Messi-Agüero, duelo de cracks
Messi-Agüero, duelo de cracks
Leo Messi y Sergio Agüero, de 20 y 19 años, respectivamente, se llaman por teléfono cada semana. La última vez que lo hicieron fue el pasado domingo, una vez que conocieron que ambos compartían el Pichichi de la Liga con cinco goles en seis jornadas. Bromearon y se retaron para el Camp Nou. Mañana se verán las caras y podrán darse un abrazo, aunque no tendrán tiempo de recordar las anécdotas que vivieron con la selección argentina en Holanda en junio de 2005, en aquel Mundial Sub 20 en el que nació la amistad entre ambos.
"Sergio está intratable y es difícil pararle. Tenemos que trabajar en equipo e intentar que no le lleguen demasiadas pelotas", avisó ayer el barcelonista, quien define al delantero rojiblanco como un "un jugador muy potente y con mucha calidad. Él juega de una manera y yo de otra. Los dos nos estamos encontrando muy bien. Espero seguir así y que esta vez él no pueda hacer nada".
El 'Kun' también admira al 'Pulga': "Los dos somos poco parecidos en algunas cosas y muy diferentes en otras. Él es zurdo y yo no. Él lleva la pelota pegada al pie y es muy difícil quitársela. Yo no la llevo tan pegada. Cada uno tiene sus particularidades. ¿Si le robaría alguna cualidad? Yo estoy bien con lo que tengo. No me pondría nada de lo que tiene él. Así estoy bien. Sí puedo decir que me gustaría jugar con él, pero es algo que resulta muy difícil. Hoy en día sólo podré hacerlo en la selección. ¡Aunque igual algún día se arrepiente y viene al Atlético!".
Messi ha marcado siete goles en cinco partidos consecutivos (la mejor racha de un jugador en la 'era Rijkaard') y Agüero ha superado el mejor arranque goleador liguero en el Atlético de una leyenda viva como Fernando Torres.
Leo habla de la suerte para explicar su estado de gracia: "Otros años también creaba ocasiones, pero tenía menos suerte a la hora de convertirlas y ahora estoy teniendo más, pero el Pichichi no me obsesiona". Sergio confiesa que no seesperaba su explosión realizadora: "Me veo ahí arriba en el Pichichi, con Messi, y me pregunto qué hago yo ahí. Confieso que me pone contento todo esto aunque sé que será difícil mantenerse tan arriba".
Ambos reciben elogios sin parar, en Argentina les presionan para que reconquisten un día el Mundial, pero ellos no viven en una nube, tienen los pies en el suelo. Maduraron desde muy niños. "Los elogios no me afectan ni de manera positiva ni negativa. Cuando juego lo olvido todo e intento dar el máximo", apunta Messi, que no se inmuta cuando le hablan del Balón de Oro: "Estoy tranquilo. Sólo pienso en jugar y en el bien del equipo".
Agüero todavía no suena para el Balón de Oro, quizás otro año. De momento se centra en intentar atemorizar a la defensa azulgrana: "Me encantaría ser la bestia negra del Barça". El año pasado marcó el 1-1 en el Camp Nou. Leo Messi se vengó logrando dos en el 0-6 en Madrid. Mañana, más
"Sergio está intratable y es difícil pararle. Tenemos que trabajar en equipo e intentar que no le lleguen demasiadas pelotas", avisó ayer el barcelonista, quien define al delantero rojiblanco como un "un jugador muy potente y con mucha calidad. Él juega de una manera y yo de otra. Los dos nos estamos encontrando muy bien. Espero seguir así y que esta vez él no pueda hacer nada".
El 'Kun' también admira al 'Pulga': "Los dos somos poco parecidos en algunas cosas y muy diferentes en otras. Él es zurdo y yo no. Él lleva la pelota pegada al pie y es muy difícil quitársela. Yo no la llevo tan pegada. Cada uno tiene sus particularidades. ¿Si le robaría alguna cualidad? Yo estoy bien con lo que tengo. No me pondría nada de lo que tiene él. Así estoy bien. Sí puedo decir que me gustaría jugar con él, pero es algo que resulta muy difícil. Hoy en día sólo podré hacerlo en la selección. ¡Aunque igual algún día se arrepiente y viene al Atlético!".
Messi ha marcado siete goles en cinco partidos consecutivos (la mejor racha de un jugador en la 'era Rijkaard') y Agüero ha superado el mejor arranque goleador liguero en el Atlético de una leyenda viva como Fernando Torres.
Leo habla de la suerte para explicar su estado de gracia: "Otros años también creaba ocasiones, pero tenía menos suerte a la hora de convertirlas y ahora estoy teniendo más, pero el Pichichi no me obsesiona". Sergio confiesa que no seesperaba su explosión realizadora: "Me veo ahí arriba en el Pichichi, con Messi, y me pregunto qué hago yo ahí. Confieso que me pone contento todo esto aunque sé que será difícil mantenerse tan arriba".
Ambos reciben elogios sin parar, en Argentina les presionan para que reconquisten un día el Mundial, pero ellos no viven en una nube, tienen los pies en el suelo. Maduraron desde muy niños. "Los elogios no me afectan ni de manera positiva ni negativa. Cuando juego lo olvido todo e intento dar el máximo", apunta Messi, que no se inmuta cuando le hablan del Balón de Oro: "Estoy tranquilo. Sólo pienso en jugar y en el bien del equipo".
Agüero todavía no suena para el Balón de Oro, quizás otro año. De momento se centra en intentar atemorizar a la defensa azulgrana: "Me encantaría ser la bestia negra del Barça". El año pasado marcó el 1-1 en el Camp Nou. Leo Messi se vengó logrando dos en el 0-6 en Madrid. Mañana, más
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