló un gol por un discutible fuera de juego y Emaná remató al cuerpo de Valdés en un mano a mano estremecedor antes de que Messi y Henry salieran a escena por los insustanciales Hleb y Keita.
Recuperaba el Barça su mejor versión al tiempo que el Betis se encogía después de haber ofrecido un ejercicio pletórico por la continuidad en su juego, la autoridad sobre el partido y la superioridad frente a los azulgrana. Los cambios, por lo demás, jugaban en contra de los verdiblancos, a los que el encuentro se les hacía cada vez más largo. Los azulgrana asediaron a Ricardo y los disparos se sucedieron, mientras Valdés le sacaba un remate de gol a Oliveira en la única ocasión que el Betis cruzó la divisoria desde la reaparición de Messi. Ricardo le amargó la noche a Henry y por un buen rato al Barcelona con un recital de paradas. El ataque y gol azulgrana anunciaba el empate para cualquier momento. A nadie le sorprendió el 2-2 anotado de nuevo por Eto'o. Y si no se marcó el tercero fue porque Ricardo no se aflojó ante Messi.