Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, d’agost 19, 2007

Rijkaard debe saber gestionar un ataque de oro


Rijkaard debe saber gestionar un ataque de oro

Josep Prats

ATAQUE GENIAL.

Los adjetivos se acumulan. Todos los clubs del mundo reconocen que el ataque del Barça da miedo. Cuatro cracks de la talla de Ronaldinho, Eto’o, Henry y un Messi que se sale con su arrolladora juventud. Y en la recámara Bojan y Giovani. Un arsenal así no lo tiene nadie. Claro que ahora en la pretemporada, cuando el fuego aún no es real, es tiempo de ilusiones, de teorías, pero la hora de la verdad arranca el próximo fin de semana, cuando la Liga se pone en marcha. Pero este ataque de lujo, este ataque fantástico, hay que gestionarlo. Son enormes futbolistas, pero detras hay ‘egos’. Está claro que juntos no pueden jugar salvo ante rivales muy inferiores. TACTICA Y PSICOLOGIA.

Pero ya sabemos que en la Liga española no hay enemigo pequeño y en más de un partido Rijkaard utilizará sólo dos puntas para solidificar su sistema defensivo. No sólo pondrá a prueba su capacidad táctica con decisiones estratégicas de este tipo, sino también estará a prueba su capacidad psicológica. Tener sentados en el banquillo a dos o tres cracks y que pongan buena cara no es tarea fácil. El gran problema del Barça la pasada temporada, la temporada de los fiascos, fue su endeblez defensiva, y esto significa endeblez en la presión del centro del campo, y endeblez, por unas lagunas que costaron carísimas, de la retaguardia. Y eso no se puede repetir.

ORDEN DE PRIORIDADES.

Para sacar la caja de truenos del ataque blaugrana, el técnico tiene que estar muy seguro de que no le van a quemar por detrás. Su orden de prioridades –y esto Rijkaard jamás lo dirá– es este: primero, fuertes y sólidos atrás; segundo, letales delante. El espíritu de equipo, la solidaridad del vestuario, se pondrá a prueba en cuanto arranque la competición. La plantilla es extraordinaria, pero sólo juegan once. Ahora todo es buen rollo, pero de la capacidad de Rijkaard depende de que en el futuro no haya malos rollos como la pasada temporada con Eto’o y Ronaldinho. Este es el gran reto para el técnico.