El Barça ultima el asalto a Anfield con la incógnita sobre su dibujo táctico
El Barça ultima el asalto a Anfield con la incógnita sobre su dibujo táctico
Rijkaard sorprendió en Zaragoza y Sevilla con un 3-4-3 de resultado dispar y ahora necesita otro golpe de efecto para superar el 1-2 del Camp Nou
El Barça ha llegado a primeras horas de la tarde a Liverpool con la necesidad de remontar el 1-2 del Camp Nou para seguir vivo en la 'Champions' y la incógnita del esquema táctico que utilizará en esta ocasión Frank Rijkaard, después de dos encuentros consecutivos en los que el técnico holandés ha variado su dibujo habitual. En Zaragoza, con la necesidad de remontar un 0-1 del partido de ida, el holandés sorprendió incluso a sus propios jugadores rescatando el viejo planteamiento del 'Dream Team' de Johan Cruyff, un 3-4-3 que permitió al Barcelona ocupar racionalmente el centro del campo y remontar la eliminatoria. Oleguer, Puyol y Thuram ejercieron como defensas, los únicos zagueros de un equipo con clara vocación ofensiva y que brilló en la primera parte.
En el césped de La Romareda coincidieron al tiempo Xavi, Iniesta, Deco, Giuly, Messi y Ronaldinho. En la segunda parte, el Barcelona sufrió hasta el punto de recuperar su 4-3-3 con la entrada de Zambrotta en el lateral, pero supo mantener la concentración necesaria para llevarse la eliminatoria.
En Sevilla, de vuelta a la competición liguera, la mayoría de previsiones apuntaban a que Rijkaard volvería a su dibujo habitual, el 4-3-3 que comenzó a emplear mediada su primera temporada en el banquillo del Barça. Pero el holandés volvió a retocar su libreta: formó un esquema nuevo para su equipo, con tres centrales y dos carrileros, una suerte de 3-4-3 convertible a un 5-3-2 en tareas defensivas.
Al igual que había ocurrido en Zaragoza, el Barcelona comenzó pisando fuerte, aunque a algunos jugadores, caso de Gio, les costó asimilar el nuevo planteamiento. El Barcelona se adelantó en el marcador y estuvo a punto de sentenciar el partido, pero Ronaldinho erró el penalti y el equipo se descompuso para acabar en manos del Sevilla, que estuvo a punto de remontar incluso la diferencia goleadora entre ambos tras las expulsiones de Giuly y Zambrotta. Ante el reto de darle la vuelta a otra eliminatoria desfavorable (1-2 en la ida), faltará por ver cómo se distribuye el Barcelona en Anfield, un estadio temible por su ambiente frente a un rival conocido por la intensidad que emplea durante los 90 minutos y dirigido desde el banquillo por un entrenador metódico y extremadamente minucioso en la preparación de los partidos.
Si se decanta por un 3-4-3, Rijkaard perderá el efecto sorpresa, aunque ganará un hombre más en la batalla del centro del campo frente al poderío físico de Gerrard, Xabi Alonso y Sissoko. El Barcelona correría más riesgos en defensa y exigiría una concentración absoluta de todos sus jugadores, especialmente defensas y centrocampistas (sus coberturas en trabajo defensivo, como Iniesta en Zaragoza, pueden ser una de las claves del partido). En cambio, si el preparador holandés es fiel a su 4-3-3, las dudas aparecen en la medular.
Márquez y Edmílson se disputarán el puesto de pivote, que tantos quebraderos de cabeza ha provocado a Rijkaard, a menos que decida apostar por la posesión de la pelota a riesgo de perder centímetros (el equipo sufre en las faltas y saques de esquina en contra por el juego aéreo) y haga jugar a Xavi, Iniesta y Deco.
Ya lo hizo en el Santiago Bernabéu, donde las sensaciones iniciales fueron positivas, pero no el resultado (2-0). En ataque, teniendo en cuenta que el Barcelona necesita marcar al menos dos goles, parece claro que Rijkaard quemará sus naves para recuperar su tridente ofensivo más peligroso, con Ronaldinho, Messi y Eto'o, 160 días después de su última aparición en el once titular como tripleta atacante. Las opciones de Giuly como encargado de ensanchar el campo, Saviola para imprimir velocidad y sorpresa al ataque y Gudjohnsen como atacante estático, pero más corpulento en caso de verse obligado a colgar balones al área, formarán parte del 'plan B' del cuerpo técnico del Barcelona. El talismán amarilloEl FC Barcelona utilizará mañana en Liverpool la camiseta amarilla que fue talismán la pasada temporada en la Liga de Campeones, dado que no conoce la derrota en la máxima competición europea y fue empleada en las importantes victorias en los campos del Chelsea o el Milan, como recoge el sitio web oficial del club azulgrana. La similitud de colores entre la primera equipación del Liverpool, roja, y la segunda del Barcelona, naranja, hará que el Barça use por primera vez esta temporada su tercera camiseta, de un amarillo chillón, que fue estrenada la pasada campaña y utilizada en seis partidos en la Liga de Campeones (cuatro triunfos y dos empates). Los azulgrana vistieron de amarillo en la competición las noches en que ganaron al Chelsea en Stamford Bridge (1-2) y al AC Milan en San Siro (0-1). Además, empataron en el campo del Benfica (0-0) en los cuartos de final, y, en la primera fase, ganaron al Werder Bremen (0-2) y al Udinese (0-2) y empataron con el Panathinaikos (0-0).
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