Penya Barcelonista de Lisboa

diumenge, de juliol 08, 2007

INFORME SPORT


Los diez mandamientos del vestuario del Barça

Los futbolistas tendrán que seguir a partir de esta temporada una Biblia interna de obligado cumplimiento

La autogestión con que funcionaba en el vestuario del Barça desde la llegada de Frank Rijkaard no tendrá continuidad a partir del próximo 21 de julio cuando el equipo vuelva al trabajo. Tal y como avanzó el presidente Joan Laporta, el club ha aprendido de los errores de esta temporada y se aplicará con firmeza el régimen de disciplina interno que regula el comportamiento de los futbolistas. Este código será su Biblia y sus mandamientos de obligado cumplimiento para todos, sin excepciones, sea quien sea o se llama cómo se llame.

La política que seguirá el Barça será estricta, pero tampoco mayor que la habitual en cualquier equipo profesional. El propio Samuel Eto’o admitió esta semana que le parecía “raro” que no existiera hasta la fecha. Simplemente se tratará de que los jugadores cumplan en los entrenamientos, lleven la vida propia de un deportista de élite fuera del campo y se cuiden con la máxima rigurosidad. Unos postulados elementales, que durante la presente campaña se han vulnerado en demasiadas ocasiones.

En caso de que algún futbolista incumpla el régimen interno, será multado pertinentemente.Para empezar, los futbolistas tendrán la obligación de salir al campo de entrenamiento diez minutos antes de la hora fijada.Todos los integrantes de la plantilla deberán estar en el terreno de juego y sólo se quedarán en el gimnasio los hombres que los servicios médicos consideren que deben realizar un trabajo específico. Ronaldinho ha sido el cliente más habitual de esta instalación del Camp Nou.

Las camillas y accesorios para fortalecer la musculatura dejarán de ser un refugio para los jugadores que no deseen ejercitarse al aire libre. No habrá excusas para librarse de los entrenamientos y si a algún futbolista le surge un imprevisto, debe llamar dos horas antes para comunicar su situación. Asimismo, todos los jugadores deben estar localizables.

La puntualidad y el trabajo riguroso en los entrenamientos vienen muy relacionados con el comportamiento fuera del campo.Las salidas nocturnas de algunos futbolistas no pueden continuar. Todos deben estar en casa, como muy tarde, a la 1.00 h. para descansar un mínimo de ocho horas antes de iniciar el trabajo el día siguiente, que normalmente es a partir de las 10.30 h.

En los hoteles de concentración, los jugadores deben encerrarse en sus habitaciones, como máximo, a medianoche.

Algunos jugadores del primer equipo han descuidado un tanto este aspecto y en el club no ha gustado que muchos aficionados se hayan habituado a verles en locales de ocio conocidos tanto en Barcelona, como en la costa del Garraf.

Los futbolistas representan la imagen del Barça y los dirigentes barcelonistas entienden que deben estar siempre a la altura del escudo que representan.

Una vida ordenada y unos entrenamientos serios ayudarían a que en el vestuario reinara un compromiso mucho más fuerte. Algunos jugadores, como Edmílson o Gudjohnsen, lamentaron que faltara intensidad en el trabajo o un mayor compañerismo.

El ambiente del vestuario durante este año se ha deteriorado, pero Frank Rijkaard confía en la calidad humana de la plantilla y está seguro de que se puede reconducir. Para ello no bastará sólo con cumplir deportivamente, sino que ante la prensa también se deben medir las palabras.

Incendios como el provocado por Samuel Eto’o en Vilafranca no deben repetirse y cualquier controversia debe dirimirse entre las cuatro paredes de la caseta.Tampoco se permitirá a partir de ahora que se desautorice al cuerpo técnico ni pública ni privadamente. Esta temporada se han vivido algunas escenas desagradables, como la negativa de Eto’o de saltar al campo nada más recuperarse de su lesión por considerar que disfrutaría de pocos minutos, o las declaraciones de Belletti en las que censuró a Eusebio Sacristán por comentar que el vestuario debería manejarse de forma más estricta.

El tiempo ha dado la razón a Eusebio y no a los que estaban en contra de cambiar determinados vicios dentro del equipo.

El fiasco de la última temporada ha significado el punto y final de una manera de funcionar que apuntaba al ‘galacticismo’ de otra parte.