Tropiezo con la mente puesta en Roma...
El FC Barcelona encajó su cuarta derrota de la temporada justo al día siguiente de proclamarse campeón de Liga. El equipo azulgrana, repleto de reservas, evidenció tener la mente muy lejos de una competición que ya tiene en el zurrón. La gran gran prioridad ahora es la final de la Champions del próximo 27 de mayo, en Roma.
El Barça llegaba a Son Moix después de haber vivido una de las semanas más intensas, vibrantes y exitosas de sus 110 años de historia. El miércoles se había coronado campeón de Copa, ganando en la final al Athletic (1-4), y el sábado hizo lo propio con la Liga. La derrota del Madrid en la víspera, ante el Villarreal (3-2), había dado matemáticamente el título a los de Pep Guardiola, y los jugadores bermellones reconocieron sus méritos haciéndoles el pasillo en cuanto salieron al campo.Pero el campeón evidenció estar con la mente lejos de Son Moix. Con la Liga en el bolsillo, y nada más que la honrilla y la buena imagen en juego, el técnico barcelonista dio descanso a buena parte de sus titulares. En su cabeza, y en la de todos los culés, está ya sólo una cita: la gran final de Champions del próximo 27 de mayo, en Roma, ante el Manchester United. Y, para no correr riesgos de lesiones, alineó un once lleno de suplentes. No estuvieron Valdés, Puyol, Touré, Piqué, Xavi ni Messi, entre otros. En su lugar, entraron los no tan habituales Sylvinho, Gudjohnsen, Hleb, Bojan... y un buen número de canteranos. Empezando por el portero, Oier Olazábal, que poco pudo hacer en los dos goles locales; y siguiendo por Xavi Torres, solvente como constructor de juego, o Pedro, activo como extremo. Tras el descanso, se les sumaron Thiago Alcántara y Jeffren. Todos dejaron detalles de su calidad, aunque el Barça, víctima quizás de la falta de tensión, se acabó yendo de la isla de vacío.En realidad, poco importó. Entre lo poco que había en juego estaban los premios individuales: el 'Zamora' a Víctor Valdés, que se quedó en el banquillo para reponer fuerzas y, de paso, no encajar más goles... y el 'pichichi'. Un galardón que Samuel Eto'o tiene casi en el bolsillo. El camerunés marcó un gol más, y ya suma 29 en la Liga, pero falló mucho más que de costumbre. ¡Incluso un penalty, en el descuento!. De haber estado más inspirado, y sin exagerar, podía haber logrado hasta media docena de dianas. Pero no fue así.Y eso que parecía que iba a ser su tarde. Con el brazalete de capitán en el brazo, y en el regreso a la que siempre ha considerado su casa, el 'león indomable' inauguró el marcador nada más comenzar. Bojan le sirvió un magnífico centro desde la izquierda, y el '9' azulgrana lo envió a la red con un soberbio testarazo de cabeza desde el punto de penalty (0-1, 9').Pero fue un espejismo. Porque a partir de ahí se le acabó la inspiración. Hasta media docena de ocasiones claras falló ante el meta Moyà (15', 20', 28', 44', 49' y 56'). Parecía gafado. O quizá le pesó la presión de sentirse tan cerca del 'pichichi', con sus perseguidores Forlán (Atlético) y Villa (Valencia) pisándole los talones. Todos los pases eran para él. Pero no acertó a culminar ninguno más. Y eso que en el 92', incluso, fue objeto de un penalty. Y lo lanzó. Pero lo estrelló en el poste. Más mala suerte, imposible.El Barça dominó con claridad en la primera mitad, pero el Mallorca salió airoso y, una vez más, se cumplió el dicho: quien perdona lo acaba pagando. Así, los baleares reaccionaron tras el descanso y le dieron la vuelta al resultado. Arango, en el 72', logró el 1-1 colando por la escuadra un formidable lanzamiento de falta. Y Cléber Santana, en el 78', puso el 2-1 al cabecear a la red un saque de esquina.El Barça sufrió su cuarta derrota liguera, pero el título ya estaba en el bolsillo. Y en la mente de todos los culés está ya la gran final de la Champions en Roma. El 'triplete' puede poner el broche de oro a una temporada histórica.
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